ཻུ۪۪⸙͎ • 5 • ཻུ۪۪⸙͎

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Disclaimer: FullMetal Alchemist Brotherhood pertenece a Hiromu Arakawa.

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Capítulo 5:

“¿Quieres ver?”

La expresión de la tia Pinako fue exactamente como se lo habian imaginado, metros antes habian acordado en que seria Alfonse quien llamara a la puerta —se decidio con un 'piedra, papel o tijeras'—, Den estaba dentro de la casa en aquel momento asi que no hubo tanto problema en llegar desapercibidos.

—Hola, tia Pinako. —fue la agradable frase de Alfonse para saludar.

—No puede ser. —modulo luego de un corto silencio.

A cualquiera le sorprenderia ver a aquel niño atrapado en una armadura, como ya todo un hombre frente a uno pasado los años.

Pero ahi no acababa la sorpresa.

—¡Hola, tia!

La tintineante pero agradable y dulce voz de una joven le hizo reaccionar. Era Winry, su nieta.

Formo una gran sonrisa, mientras seguia con su pipa en mano.

—Sabia que en algun momento de mi vida veria algo asi... —comento con una voz nostálgica y alegre. Tantos años de esfuerzos para sus nietos* por fin rendian los frutos.— Pasen, no se queden ahí.

Todos con una agradable sonrisa comenzaron a entrar a la casa, el alegre ladrido de Den hizo prepararles para un gran salto de este mismo. Habia que admitirlo, hasta el perro se alegraba de tal visita, Den ladraba, saltaba como si hubiera encontrado uno de los mejores tesoros.

—Tranquilo, Den. —rio Winry.

—Alfonse, has crecido mucho —dijo Pinako viendo hacia arriba a Al, el asintió.— incluso mas que el pequeño de tu hermano.

—Edward es un poco mas alto que yo en este momento. —admitió.

—¿En verdad?

—Si. —aclaro Winry— en un rato llegara aqui. Queriamos venir todos juntos inicialmente, pero tenia algo que hacer. —confesó.

La mirada extrañada de Pinako no se noto para ambos jovenes quienes entraban a la sala de estar. Edward seguramente fue a ver la lapida de su madre.

Y la de Hohenheim...

—¡Abuela, ¿podemos hacer estofado?! —se escucho el grito de Winry desde la cocina junto a algunas risas de Alfonse.

—Espero que no haga locuras —susurro con algo de preocupación en su voz, era Edward pero seguia estando atado a la causante de la muerte de su madre, suspiro y dio otra bocanada de su pipa y dirigirse a la cocina.

—¡¿Que creen que hacen, mocosos?! —vio como echaban una botella de leche de manera excesiva a una olla.

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Me obligaste a volver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora