Una oportunidad para VIVIR (Katsudeku)

007; El Parque

  No había tanta muchedumbre en ese lugar, se podía observar una que otra persona haciendo distintas activadas, además de los árboles frondosos y un lago donde se podía cruzar por un pequeño puente, Bakugou se sentía muy mal por haberle gritado al chico el día anterior y ahora quería demostrarle el significado de sus palabras, buscar ayuda de un profesional sería una opción considerable pero para él no, su orgullo se lo impedía, pedir ayuda no iba con él.

El menor estaba curioso por el hermoso lugar, pero trataba de retener sus impulsos mientras se hallaba caminando atrás del cenizo, quien simplemente se quedaba callado.

–¿Te gustaría comer algo? – El preguntó.

El adolescente se quedó quieto a la pregunta, era verdad que no había almorzado y su estomago empezaba a gruñir en busca de atención, así que asintió, subiendo su cabeza antes gacha para notar como el mayor se dirigía al único puesto cercano mientras repentinamente le agarraba su mano.

–¿Qué se le ofrece?– Decía un hombre canoso dentro del puesto con una sonrisa de lado a lado.

– Deme una helado–

–¿De qué sabor?– Musito dándole un folleto de los tipos de sabores con fotos de esta.

El rubio solo miro al pecoso quien se encontraba atento a la compensación y se dispuso a entregarle el folleto, como si le estuviese diciendo que él eligiera.

El peli verde le trato de devolver el objeto, él no le importaba si era Katsuki quien elegía, no tenía ningún inconveniente.

– Estas son cosas que tienes que resolver tú solo– Se negó a agarrarlo.

No sabía qué hacer, no sabía cómo elegir, pero con un poco de ayuda en abrir el folleto, empezó a observar, llamándole la atención uno en especifico, blanco con frutos rojos pero tan rojos que le recordaba al mayor y su ojos escarlatas la primera que sus miradas que encontraron, así que señalo con su cabezo gacha, aloque Katsuki sonrió sutilmente al notar que el chico lo estaba intentando.

El señor prosiguió a dar el helado ya servido y él pecoso lo agarro, se sentía tanta vergüenza que hasta sus mejillas empezaban a enrojecer sin que él se diese cuenta.

Comenzaron a caminar sin rumbo o por lo menos para el pecoso quien solo seguía los pasos del cenizo.

–Fue aquí...– Musito llamando la atención del menor – Fue aquí cuando decidí ser un héroe al ver a unas personas ser rescatadas del peligro, tenían tanto miedo y desesperación, querían ser libres, hasta que fueron rescatados, tenían un brillo en sus ojos que en ese momento nunca había visto, quería seguir viendo esas miradas de admiración, así que me convertí en uno, para rescatar a personas de su sufrimiento y que sean libre... por eso es que fue que cuando te vi, quería ayudarte, quiero que seas feliz, quiero que tengas ese brillo en los ojos, que puedas tomar tus propias decisiones, puedes confía en mí, no quiero que seas lastimado nunca más, te protegeré cueste lo que me cueste-

Sentía como esos ojos color escarlata lo miraban fijamente, y nuevamente tuvo esa sensación en su corazón acompañada con la duda e inseguridad.

–I...Izuku... ¡M...Mi nombre es Izuku!– dijo con dificultad mientras serraba sus ojos, había decidido confiar un poco, tan solo un poco en el mayor, se le hacía muy difícil, pero sus palabras le hizo decir su nombre, se estaba arriesgando, él lo sentía así, no sabía si iba a valer la pena, pero decidió hacerlo, por primera vez en tantos años decidió que una persona pudiese entrar en su vida.

Katsuki sonrió nuevamente llevando su mano hacia arriba para acariciar la cabellera verde del adolescente que temía ser adicto. El pecoso al principio se había asustado, pero después de unos segundos se tranquilizo al tacto cálido.