Capitulo 11: Bienvenida a la familia

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Capítulo 11

Bienvenida a la familia.

-¿Están bien los ejercicios, señorita?

Estábamos con mi niña en la tienda repasando sus lecciones, ya que en cada momento libre, le daba libros para que leyera y le hacía practicar su escritura, como ahora. Sylvie, como una niña aplicada, hacia todas las tareas que le asignaba y cada día leía y escribía mejor. Ahora estoy corrigiendo unos ejercicios de matemáticas sencillos y parece que le cuesta un poco la división pero dentro de todo los está haciendo bien.

-Mira, este está mal –le dije, indicando el error- te equivocaste en esta cuenta.

-Ya veo, lo siento

-No te pongas triste, los demás ejercicios están bien. Te felicito.

-¡Gracias señorita!

-Vaya, vaya ¿ahora eres maestra particular? -Una voz muy conocida me hizo mirar hacia la puerta de la tienda.

¡No lo podía creer! ¿Era ella? ¿De verdad era ella? Corrí hacia la puerta con emoción, ya que hacía ya 4 años que no la veía, a ella, mi hermana menor. La abrace con fuerza, y ella hizo lo mismo, ese abrazo fue eterno.

-¡Por dios, Esmeralda! ¡Qué alegría! Pero ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste?

-Se supone que era una sorpresa jaja.

Era mi pequeña hermana Esmeralda, era muy parecida a mí, pero más joven y con menos atributos pero con el mismo cabello dorado. Si no fuera por mis grandes pechos, casi seriamos hermanas gemelas. Mientras me abrazaba a mi hermana, note a mi pequeña que me miraba muy extrañada, así que me separe y la llame para que se acercara a donde estaba.

-Ven pequeña –tomando a Sylvie de sus manos- te quiero presentar a alguien. Ella es mi hermana Esmeralda. –Mire a mi hermana- Esmeralda, ella es quien te conté, ella es mi niña, Sylvie.

-Un placer, yo soy Sylvie, estoy para servirle –mi niña se presentó con su habitual educación, haciendo una referencia.

-¡Awww! ¡Que linda! ¡Es como dijiste Aurelia! –dijo mi hermana abrazando fuertemente a Sylvie, haciendo que se incomode.

-Esmeralda, suéltala -dije separándola de mi niña, la cual se escondió detrás mío- Ella es muy tímida todavía.

-¡Lo siento Sylvie! ¡Me emocione un poco! –dijo mi hermana en una pose de perdón algo graciosa.

Sylvie la mira con algo de desconfianza pero, después de mirarme como buscando aprobación, sale de su escondite y vuelve a hacer una reverencia.

-Dis... disculpe por mi aptitud. –Dijo mi niña tímidamente- No estoy acostumbrada a ese tipo de afecto... pero yo estoy feliz de conocerla, porque la señorita Aurelia me hablo mucho de usted.

-También me ha contado mucho de ti, pequeña –respondió mi hermana- espero que nos llevemos bien

Esmeralda estiro su mano ante Sylvie, y mi niña la tomo con su habitual ternura. Eso me alegro enormemente, pues no sabría si mi hermana aceptaría a mi pequeña, pero ella era el vivo reflejo de nuestra madre y tenía esperanzas que ella aceptar a Sylvie como parte de la familia. Aunque, si bien ella se parece a mamá, yo me quede con sus "atributos" ho ho ho.

Llevamos las maletas de mi hermana al segundo piso, y le pedí a mi niña que le ayudara a acomodarse en mi cuarto. Debido a que le pase la habitación donde se quedaba cuando me visitaba Esmeralda a Sylvie, la única solución es que mi hermana durmiera conmigo el tiempo que este de visita. No sería justo que le quitara su lugar a mi pequeña. Lo único malo es que Sylvie ya no podrá venir a dormir conmigo mientras este mi hermana en casa, creo que lo soportara porque ya no parecía que tuviera pesadillas. Aunque me parece que mi niña venía a dormir conmigo solo para ser mimada por mí, ¿Quién lo diría? De ser tan fría conmigo a estar tan apegada. No es que me moleste, de hecho me hace sentir amada.

Mientras mis dos grandes amores estaban en el piso de arriba, yo volvía a la tienda pues todavía faltaba varias horas para cerrarla. Cuando se hizo de noche y subí para ver que como iban las cosas, me encuentro a mi hermana y mi niña en la cocina preparando la cena. Si hay algo que destacar de Esmeralda, es que es mucho mejor cocinera que yo. De hecho trabajo como chef cuando era soltera y era una de las encargadas de la cocina de un famoso restaurante. Su nivel incluso es mucho más alto que el de Nephy y eso es mucho decir. Ahora la miraba moverse como si esa cocina fuera de ella, mientras Sylvie le hacía de ayudante y que increíblemente lo hacía bien, como si hubiera nacido para ello.

-Vaya, vaya... y yo creí que tendría que pedir comida a domicilio.

-¡Aurelia! ¡No sabes cómo te envidio! –Dijo mientras le acariciaba la cabeza a mi pequeña- ¡tienes a una gran ayudante!

-¡Por supuesto! ¡Es la mejor! –no pude evitar adular a mi niña, quien estaba con el rostro rojo como un tomate.

-Bueno hermana –comento Esmeralda- ¿Puedes preparar la mesa que la comida sale en dos minutos?

Y fue así, a los dos minutos estuvimos cenando una deliciosa comida a nivel de restaurante cinco estrellas. Durante la cena, Esmeralda le prometió a Sylvie a enseñarle a cocinar, lo cual puso a mi niña muy contenta. Después de cena, pasamos un rato conversando las tres y cuando se hizo la hora nos fuimos a dormir; mi hermana y yo a mi habitación y mi pequeña a la suya. Mientras me preparaba, Esmeralda ya me esperaba en la cama, conocía esa mirada, pasaríamos la noche poniendo las cosas al día.

-Sylvie es una chica excepcional –dijo mi hermana sonriendo- es tal como dijiste, es aplicada, atenta y muy inteligente.

-Es verdad... pero no siempre fue así –dije algo melancólica- cuando la conocí la vi tan lastimada, tan desnutrida... tan rota.

Esmeralda me miraba seriamente mientras yo continuaba con mi relato.

-Toda su vida ha sufrido por ser una esclava, la maltrataron hasta marcarle su cuerpo y destrozar su alma. Creí que jamás lograría hacer que sonriera, pero con el tiempo y mucho amor de mi parte, ella empezó a confiar en mí y de a poquito su corazón roto empezó a latir. –Me recosté en la cama, al lado de mi hermana- y a pesar todo lo que ella vivió, Sylvie tiene un corazón puro y noble, su inocencia sigue intacta y eso habla muy bien de ella.

-Se nota que la quieres mucho.

-Si... la verdad es que le tome mucho cariño. Igual es una niña que es muy fácil encariñarse con ella.

-Lo reconozco, hasta estoy pensando en adoptarla jaja

-Sobre mi cadáver hermanita.

Y nos reímos juntas, hacía rato que no lo hacíamos. Después de eso, muestra charla fue más trivial, me entere que su marido, el capitán de marina, tuvo que salir en una misión de ejercicios navales, cosas del ejército. Estaría cerca de unas semanas afuera, por lo que Esmeralda aprovecho para visitarte y conocer a mi pequeña. Nos quedamos hasta muy tarde conversando, aunque salí un par de veces a ver si Sylvie estaba durmiendo sin tener pesadillas. Al parecer ella descansaba sin tener malos sueños, lo cual me dejaba muy tranquila.

Sera una semana interesante.

Teaching Feeling - Another StoryWhere stories live. Discover now