Capitulo 7: Café, historias y muffin

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Capítulo 7

Café, historias y muffin

Ya había pasado un par de semanas desde que vino el teniente a solucionar la situación de Sylvie, donde mi pequeña contó parte de su sufrimiento con el infeliz que la maltrato. Ese día, después de que el teniente Anderson se marchara, mi pequeña paso llorando toda la tarde hasta que se quedó dormida.

Después de ese día, Sylvie se abrió un poco más, y cada día que pasaba se relajaba más. Ya podíamos tener una conversación un poco más fluida, creo que por fin empezó a confiar en mí. Empezó a preguntar cosas de mí, mis gustos o que si había hecho algo o probado tal cosa. Era adorable la curiosidad de mi pequeña.

-¿Dónde coloco estas cajas señorita?

-¿Puedes dejarla en la bodega de atrás, cariño?

Mientras veía como mi pequeña llevaba unas cajas donde tenía material para mi tienda, como podía claro, recordaba que hace unos días me había pedido ayudarme en la tienda, lo cual se lo permití mientras no se sobre-esfuerce. La verdad la veo más activa, mas... alegre...

-¡Ay cielos!, que tarde es...

Vi la hora en el reloj que tenía en una pared, ya era hora de cerrar. Hoy fue un día movido, se acerca la primavera y muchas de mis clientas quieren verse bien para sus amores (o conseguir algún novio si eran solteras...) pero cuando ya preparaba todo para cerrar, me cayó una amiga de sorpresa.

-¡Aurelia!

-Oh, hola Nephy ¿Qué paso? ¿Decidiste escapar de la cocina para variar esta vez?

-JA JA JA, algo así. Quería descansar un poco pues tuve una semana pesada en el restaurante ¿te apetece un té con unos bocadillos? –decía mientras sacudía una bolsa, al parecer llena de galletas y dulces hechos por ella.

-No es mala idea, ya estoy por cerrar así que un descanso no nos vendría mal.

Y eso hice; coloque el cartel de "cerrado", eche llave a la puerta e indique a Nephy subir a la sala. Mientras mi amiga subía por las escaleras, fui a la bodega a ver que tanto se demoraba mi pequeña ordenando las cosas. Pero cuando entre, la encontré dormida sobre una silla, con su cabeza apoyada contra una mesa que tenía en ese lugar. Parecía que decidió descansar un poco y el sueño la derroto. ¿Acaso ella no estaba durmiendo bien?

-Sylvie, pequeña, despierta –la sacudí levemente por el hombro.

-Ehh... ¿Qué? ¡ah lo siento!

Sylvie se levantó rápidamente y se puso de pie, su cara estaba roja, ¡se veía tan adorable!

-¡lo... lo siento! Yo solo quería descansar un poco y yo...

-Tranquila pequeña, si necesitas dormir, puedes ir a tu cuarto a dormir.

-No... no... no se preocupe, ya estoy bien.

Parecía que algo no andaba bien con mi pequeña, parecía algo cansada, desanimada. ¿estará nuevamente enferma? No lo parecía, más bien parecía que no ha descansado bien últimamente. Creo que se lo preguntare más tarde. Igualmente fuimos a la sala donde estaba Nephy, que ya tenía preparado todo para tomar una buena taza de café con sus ultra-famosos muffin de chocolate.

-Nephy, no era necesario que también hicieras el café.

-Pero si no es molestia, además es mi trabajo ¿recuerdas?

-Sí, parece que no puedes dejar tu trabajo ni un momento... jaja

-Y si... es mi vida ¡pero ya! Vengan y comamos que esto esta delicioso, y no es porque lo diga yo.

Nos sentamos en el comedor y comenzamos a disfrutar ese delicioso café y aquellos exquisitos muffin de chocolate. Mi pequeña no aguanto mucho y fue la primera en tomar uno de los muffin y empezar a saborearlo de una manera muy enérgica. Tanto Nephy como yo nos dio gusto ver como Sylvie disfrutaba de su bocadillo. La entiendo perfectamente a mi amiga; no hay mejor elogio para un cocinero que alguien disfrute su comida la que preparo con tanto cariño.

-¡Tranquila Sylvie! Traje muchos muffins, así que come tranquila que nadie te lo quitara –decía Nephy con tono alegre.

-Yo... lo siento pero nunca antes comí algo así ¡esta delicioso! –respondía mi niña con algo de vergüenza.

-Te entiendo mi niña, también me gustan mucho los postres de Nephy –decía mientras tomaba un sorbo de café- también su café es único.

-¡Ya! ¡No me halaguen tanto! ¡hey Sylvie! ¿Te gustaría saber cómo nos conocimos Aurelia y yo?

-Ehh... si, me da curiosidad...

-Esto paso hace unos años atrás, era una tarde normal en el restaurante, yo atendiendo a los clientes bien tranqui cuando ella aparece –decía Nephy mientras me señalaba con ambas manos como a modo de presentación -¿te imaginas la cara que puse cuando Aurelia se cruzó por la puerta? Con su vestido de principio de siglo y sus aires de diva jaja.

-Ho ho ho... es verdad querida –agregue- yo acababa de llegar al pueblo, y estaba terminando de arreglar mi tienda. Ese día se me hizo tarde para cocinar algo, por lo que decidí salir a ver si encontraba un sitio agradable y encontré el restaurante de Nephy.

-Llamo completamente la atención a cada persona dentro del local, tanto los clientes como a los empleados incluyéndome –mi amiga seguía con su relato- yo fui a recibirla y me pidió una mesa para uno y me pidió alguna recomendación. Yo nerviosa porque no sabía si me iba a pedir un plato francés o algo súper complicado, así que le pase la carta ¿y adivina?

Sylvie se quedó confundida, se había metido en la historia de Nephy que la dejo algo consternada cuando mi amiga le pregunto durante el relato. Por suerte Nephy se dio cuenta y continúo con su relato.

-¡Pidió hotcakes! ¿Puedes creerlo? Pudo pedir un salmón a las finas hierbas o un "vol au vent" pero no. ¡Pidió algo súper sencillo! ¡No lo podía creer!

-Pero no tengo la culpa, yo amo lo dulce y cuando entre vi unos hotcakes de uno de los comensales y se veían increíbles. Debido a esos hotcakes me convertí en una cliente habitual del restaurant.

Mire a mi pequeña, ella estaba atenta al relato de mi amiga mientras devoraba el cuarto muffin de chocolate, estoy pensando seriamente en pedirle la receta a Nephy. Mientras mi niña seguía comiendo, mi amiga continúo con su relato.

-Aurelia empezó a venir más seguido al local y un día, cuando no había muchos clientes, me senté con ella y comenzamos a hablar. Al poco tiempo empezamos a tener cosas en común y comenzamos a tener una buena amistad. La verdad me agradaba porque no hay muchas chicas de mi edad, o la mayoría están casadas y con hijos.

-La verdad tampoco tenía amigas en el pueblo, y debido a mi "estilo", no hablaba mucho con las mujeres del pueblo. Muchas creían que yo me robaría a sus maridos.

-Si jaja, y no te faltaron pretendientes.

-Ni que lo digas amiga.

-Yo... yo creo que usted es una persona maravillosa señorita Aurelia –interrumpió Sylvie- usted me dio muchas cosas y cuida de mi... yo se lo agradezco mucho.

-¡Awww! ¡Que linda eres mi niña! –le dije mientras le di un fuerte abrazo.

-¡Ho ho ho! ¡jamás creí ver esto! –se burlaba Nephy por mi reacción. Yo siempre fui muy reservada con mis sentimientos, y siempre me comporte con propiedad. Así que verme ser cariñosa con una persona, a Nephy le pareció curioso.

Seguimos un rato más conversando y disfrutando los bocadillos que trajo Nephy. Antes que ella volviera a su casa le pregunto a Sylvie si le gustaría aprender a preparar los muffins y ella sin dudar le contesto que sí. Mi niña está empezando a brillar y eso me encanta.  

Teaching Feeling - Another StoryWhere stories live. Discover now