005; El primer día

6.4K 699 125
                                    

KATSUKI

¡¿QUÉ HARÁS QUÉ?!—Dijo el pelirrojo impactado por lo dicho, mientras escupía la bebida de su boca, provocando que cayera en el piso de la oficina de rubio.

Lo que has escuchado, pelo de menstruación. Me ofrecí a cuidar al niño hasta que sea mayor de edad. — musito este, dándole un golpe a su amigo quien se quedaba boquiabierto con la noticias. Y es que el rubio ni siquiera tenía pareja excusándose de que era "una pérdida de tiempo", simplemente era de no creer que ahora iba a cuidar a un chiquillo. —Mañana lo llevare a casa así que será mejor que no vayas  por un tiempo, o por lo menos en estos momentos no —Le informo.

Y yo que quería que me prestaras algunas películas. —Dijo Kirishima un poco entristecido por la orden de cenizo.

Pues te jodes. —Respondió el rubio rodando sus ojos.

Por alguna razón Katsuki sentía una conexión con el menor, a pesar de su falta de comunicación por su parte. Cualquiera diría que era lástima, pero no, él sentía algo más. Todos estos días se la había pasado arreglando las cosas para la comodidad del pecoso, arreglándole un cuarto, comprándole distintos tipos de ropas para diferentes ocasiones y alimento que le ayudará a su salud, todo esto sin contar las constantes visitas que le hacía sin falta alguna dejándole cualquier cosa como flores, frutas, dulce, sin que se diera cuenta, para llegar a provocarle al pequeño una leve sonrisa por las cosas impresionantes que nunca pudo ni siquiera tocar. Él estaba decidido en proteger al chico, a pesar de que no lo mostraba, trataba de actuar con indiferencia, eso lo pudo notar su amigo que lo observaba muy minuciosamente, sin duda el rubio estaba lleno de sorpresas y esas acciones, a pesar de actuar "desinteresado" era una de ella.

—Bueno me retiro— Dijo su amigo finalizando su conversación para retirarse de ese lugar "Simplemente una locura, ¿qué estará tramando?" pensó este ya afuera.

DEKU:

Hoy era el último día en el que el pecoso iba a estar en el hospital y era su primer día en ir a la casa del rubio, aún así todo era muy confuso, las personas que iba conociendo, lo trataban diferente de lo que él estaba acostumbrado, aunque no se confiaba, el recuerdo de lo ocurrido en sus catorce seguía muy vivido a pesar de los años, provocando que recayera cada vez que lo recordaba con temor, llegando a pensar que lo que estaba pasando era solo un lindo sueño que iba a desaparecer tarde o temprano. Esto lo entristecía tanto que llegaba al insomnio creyendo que si cerraba los ojos despertará en el sótano.

—Pa...pase— Musita al escuchar la puerta sabiendo por la ventanilla de esta, que era el rubio, siendo todavía la única persona con quien hablaba, quería seguir todo al pie de la letra como le enseño su padre para no ser castigado, no quería tener problemas con él, no quería causarle molestia alguna, a pesar de que este todavía no le hacía nada quería prevenir cualquier error.

—¿estás listo para irnos?—Le pregunta desde la puerta.

si Respondió a lo que Katsuki prosiga en abrir la puerta por completo para toparse con un pecoso ya sano y sin heridas tan visibles con una ropa que él mismo le había traído, por otra parte el adolescente se sentía un poco avergonzado por el cambio, nunca se había puesto algo así y sus mejillas le empezaban a arder con cada mirada que este le daba, provocando que escuchara los latidos de su corazón fuerte y claro.

Una oportunidad para VIVIR (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora