Capítulo 19
El trato
Ya había pasado varios días desde que Sylvie desaparecido, y todavía no sabíamos nada sobre ella. Las autoridades, encabezadas por el teniente Anderson, estuvieron buscando en todo el pueblo pero hasta ahora no hemos tenido noticia alguna. Aurelia esta devastada, apenas logre que durmiera un poco, gracias a que el doctor del pueblo le dio un calmante para calmar su ataque de nervios. Aun así no se despegó al lado del teléfono esperando alguna noticia, pero nunca ocurrió esa llamada. Después de mucho la logre convencer para que fuera a dormir un poco, aunque siendo sincera, yo tampoco he podido dormir bien estos días.
Entro un momento a la cocina a buscar algo para beber y me quede viendo los utensilios de Sylvie, no puedo evitar ponerme a llorar al recordarla. Esa niña puede robarte el corazón con facilidad y saber que está desaparecida me hace sentir tan mal. Solo esperaba que donde quiera que este, estuviera sana y salva. En eso pude escuchar el timbre de la tienda, así que me seque las lágrimas y fui a ver decirles que la tienda está cerrada por tiempo indefinido. Cuando abrí la puerta me encontré a un niño que tenía un sobre, él me dijo que un hombre le pidió que le entregara el sobre a la dueña de la tienda de ropa, a cambio de una moneda.
Abrí el sobre y había una nota extraña, la misma le pedía que Aurelia fuera a la medianoche al muelle del pueblo porque le darían información sobre el paradero de Sylvie. Mi sexto sentido me decía que era una trampa, se notaba a leguas eso, por eso antes de decirle a Aurelia sobre la carta, llame al teniente y le conté lo ocurrido. No tardo tiempo para la que el llegara a la tienda y viera la nota y tomara cartas sobre el asunto. Cuando el teniente se marchó, Aurelia se había despertado y había bajado a la tienda, preguntado quien era.
-Era el teniente Anderson, es que le avise de algo...
-¿De qué hablas Nephy?
-Bueno... es que llego una carta anónima que dice que vayas a la medianoche al muelle si quieres saber de Sylvie –le dije mostrando la carta, la cual Aurelia me la arrebato de las manos.
-¡Tengo que ir! –afirmo fuertemente
-¡WWWWWOOOOOO! ¡Alto allí rubia! –le advertí, mientras le sujetaba del brazo- No quiero que vayas a hacer una locura.
-¡¿no ves que es lo única pista sobre donde puede estar Sylvie?!
-Lo sé, por eso le avise al teniente. Además piensa que esto puede ser una trampa o una treta para sacarte dinero.
Con lo último que le dije, pareciera que la hice entrar en razón. Igualmente sabía que no podría impedir que Aurelia fuera al lugar, por eso le conté todo al teniente Anderson y él con sus hombres estaría listo si por cualquier eventualidad. Mi amiga acepto eso y poco antes de llegara la medianoche, ambas partimos hacia el muelle. Llegando al lugar de la cita, yo me oculte cerca de donde estaba Aurelia, y poco tiempo pasó para que alguien se le acercara.
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Estaba en el muelle del pueblo esperando a alguien que ni sabía quién era, pues había llegado una carta anónima que decía tener información de la ubicación de mi pequeña. Nephy me dijo que era muy probable que fuera una trampa o un engaño para sacarme dinero. Pero yo igual necesitaba saber, así que estoy acá, esperando.
-¡Buenas noches señorita! ¿Qué hace sola en esta noche?
-¿Cristofer? ¿Qué diablos estás haciendo aquí? –Reconocí la odiosa voz al instante.
-Solo caminaba por aquí ¿y tú hermosa?
-Solo... espero a alguien
-¿A quién esperas? ¿A... tu esclavita?
Lo quede mirando atónita, nadie más que mis cercanos saben lo ocurrido: Nephy, Aiko, el doctor, y el teniente Anderson. Que Cristofer lo supiera me dejo helada ¿acaso el...?
-Mira, sé que la estás buscando así que te puedo ayudar...
-Tú... tú fuiste quien se la llevo ¿verdad?
-Solo la lleve a un lugar... seguro –dijo Cristofer con tono muy burlón.
-¡Maldito! ¡Tú la secuestraste! ¡Devuélvemela! –le grite sujetándolo de la camisa.
-Tranquila querida, ella se encuentra bien por ahora–respondió soltándose, yo me quede furiosa pero necesitaba saber que hizo con ella - Guarde la compostura ¡usted es una dama!
-¿Qué pretendes...?
-Es una sencilla propuesta: Acepta ser mi esposa y hare que tu pequeña esclava regrese sana y salva.
-Eres un maldito bastardo... -murmure muy furiosa.
-Querida, tienes un día para responderme, aquí a esta hora. –Me comento mientras se alejaba- espero tu respuesta.
Caí de rodillas, derrotada, furiosa e impotente a esta situación. Por más que yo estuviera segura que Cristofer había secuestrado a Sylvie, y con esta propuesta ya sabía el porqué. ¿Qué podía hacer? No podía ir a rescatarla yo sola, parecía que no tenía otra manera que aceptar la propuesta de ese bastardo. Pero en eso mi amiga se acercó a mí.
-¿Estas bien rubia? ¿quién era ese? ¿Qué te dijo ese sujeto?
-Era... Cristofer... ¡él se llevó a Sylvie!
-¿Qué? ¿Cristofer? ¿Por qué?
-El desgraciado quiere que me case con él, solo así me regresara a mi niña. –Comente con frustración, pero en ese momento otra persona se acercó.
-Interesante...
Era el teniente Anderson, quien se apareció detrás de Nephy, miro hacia donde Cristofer había desaparecido. Hace un gesto con la mano, e inmediatamente unos militares salieron de las sombras y comenzaron a seguir a Cristofer. Ray me ayudo a ponerme de pie y me dijo que mantuviera la calma.
-Es una grata sorpresa que ese hombre esté involucrado en la desaparición de la señorita Sylvie.
-¿a qué se refiere teniente? –pregunte confundida.
-Tengo informes que involucran a ese hombre en varios negocios turbios pero no tengo pruebas para arrestarlo... Si logramos descubrir donde tienen a la señorita Sylvie, le aseguro que ese hombre esta tras las rejas. Solo tenga paciencia y no haga nada hasta que yo la llame. –dijo el teniente haciendo un gesto de despedida y se retiró.
Nephy y yo nos quedamos confundidas al ver la frialdad del teniente ante esta situación, pero algo que me demostró que ese hombre es muy confiable. Decidimos volver a mi casa a tratar de descansar, aunque la verdad solo quería que mi niña volviera a mis brazos.
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No sé cuánto tiempo ha pasado, el lugar es oscuro y frio. Me duelen las muñecas debido a las cadenas que me tienen sujeta a la pared. No me comido ni he bebido agua desde que estoy acá. Quiero volver a casa, quiero volver con la señorita Aurelia...
En eso la puerta donde estaba detenida se abrió y la luz que entraba por ella me cegó los ojos. Un hombre se me acerco y me obligo a verlo tomando por mi mentón, aunque mis ojos aún seguían cegados que no podía ver bien el rostro de ese hombre.
-Animo pequeña, muy pronto estarás con tu ama y estarás sirviéndola a ella y a mí, como la esclava que eres.
Ese hombre se marchó mientras se reía fuertemente, yo solo me sentía derrotada. Pareciera que ser una esclava será algo que jamás dejare de ser.
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Teaching Feeling - Another Story
Fanfiction¿que hubiera pasado si el doctor rechazaba adoptar a Sylvie y otra persona la adopta?