012;Miedo

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 La castaña hablaba sin parar con ese pequeño grupo, pero Izuku ni le prestaba atención, su mente sólo se enfocaba en lo que había pasado el día anterior, sólo recordarlo su pulso se aceleraba dando como consecuencia que sudara aún más. Su comida empezaba a enfriarse, pero a este no lo tomaba importancia ya que su apetito comenzaba a flaquear formando un estrago en su estómago.

¿Ocurre algo?– Dijo la castaña percatandose de el extraño comportamiento del pecoso, era cierto que siempre estaba en sus pensamientos pero no en esa magnitud, Izuku se sintió avergonzado, no sabía si decírselo ó simplemente callar, estaba muy confundido con respecto a sus sentimientos así que sólo la miró con una sonrisa tímida, negando por completo su distracción. La chica asintió no totalmente convencida y colocándose como objetivo preguntarle luego. La campana ya había sonado advirtiendoles a todos que ya era hora de regresar a clases.

El adolescente se encontraba sentado mirando las nubes en el cielo para ver si así se le olvidaban esos pensamientos en su cabeza.

Joven, si mi clase es tan aburrida como para que usted mire las nubes, sería mejor que se retire– Musito indiferente delante de su asiento.

Lo lamento–, bajo su mirada.

–Lea la página 116, de su libro hasta que yo le diga– Le ordenó.

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Se día había sido agotador, su caminar era lento y pesado, quería llegar lo más rápido a su casa, pero para su mala suerte las clases habían terminado temprano y Katsuki al no estar enterado estaba tardando un poco. Tenía un mal presentimiento al sentir ese tacto dominante.

Te dije que no te librarás tan fácilmente de mi, pequeño– Susurro. La piel del menor palidecía y su mente empezaba a nublarse, sabía que quien se trataba sin siquiera verle el rostro, todos los recuerdos caían en su mente como un balde de agua fría, mientras el miedo crecía en él. Irse de ahí sería una opción considerable, pero su cuerpo ni se inmutaba en moverse, sus lágrimas caían en el suelo al tener la cabeza gacha y sumisa.

—Eres una perra de mierda– Dijo aquel hombre, agarrando su cintura para acercarse más a él y morder la parte superior de su oreja. —, sabes muy bien que no te puedes mezclar con ellos.

¿Dónde está lo que te enseñado? Te has portado muy mal, Deku— Dijo con cinismo.

—Izuku.— Musitó aquella chica que pudo observar desde lejos aquella cabellera tan inconfundible en aquel gentío.

—Si dices algo sabes lo que te ocurrirá, y nada ni nadie te rescataran esta vez–, fueron las últimas palabras de aquel hombre mientras se alejaba con la multitud

—Izuku kun ,¿Todavía no te han venido a buscar?— Preguntó la castaña ya estando a la par con el chico y su sonrisa característica de ella.

—¿Izuku Kun?— estaba preocupada, el pecoso no respondía y sus lágrimas no paraban, su mirada se perdía en el miedo puro y su respiración era muy agitada. La chica miro a los lados para ver si veía al causante de su shock, pero no vio más que gentío, estaba claramente preocupada, nunca había visto al adolescente de esa forma y ella empezaba a actuar con pánico al no saber qué hacer, ahora solo tenía un cuerpo desmayado en el suelo y sin nadie que la ayudara.

Ayúdame, por favor. —Musitó la chica al observar que aquel cenizo se acercaba.

—¡¿Qué ocurrió?!— Preguntó, nunca pensó que por tardar unos segundos ocurriría esto.

No lo sé, cuando llegue...  al momento... sólo se desplomo–, su notorio llanto hacía que no pudiera hablar bien.

—Tranquila. Yo me encargare.— Dijo para proseguir a agarrar al chico.

—¿Estará bien?— Ochako sabía muy bien que estaba en buenas manos, pero estaba muy preocupada.

No te preocupes, estará bien— La verdad es que no sabía si iba a estarlo, él estaba igual de preocupado y hasta me arriesgaría a decir aún más, pero no podía preocuparla, esta era una carga que una chiquilla no debería de cargar, así que sin más solo se fue.

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Su despertar fue de golpe y impactante, ahora se encontraba en su habitación, las lágrimas comenzaban a salir nuevamente, sabía muy bien que lo sucedido no fue un sueño a pesar de que mayormente soñaba ese tipo de cosas. La puerta se abrió, provocando que este se asustase.

Ya estás despierto ¿Estás bien?, ¿Qué te ocurrió?— Preguntó con una cara de preocupación al ver que el pecoso empeñaba sus mejillas con sus lágrimas, la doctora —con la que frecuentaba— le había dicho que de seguro era una recaída al estar solo con tantas personas a su alrededor, pero él no estaba tan convencido con ello.

L...— Su garganta estaba hecha un lío, las palabras de su padre retumbaban en su mente, no las quería escuchar "Si dices algo tú sabes lo que pasara" ese hombre era un enfermo y él ahora podía entenderlo, sabía que podía hacer cualquier cosa y no quería causarle problemas a Kacchan, así que solo cayó y se secó sus lágrimas para tratar de no llorar.

—Sólo... me...me sentía solo y... Me asuste— Mintió, por primera vez había mentido y a la persona que jamás pensó hacerlo, aun así no paraba de llorar.

Tranquilo.— El menor se había aferrado con tanta fuerza, que lo sorprendía que solo fuese eso, quería calmarlo así que solo correspondió el abrazo.

—Aquí estoy. Y siempre te protegeré.

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Al final termino comiendo sólo un poco, para que el mayor no se diese cuenta y se dirigió nuevamente a dormir, todavía se sentía cansado, pero no importaba cuanto se acomodaba o cuantas vueltas daba, el miedo lo invadía, pensaba que en cualquier momento ese hombre entraría y lo violaría de nuevo, quería a Katsuki, necesitaba que lo abrazara, quería sentirse protegido, no podía estar solo, así que se dirigió a su cuarto y toco su puerta temeroso.

–Kacchan, ¿puedo dormir a t...— Fue interrumpido por la mano que lo jalo a dentro de la habitación del mayor, se sentía tan avergonzado pero al mismo tiempo sentía tanta calidez al estar con él. Por otra parte, Katsuki había entendido desde un principio y no le importó dormir con el chico, sabía que estaba muy sensible y no podía negarse Izuku lo abrazo por su espalda estaba impactado, pero luego solo se volteó y correspondió aquel abrazo ajeno, con su corazón acelerado, para seguir durmiendo.              

Una oportunidad para VIVIR (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora