Capítulo trece: "Valiente"

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M U R R A Y

Jueves
7:00 a.m.

—¿Cómo te fue ayer en tu día?—pregunta mi madre. Se sienta enfrente de mí, en una de las sillas de la mesa. Observo el color café de las crujientes tostadas francesas que me hizo. El humo del café recién hecho, choca contra mi mejilla y el olor a huevos fritos de la cocina se apodera del lugar.

—Bien—respondo cortante.

—¿Y Will?—empieza a comer—. ¿Va a venir hoy a ver el partido?, Es para hacer más galletas.

Trago fuerte—N-o.

—¿Qué tienes Mu?—deja de comer y posa su mirada de preocupación en mí. Yo evitó mirarla a los ojos, así que empiezo a jugar con la tostada. Siempre me pongo nervioso en estas situaciones, siento que me van a descubrir y me van a...odiar y gritar al saber la verdad. Ahora me doy cuenta que antes estaba exagerando por asustarme con cosas patéticas. Ahora sí puedo ponerme muy nervioso con el secreto que guardo.

Mí madre siempre ha sido religiosa. Si entras a su habitación, hay una gran cruz de madera en la pared. Vs mucho a la iglesia y tiene seis biblias. Cada mañana me obliga a orar antes de irme a algún lado. Me ha obligado a entrar al grupo de coro en la iglesia. Su deseo más grande es que sea un cura, padre, o hasta un papa.

Pero adivina qué madre, ayer maté a alguien y lo escondí bajo tierra para que nadie lo encuentre. Y ahora tengo muchas ganas de morir y me siento la persona más mala del mundo. Y si se enteran quién lo mató, tendrás a un hijo en la cárcel que probablemente no sobrevivirá.

—No me pasa nada. Todo está perfecto—respondo fingiendo una sonrisa.

—¿Seguro?

La miro a los ojos con inseguridad—Sí, estoy muy seguro.

—Tengo que irme —sonrío falsamente mientras me levantaba de la silla. Escuché a mi madre decir "No has terminado de comer" pero ignoré esas palabras y por primera vez salí de mi casa sin decirle a mi madre a dónde me dirijo y sin terminar de comer. 
Es la verdad,  no sé donde ir, no puedo escapar de mis recuerdos, de mi conciencia, de la sangre en mi cuerpo y la tierra que caía en ese cuerpo pálido teñido de rojo.

Hace mucho frío. Escucho ladridos a unas manzanas de donde estoy caminando. Pasa un auto, dentro de él,  hay una niña viendo a través de la ventana,  observándome con una mirada fría y atormentante. Poso la mirada al suelo y paso mis dedos fríos en mis ojos, frotándolos.

"Asesino"

El señor Friskell, está podando unas plantas en su jardín. Cuando paso al frente de su casa me mira de una manera escalofríante,  una mirada muy aterradora. Cierro mis ojos fuertemente y lo vuelvo a ver,  pero ya no me estaba mirando. Continúo caminando,  y el sentimiento amargo en mi pecho cada vez cree y crece, como un veneno que mata lentamente y se enrollan mi pecho.

Luego logro observar a una mujer corriendo, usa ropa deportiva rosa y cabello recogido.  Viene corriendo hacía donde mí y en la misma acera donde estoy caminando. Una sensación aterradora se apodera de mi cuerpo,  cuando noto que me mira de una manera escalofriante,  parece estar enojada. "Lo mataste" cuando escuchos esas palabras,  mi cuerpo entero empezó a sentirse de una manera muy horrible. En mi mente solo rondban estas plbras "Lo sabe, lo sabe, lo sabe"

—No, no, déjeme. Y-o no hice nada —pronunco asustado.

Se acerca cada vez más y yo solo doy un paso hacia atrás. Niego con la cabeza rápido. No sé que me asusta más, que ella sabe lo que hice o la expresión demoníaca que tiene en su rostro.  Es como si tuviera un efecto especial de una mala película de terror.  Estoy tan aterrado, que mi instinto de supervivencia se activa cuando la mujer está muy cerca de mí.

15 SEGUNDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora