015;Impacto

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KATSUKI:

  Todo estaba tranquilo hasta que respondió esa llamada...

  Preocupación; terror, confusión, ira, frustración, sentimiento que al fin y al cabo no ayudaban para nada. Su mirada se encontraba completamente sumergida en aquellas palabras, se supondría que tenía que esperar sentado leyendo aquel libro que había dejado a media por la falta de tiempo hasta que la hora llegase, pero ahí estaba el, completamente preocupado por aquel pequeño que ahora no sabía su paradero, así que prosiguió a agarrar las llaves que se encontraban en la pequeña mesa de la sala e irse a el lugar de los hechos.

  Quería pensar que todo esto era una broma de mal gusto, pero al llegar entendió que era más real que nunca. Aquel lugar estaba claramente con un silencio disimulado, actuar sigilosamente era un reto constante para no llamar la atención de los individuos que pasaban, mientras que la policía le hacía preguntas a la chica castaña que se encontraba un poco alterada.

  Katsuki quería respuestas, pero sabía que sobresaltarse no lo iba a lograr, así que se acercó a la escena controlada por los policías.

  –Expliquen– Ordeno el rubio, con una mirada enfurecida que hizo temblar a los demás.

  -Al parecer han secuestrado al chico que estaba a tu cargo– Repitió lo que le habían dicho por teléfono.

  –¿Quién?

  –Según los testigos, él solo salió diciendo que se sentía mal. La única persona que pudo ver más que eso; es esta chica, mientras estaba en la ventana.

  – El chico fue empujado a un auto desconocido número de placa XXXXX, por un hombre alto y cabello desordenado– .Estas palabras le dejaron con un mal presentimiento. Solo conocía a una persona que podía hacer ese tipo de cosas, pero ese hombre –según su mente– aseguraba estar tras las rejas, no había ninguna posibilidad de que estuviese rondando por estos lugares, la ubicación del pecoso era confidencial para su padre, quitándole la custodia total del chico, pero una pizca de duda se posaba en su cabeza, así que solo esperó hasta que terminara con la mísera información que tenía, para irse a investigar por su cuenta. No aguantaba con ese pensamiento que lo reconcomia.

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  Las puertas del lugar se abrieron de par en par dejando relucir a un rubio que trataba de contener su inquietud, sus pasos eran pesados y a aquellas personas que pasaban a su lado se les hacía muy difícil no sentir un pequeño escalofríos, su aura se tornaba oscura, tenía que tranquilizarse pero se le hacía aún más imposible. En su propia agencia la gente notaba que algo no andaba bien, siempre sus enojos los expresaba con gritar a todos, pero ese día no. Las personas del lugar se sentían aún peor al no escuchar su voz, prefería mil veces ser gritados con "incoherencias", que aquel silencio tan incomodo.

  –Hey broo– Saludo Denki, al ver que Katsuki se acercaba a su asiento.

  –Últimas noticias del padre de Izuku Midoriya– Ordenó con una expresión seria y demandante. Kaminari entendió y rápidamente se dirigió a una pila de hojas para revisar en ellas, hasta que encontró una información claramente valiosa para el caso que se empezaba a desarrollan.

  –Al parecer a salido de la cárcel por falta de evidencias del asesinato de su esposa y solo le dieron 15 años de cárcel por abuso infantil, pero han pagado su fianza– Dijo relativamente normal al no estar al tanto de los acontecimientos de las últimas horas. Katsuki claramente cabreado agarró a su amigo de la camisa para acercarlo con brusquedad y decir:

  – ¡¿Y POR QUÉ MIERDA NO ME LO COMENTARON?!–  Gritó.

  Aquel hombre se lo había llevado, sus sospechas eran ciertas y su voz se torno gruesa y áspera, quería gritar más alto, destruir todo a su alrededor, pero no podía, tenía que actuar lo más rápido posible. El recuerdo de la primera vez que lo vio se coló en sus pensamientos, y un chasquido de su lengua hizo eco en todo el lugar llegando a soltar la rubio con aquella marca negra, no quería volverlo a ver en ese estado.

  Tanto que había intentado sanarlo, tanto que intento que aquel chico olvidara su pasado, todas esas cosas hacían que su corazón se doliera, él le había dicho que lo protegería, se lo había prometido y esto se le escapaba de las manos, su peor pesadilla si hacía realidad y el no izo nada para que eso no ocurriera.

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IZUKU:

La oscuridad todavía reinaba ahí sus labios se resecaban con cada segundo que pasaba, sus muñeca se tornaban rojas con casa ligero movimiento que hacía y la posición de su cuerpo ya hacía rato que le incomodaba, no sabía cuánto horas había pasado, desde que su padre salió ya que se había desmayado y no tenía noción tiempo.

Clac.

El sonido de la puerta llegó a impactarlo en un sobresalto y un pequeño quejido. La puerta se abrió pero la luz que se entraba no dejó ver quién era el causante de esa acción. Intento abrir los ojos pero tenía que acostumbrarse al cambio repentino y ahora menos, al notar como esta persona tapaba sus ojos con una venda dejándolo en completa oscuridad, sus manos fueron liberadas e igual que sus pies, pero no del todo, seguían apresadas, pero las cadenas que lo mantenían en esa posición habían desaparecido o así pensó hasta que fue jalado repentinamente sin aviso. Estaba asustado y estaba temblando con el corazón acelerado...

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KATSUKI:

Los días se convirtieron en semanas, las ojeras que rodeaban sus ojos color rubí se tornaban oscuras, lo único que lo mantenía despierto era aquellas bebidas con cafeína y el deseo constante que querer encontrarlo, sus compañero comenzaban a preocuparse por él, pero Katsuki nunca se rendiría y eso lo sabía cualquiera, nunca pensó que tardaría tanto en buscar a ese estúpido, y tampoco pensó que aquel hombre estuviera involucrado en cosas realmente peligrosa, el siempre pensó que solo era un patán que había matado a su esposa y cuyo hijo abusaba vilmente, pero cosas como el tráfico humano y prostituciones eran una de las cosas con las que estaba involucradas. La voz y sonrisa del chico no se la sacaba de la mente, le servían como motivación para seguir. Las palabras que él siempre le repetía no iban hacer en vano, él lo iba a proteger cueste lo que cuesta hasta que cumpliera los dieciocho.

Toc, Toc, Toc. Sonó la puerta, para luego abrirse.

Katsuki alzó su mirada, si alguien abría esa puerta es porque una noticia importante escucharía. A la persona de la puerta le corrían gotas de sudor en su cara y su respiración era irregular, al parecer había corrido una larga distancia.

Jefe, lo hemos encontrado– Dijo entre jadeos. Su corazón empezó a palpitar, por fin... por fin lo había encontrado.   



Una oportunidad para VIVIR (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora