Mi Querido Amo [Min Yoongi]

#11 Un paseo con mi amo

Kyung Mi POV

Al despertar y salir de mi habitación eché un vistazo rápido los pasillos para ver si había alguien en casa. No escuché ningún ruido así que asumí que Yoona y YoonGi ya se habían marchado.

—Estúpido amo— golpeé la puerta de su habitación y esta se abrió de inmediato. La habitación estaba vacía y su cama hecha, todo estaba en orden. Caminé hasta su cama y me recosté en ella, acaricie las sábanas con mis manos y entonces recordé lo que ocurrió anoche.

—Idiota— golpee la almohada.

—¿Con quién hablas?—escuché su ronca voz y salté de la cama.

—Yo... Creí que no estabas en casa—dije mirando hacia la ventana, lo que menos quería ver esa su rostro. Estaba muy molesta con él.

—Holly— dijo sentándose en la orilla de la cama e invitándome a sentarme también—Lo siento.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué se disculpaba conmigo? ¿Acaso adivinó mis pensamientos?

—Anoche estabas en casa ¿Cierto? Seguramente te diste cuenta de que llegue con Yoona— agachó el rostro con vergüenza—Ambos estábamos ebrios y no recordamos nada de lo que ocurrió, si me disculpo ahora es por haberte hecho ver o escuchar algo de lo que pasó anoche— dijo sinceramente, se veía un poco preocupado.

—Los vi llegar pero fui a mí habitación rápidamente y me puse a escuchar musica así que por fortuna no escuché nada— dije fingiendo una sonrisa esperando no preocuparlo más pero pareció no tener efecto en el ya que seguía cabizbajo—Tranquilo, de verdad no escuché nada pero la próxima vez avísame para salir de aquí. De verdad es incómodo tener que presenciar estás situaciones Yoon Gi— dije cruzando mis brazos.

—Yoona terminó conmigo— agregó repentinamente.

—¡¿Qué?!— pregunté con total sorpresa y desvaneciendo todo rastro se mi temple molesto.

—Esta molesta por lo que ocurrió ayer, dijo que estamos llevando todo muy rápido y que no quería que nuestra relación tomara este rumbo en este momento— siguió hablando sin dejar de ver el suelo— ¿Es absurdo no crees? ¿Por qué terminó conmigo por algo tan tonto? Además ninguno de los dos estaba consciente— hundió con desesperación su rostro en sus manos.

—Debes calmarte, solo necesitan tiempo para pensar las cosas— levanté su rostro con mis dedos para que me mirara— después podrás hablar con ella y arreglar todo. No creo que ella quiera perderse la oportunidad de estar con alguien tan apuesto como tú — golpeé su hombro y el sonrió— además mira esa adorable sonrisa. YoonGi eres el hombre más guapo de Seúl y si ella ya no quiere estar contigo ya habrá alguien más que te quiera.

—¿Qué cosas dices?— dijo sonrojandose levemente. Al menos logré que se animara un poco.

—¡Ya sé! Vamos a salir hoy para que te despejes un poco ¿Si? Además como amo tienes que llevarme a pasear de vez en cuando— besé su mejilla y me alejé rápidamente.

—Bien, creo que sería bueno tomar un poco de aire— se levantó y estiró los brazos.

Cada quien fue a su habitación para prepararse y veinte minutos después salimos. YoonGi iba conduciendo el auto mientras yo observaba el paisaje citadino. Nos detuvimos en un autoservicio y pidió un poco de comida para llevar.

—¿A dónde iremos con todo esto?— pregunté curiosa.

—Ya verás en cuanto lleguemos— dijo sin quitar los ojos del camino. Se veía muy apuesto mientras conducía.

Pasaron aproximadamente más de cuarenta minutos en los que ni mi amo mi yo dijimos algo, pero el silencio no era para nada incómodo al contrario había un ambiente relajado entre ambos y además el paisaje era maravilloso. Llegamos al lugar y él estacionó la camioneta en un camino empedrado, nos habíamos alejado de la ciudad y el lugar parecía estar completamente solo.

—El auto no podrá entrar aquí así que nos toca caminar— dijo bajando del auto y sacando las cosas.

—¿Me llevarías cargando?— pregunté desde dentro del auto.

—No— respondió cortante.

—¡Qué desconsiderado!— bufé.

—Vamos ya bajate de allí o te quedarás sola en medio de la nada— dijo cargando unas botellas de soju consigo.

—¿En qué momento compraste eso?— señalé todo el alcohol que cargaba consigo.

—Ya las tenía en el auto— respondió y se puso en marcha.

Caminamos por veinte minutos hasta llegar a una pequeña cabaña en medio del bosque. Cerca de esta había un lago y un enorme campo de flores de todo tipo, la vista era tan hermosa que me daban ganas de llorar de tan solo mirar.

—¡Este lugar es precioso!— dije saltando emocionada.

—¿Te gusta?—. YoonGi sonreía a causa de mi reacción de asombro.

—¡Me encanta! ¿Está cabaña es tuya?— pregunté.

—Era de mis padres, solíamos venir aquí y jugar con mi hermano y Holly.

—Mi antecesora— dije sonriendo.

—Antecesor, era un macho— dijo mientras abria la puerta de la cabaña.

—¿Por qué tenía nombre de niña entonces?— lo miré con sorpresa. ¿O es que Holly era nombre de macho y me llama así a propósito? Si ese era el caso no iba a dudar en darle una buena golpiza.

—Cuando nos la regalaron pensamos que se trataba de una perrita así que la llamamos de esa forma, se acostumbro a este nombre que ya no quisimos cambiarlo. Holly era muy cariñoso, así que tú realmente me lo recuerdas—me miró con ternura provocando que me sonrojara levemente. Después entró al lugar y le seguí. El lugar era pequeño pero acogedor, dejamos algunas cosas y en la mesa y volvió a salir.

—¡Ya llevo todo lo que necesitamos así que apresurate!— salí para alcanzarle y el se sentó en una banca frente a una mesa de madera justo al lado de la cabaña, desde allí podía observar el lago y a un par de niños correr.

—Pense que estábamos en medio de la nada— dije sin dejar de ver a los niños.

—Lo estamos pero dicen que de vez en cuando aparecen espíritus cerca del lago así que no te sorprendas si escuchas risas de niños o algo por el estilo— dijo con total seriedad.

—¿Hablas enserio?— pregunté un poco asustada. ¿Será posible que esos niños lo fueran?

—Claro que no tonta, no puede ser que me hayas creído— dijo riéndose.

—¡Eres cruel! ¡Si lo dices en ese tono tan serio cualquiera lo hubiese creído— protesté.

—Lo sé— hizo una mueca.

Comimos lo que Yoon Gi había comprado en el autoservicio, se trataba de pollo frito y tomamos un poco de soju. Yo no estaba acostumbrada a tomar mucho así que modere mi consumo pero YoonGi lo bebía como si de agua se tratase.

—¿No crees que exageras? Últimamente estás tomando demasiado— regañé.

—Es la única forma que tengo para relajarme—. Bebió otra copa más de soju y me ofreció un trago más, el cuál rechacé.