Capítulo 5: Un momento difícil

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Capítulo 5

Momento difícil

Había pasado tres semanas desde que “adopte” a la pequeña Sylvie, y si bien era difícil tener algún tipo de conversación fluida de parte de ella, parecía que nos estábamos acostumbrando a la presencia de ambas en la casa. Confieso que también se me hizo difícil al principio porque no había compartido mi hogar con alguien desde que vivía con mi mamá y mi hermana cuando era más joven. Aun así, Sylvie demostró ser de gran ayuda con los quehaceres del departamento. Tenía talento porque era muy dedicada y minuciosa en su trabajo, y gracias a eso, podía ocuparme mejor de los asuntos de mi tienda, la cual estos días estuvo bastante concurrida.

Pero hoy fue diferente, comúnmente Sylvie se despierta antes que yo y me espera en la sala pero hoy no lo hizo, supongo que por primera vez se quedó dormida. Fui a verla a su habitación observe que aún estaba en su cama pero al entrar la escuche tosiendo fuertemente. Eso me preocupo, intente despertarla pero no lo logre, estaba con el rostro enrojecido, y al tocarlo descubrí que estaba ardiendo en fiebre.

-Sylvie ¡despierta por favor! –dije ya preocupada, ella solo tocia fuertemente.

-Oh… (tos) se… señorita… lo siento… -me respondió, con mucho trabajo debido a su estado- creo que tome… un resfrió… perdón…

-No te preocupes pequeña, ahora descansa mientras llamo al doctor…

Fui rápido al teléfono y llame al médico del pueblo, y explicando la situación el me sugirió usar paños húmedos para controlar la fiebre mientras el venia en camino para revisarla. No tardo mucho tiempo en venir, era un hombre maduro, diría arriba de 40 años aunque se veía más joven, cabello gris y físico delgado. Apenas llego fue directo con Sylvie y después de estar un tiempo con ella, se dirigió conmigo para decirme que pasaba con mi protegida.

-Señorita ¿usted sabe que tener una esclava es penado por la ley en este estado? –me dijo seriamente

-¿Qué es lo que usted pretende con esa afirmación? –retruque con más seriedad, esa acusación me molesto.

-Mire, no soy ingenuo. Esta chica es una esclava que me fue ofrecida hace unas semanas atrás por un viejo paciente –afirmo el doctor- Yo la rechacé porque no quiero tener problemas con las autoridades, pero veo que se la ofreció a usted.

-Escúcheme querido, a mí nadie me la ofreció y ni es una esclava ahora –le puse el dedo en su pecho para que viera que me había sentido ofendida –Su supuesto paciente la abandono a las afueras del pueblo para que se muriera de hambre. Yo la rescate de la calle y si está viviendo conmigo es porque ella merece una vida mejor. Para mí no es una esclava sino es mi protegida.

-Yo… yo… pido disculpas si la ofendí –me dijo, parece que entendió que decía la verdad.

-Doctor, yo sabía que la esclavitud está penada en este territorio pero no iba a permitir que la pequeña muriera en la calle, con hambre y frio.

-Bueno le creeré

-Está bien, ahora ¿me quiere decir que tiene ella?

-Bueno… lo que ella tiene es una neumonía bastante fuerte, pero debido a su cuerpo debilitado por su vida de esclavitud esta condición se vio agravada de manera brutal. No estoy seguro si podrá superarlo.

Me asuste al escuchar eso, no me esperaba que estuviera tan mal. Mientras intentaba digerir la situación, el doctor empezó a anotar los medicamentos e indicaciones que debía tener en cuenta.

-Acabo de aplicarle antibióticos para evitar infecciones y algo para controlar la fiebre. Aquí le anote los medicamentos que debe comprar y acá las instrucciones de cómo debe aplicarlos. Yo me quedare vigilándola mientras va a comprarlos.

-Espere ¿Por qué no la llevamos al hospital?

-Ella es una esclava

-¡ERA! -interrumpí

-OK, OK… ella era una esclava, o como sea, ella es una indocumentada, por lo que mínimo será llevada a una institución y usted será arrestada.

EL doctor me hizo caer en la realidad, estaba consciente que la esclavitud en esta región está penada y como no tiene algún papel que verifique la identidad de Sylvie, puedo ser acusada de esclavitud. Fue el mismo doctor que la saco de su trance.

-¿Qué espera señorita? Vaya por los medicamentos que yo la cuidare hasta su regreso.

-Este… si, cuídela, volveré pronto.

Y así fue, salí corriendo hacia la farmacia. No quería dejarla pero no tenía otra opción, recorrí el camino hacia la farmacia sin darle la atención de la gente a mi alrededor, creo que ignore a Nephy aunque en ese momento no me importaba, después hablaría con ella y me disculparía. No tarde mucho en comprar lo que necesitaba y volver a mi casa, gracias al cielo que, cuando llegue el doctor había logrado estabilizar a Sylvie. Ella se encontraba descansando algo más tranquila, el medico al verme se acercó y me dio las instrucciones para mantener tranquila a mi pequeña y los horarios para darle sus medicamentos.

-Y una última cosa, –me dijo mientras anotaba un nombre y un número telefónico en un papel-  hable con este hombre cuando las cosas se calmen, dígale que es de parte mía y él le ayudara a hacerle los papeles a la chiquilla.

-Yo… gracias doctor, le agradezco mucho.

Después de que se marchara el doctor, fui al lado de Sylvie, quien si bien ahora está tranquila, ella aún está sufriendo por la alta fiebre. Siguiendo las indicaciones, estuve controlando que la fiebre no se elevara más mientras le administraba sus medicamentos en sus horas. Estuve días sin dormir ni abrí la tienda en ese tiempo, la condición de Sylvie empeoro antes de mejorar, y muchas veces temí que ella no pudiera superar esto y que daría su ultimo respiro varias veces. Gracias a Dios poco a poco empezó a mejorar, y ya pasada una semana, mi pequeña ya casi no tenía tos y su fiebre había desaparecido.

-Vamos pequeña, di AAAAAAAAAAA –

Y si, después que empezó a mejorar no pare de mimarla como cuando lo hacía con mi hermanita, cuando éramos jóvenes y vivíamos juntas. También adoraba la carita de vergüenza de Sylvie al ser consentida de mi parte.

-Pero señorita… yo puedo comer sola… -realmente Sylvie se quejaba de mis mimos ¡ve veía tan adorable!

-Mientras estés enferma tendrás que soportar mis cuidados, así que di AAAAA y toma tu sopa –le recriminé con mi mejor sonrisa.

-AAAAAAA… -Sylvie se dejó mimar por fin.

Mi pequeña no tardo en tomar toda su comida, de verdad se veía más vital que el día que llego, pareciera que nació de nuevo.

-Bien pequeña, estoy orgullosa de ti ¡te comiste todo!

-Gracias… estaba muy rica –me respondió con una leve sonrisa, la verdad me hacía feliz verla así.

-Alégrate pequeña, más tarde vendrá el doctor a revisarte y si él me dice que estas bien, mañana podrás salir de la cama.

-Me alegra mucho saber que podre volver a mis deberes señorita.

-Solo no te esfuerces mucho, no quiero que tengas una recaída. –le decía mientras le acariciaba el cabello- ahora descansa, y si estas aburrida puedes leer un libro o usar la televisión.

Mientras me alejaba de su habitación logre escuchar un tímido pero gentil “gracias por cuidar de mí, ama…” y con una sonrisa le respondí “siempre cuidare de ti, mi pequeña”. La verdad, esa chiquilla está logrando conquistar mi corazón, algo que no pensé posible.

Teaching Feeling - Another StoryWhere stories live. Discover now