Sting estaba nervioso. Muy nervioso. Acababa de salir de trabajar en ese momento. Aquella mañana Rogue le había anunciado que era su día libre, por lo que se quedaba en casa él solo. Había aprovechado que no vería al pelinegro en toda la mañana para pasar a comprar unos anillos a una joyería, le había dolido el precio, pero debían ser caros para demostrar el "amor" que sentía por Rogue. La mujer que le atendía le había sonreído, creyendo que estaba verdaderamente enamorado, Sting solo podía llorar por dentro.
Cuando llegó a su casa, dispuesto a darle a Rogue su anillo y reír un rato de sus desgracias, se llevó una gran sorpresa al ver que el hombre no estaba en casa. Ni siquiera en el armario, en el cual había mirado por asegurarse. Lo había llamado, pero incluso se había dejado el móvil en casa. Lo que solo podía significar una cosa, que el hombre de inmigración había vuelto aquella mañana seguramente sabiendo que Sting no estaría.
Con gran rabia, corrió como loco de regreso a la calle, conduciendo con velocidad hasta la comisaría. Frunció el ceño molesto, interrumpiendo cualquier conversación que se estuviera dando para hablar con el hombre en la recepción. Se detuvo frente al escritorio, mirando a través del cristal que lo separaba de la persona totalmente indiferente y cansada frente a él.
—¿Dónde está el departamento de inmigración?—El hombre, molesto, le señaló por dónde ir sin ninguna objeción, Sting corrió sin importar si empujaba a alguien por el camino y tratando de no sentirse amedrentado por las miradas.
Preguntó por Rogue un par de veces,pero nadie supo decirle nada. Un par de personas le indicaron que no podían darle información, y Sting casi quiso escupirles en la cara. El lugar era amplio y estaba repleto de personas. Se movió sin importarle la cola nuevamente y mucho menos los insultos.
—Busco a Rogue Cheney, mi prometido, se lo han llevado del departamento sin estar yo presente.—A Sting le sentaron extrañas aquellas palabras, pero la ira no le permitió pensarlo en aquel momento. Cuando le prohibieron la entrada una vez más y le indicaron que esperase, gritó—. ¡No permitiré que le hagan ni una sola pregunta sin estar yo presente! ¡Soy su abogado!—Solo entonces fue cuando lo dejaron pasar. Ahorró su sonrisa de satisfacción mientras caminaba. Sting agilizó su paso y entró sin llamar en la sala indicada, sorprendiendo a las personas en el interior.
—¿Quién es usted?—Sting ignoró la pregunta y se sentó junto a Rogue, de quien pudo entrever la mirada de alivio. Cuando Sting le dio un corto beso en la mejilla se sorprendió, pero supo mantener el sentimiento a ralla y continuar con el pequeño teatro.
—El prometido de Rogue, aparte de su abogado. ¿Puedo saber a qué viene todo esto de una vez? Dado que ayer se negaron a explicármelo. —Sting miró con recelo al hombre del día anterior cuando habló. El hombre frunció el ceño y gruñó.
—¿Prometido? No nos ha informado de esto, Cheney.—Rogue abrió la boca sin saber qué contestar, pero Sting se adelantó, completamente molesto.
—En realidad aún no es mi prometido, pero me ha hecho joderle la sorpresa—rió sin gracia Sting, la rabia real reflejada en su voz casi haciendo que Rogue se lo creyera. Se giró hacia Rogue, quien lo miró sin comprender nada de lo que Sting estaba haciendo—. Sé que este no es el mejor lugar, pero ¿quieres casarte conmigo?—Sting sacó uno de los anillos que había comprado, Rogue abrió los ojos con sorpresa sin ser capaz de responder. Sintió el oro deslizarse por su dedo, la talla era la perfecta para él. Sintió el frío metal contra su piel y levantó de nuevo la vista hacia Sting con una sonrisa llena de esperanza.
—Por supuesto.
....
—He disfrutado mucho de las caras que tenían cuando han visto el anillo, de verdad lo han comprobado y todo—rió Sting mientras conducía de regreso a su casa. Rogue daba vueltas al anillo en su dedo y observó el que Sting llevaba ahora en su mano—. No me puedo creer que te hayas ido sin decirme nada, debiste llamarme.
ESTÁS LEYENDO
Vivan los "novios"
FanfictionRogue se ve encerrado, no puede encontrar una salida ante aquella situación que veía venir desde hacía tiempo atrás. Está asustado, porque volver a su país significaría perder toda su vida. Sting le ofrece su ayuda, una idea descabellada que Rogue s...