Si tuviera que resumir aquel verano en dos palabras , diría : " Inopinado" y " Vehemente " , es decir , imprevisto y bastante intenso , si no os estáis enterando de a que me refiero , no os preocupéis , lo hareís , solo que....poco a poco.
Todo com...
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—¿La novia? —dije incrédula.
—Sí... —dijo intentando aguantarse la risa. No era gracioso.
—Axel, yo quiero mucho a Jonas, pero tú solo míralo, ¡pero si es un niño!
—De 22 años —como siguiera aguantándose la risa se le iban a salir los ojos de las órbitas—. Amor, me gustaría que me acompañaras a la fiesta de Logan...
—¿Otra fiesta? Axel...
—Por favor —me interrumpió—, quiero presentarte formalmente a mis amigos y todo eso...
—Hasta medianoche...
—Hasta medianoche se dijo —y de repente se empezó a reír solo sin parar. No entendía nada—. ¿Sabes que pasó a medianoche?
—Cenicienta perdió su zapato —dije coqueta.
—Y tú a medianoche, pequeña, vas a perder el vestido —dijo antes de acercarse y besarme.
~☆~
La música no hacía más que retumbar en mis oídos a través de aquellos enormes altavoces que se alzaban por aquella imponente escalera mientras que podía ver una cantidad de adolescentes hormonados bailando alrededor de la sala de aquella fraternidad como si no hubiese un mañana.
—Ey, bro —una voz me distrajo.
—Abel, tío, ¿qué pasa? —Axel contestó rápidamente mientras lo abrazaba.
—Wow, y el bellezón... ¿Quién es? —noté como a mi lado Axel se tensaba.
—Norah —contesté.
—Pues hola No...- abrió los ojos como platos, se volteó a Axel—. ¿Norah? ¿Tu Norah? ¿Tu pequeña?
—Sí —contestó de forma seca.
—Capullo, siempre te llevas lo mejor... —dijo Abel resignado.
—Es lo bueno de ser el guapo delgrupo —dijo en medio de una carcajada—. Oye... y ¿Madison?
—Con Jonas, qué extraño, ¿no? -—dijo riéndose.
—Mucho —otra carcajada.
Tras despedirnos de Abel, Axel encontró un nuevo objetivo: encontrar a Madison. Y al cabo de minutos la encontró, junto a Jonas, bueno... Más bien, encima de él. ¡Qué asco!
—Madie , ¿puedes venir un momento? —la sonrisa que puso Madison al ver a Axel, me dio tal grima, que me dieron ganas de borrársela a tortazos.
—¡Ax! —le faltó tiempo para darle un abrazo, ¡aghh!—, y tú, obvio que eres Eleonorah.
—Norah —especifiqué con un desagrado bastante obvio.
—De acuerdo, Norah —dijo con un suspiro—. ¿Puedes venir un segundo? —aunque no me hiciera gracia alguna, asentí—. Sé que no te gusto...
—Pensé que no sería tan obvia...
—Sólo quería decirte que aquel día besé a Axel porque me dijo que estaba desesperado porque le prestarás atención.