Capítulo 22; Nadie sabe lo que es correcto.

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»~«

. . .

Las manos de Sasori recorrieron el delgado cuerpo desnudo de Deidara de manera lenta y casi torturosa para el rubio artista. La necesidad de explorarse y alcanzar aquel tipo de arte desconocido que atraía a ambos era demasiada; simplemente querían tocarse y que sus cuerpos se juntaran de una buena vez.

Deidara no sabia si era por el alcohol o porque realmente le atraía el marionetista que estaba en una habitación con el apunto de tener sexo.
Aunque, ¿que importaba?, probablemente el ya se esta follado a Sasuke sin remordimientos en una de las habitaciones, ¿porque no hacer lo mismo el?.

Sinceramente estaba cansado de tener que mendigar el amor de Itachi, estaba consiente de que su esposo amaba a su hermano más que a el y, que por mucho que lo intentaran jamás estarían juntos de la manera que el ansiaba, así que, esa noche tiraría todo a la mierda y dejaría que aquel chico "desconocido" lo hiciera suyo de todas las formas posibles.

Las habilidosas manos de el pelirrojo tocaban y pellizcaban el cuerpo contrario, causando gemidos y suspiros, suspiros dirigidos a él, solo a ese chico.

Sus bocas volvieron a unirse, roazandose tan delicada y sutilmente. Los brazos y piernas del pequeño rubio emvolvian al pelirrojo que se encontraba encima suyo.

Sentir las uñas de el menor enterradas en su espalda lo hacían delirar; ese rubio era arte puro, de eso no tenía duda, y justo porque era puro, tenía el deseo de mancharlo.

Quería mancillarlo, quería comerlo, quería que dejara de verse tan limpio, quería hacerlo de su propiedad, quería marcarlo y hacerlo suyo, lo deseaba sólo a el. . . lo supo desde aquel primer mlme ti en que sus miradas se conectaron.

El beso se decido en un instante, pero no de mala manera, si no para explorar  nuevas zonas con aquellos labios que muchas bocas habían besado, pero ninguna tan dulce como la de el chico, fue el primer "click" en su larga vida, no tenía duda, era el amor de su vida.

Su lengua mojada y sus dientes afilados se aferraban delicadamente a los pechos de el menor, quien cerraba los ojos tratando de canalizar todo el goce que sentía, el pelirrojo succionaba con más frecuencia aquellos botones rosados contrarios, haciéndo al pequeño e inexperto Deidara sacar gemidos apresurados, pues éste sentía su parte baja arder por la excitación, lo torturaba, le torturaba cuánto podía llegar a tardar, pero le encantaba, esa manera en que le ponía atención, lo que nunca espero de Itachi. . .

No era sexo, esto si era lo que algunos llamaban "hacer el amor", no hacía falta darle tantas vueltas a el asunto para llegar a este simple conclusión; sin saberlo ambos estaban enamorados.

—S-saso...Sasori ahh no da... Ahhh naahh ahh —suspiro el rubio, jalando el cabello que no le pertenecía, centrando toda su calentura en ese y en la punta de sus pies.

Pronto, el pelirrojo bajo y delineo aquel delgado abdomen con sus labios, obligando a el menor a deshacer el agarre que sus pies tenían sobre sus caderas. El mayor se deleitaba con el sabor y con aquella suavidad que la piel contraria enmanaba, le prendia a niveles inimaginables, y, el hecho de oírlo suspirar su nombre sólo.. lo hacía e n l o q u e c e r

Y.. en un par de segundos, ya estaba llegando a la parte baja del abdomen de el rubio. Ambos se miraron casi al mismo tiempo, las palabras sobraban en este acto. La mordida de el menor en su propio labio hizo que Sasori diera por hecho que si, en efecto el menor quería que continuara.

—Ahhh Sa.... sasori...— gimio y arqueo la espalda, al sentir su miembro dentro de la húmeda boca contraria, Dios... era algo que no se podía describir, era un placer único!

Sasori comenzó a mover su cabeza de arriba hacia abajo, masturbando el miembro ajeno con sus labios, mientras que el chiquillo, volvía a hundir sus dedos en el ardido cabello contrario, "tratando" de contener todos aquellos suspiros cargados de placer, no quería acabar, no ahora, no en su boca pero ¡Dios! si seguía así . . . si seguia así, no aguantaría ni un segundo más, de eso estaba seguro.

—¿Lo disfrutas?

—Quiero más de ti.. mh

El mismo se sorprendió de haber podido articular palabra, su rostro, tan rojo, y su mente tan perdida (no se sabía si era culpa de el alcohol o de el momento) eran la imagen perfecta a los ojos de el mayor.

La ropa comenzaba a estorbarle a el pelirrojo, por lo que optó por deshacerse de ella, era el mo me ti perfecto. Una vez esas prendas quedaron perdidas, metió uno de sus dedos a su boca, mojadolos y lubricandolos y metió uno sin decir nada.

Un pequeño gesto de incomodidad brotó en el rostro de el rubio, más no dijo nada.

Era rara esa sensación, ya que pocas eran las veces en que Itachi lo preparaba, pues el mismo sabía que no le hacía falta, en cambio, Sasori, aun pleno goce y clímax, había optado por cuidarlo.

Un segundo dedo se hizo presente en la preparación, saliendo con más rapidez que al principio, haciendo que el menor comenzará ya a mover las caderas exigiendo más, ese rubio era arte, era arte, era arte, era arte y nunca de los nunca se cansaria de decirlo. ¡Nunca!

Con desesperación obvia sacó aquellos dedos, remolazandolos con su miembro, quien se posó justo en la entrada de el menor, una última mirada para corroborar todo estuviera bien y . . .

Las manos de el mayor se posaron en los hombros de el chico, y de un solo jalón hacia el, su miembro entró.

Un gemido lleno de placer salió de el mayor, el menor se negaba a gemir, tanto, que el labio que previamente estaba mordiendo le comenzaba a sangrar. ahora, en este punto, le daba vergüenza verlo a los ojos; después de esto ¿Qué es lo que pensara esa persona cuando se entere que está casado? no podía ni imaginarlo... pero, al final, y como siempre, terminó por dejarse llevar

Que pase lo que tenga que pasar

Y de un gemido sincero, volvió a enrozcar la cintura contraria, haciendo que la penetración se hiciera más profunda.

El ritmo para nada fue delicado, al contrario, fue rápido, más de lo que Deidara pudo imaginar, y así se mantuvieron, pegados, unidos, susurrandose cosas obscenas y... sonriendo de pura vergüenza entre ellos, parecía perfecto, como siempre algo debai arruinarlo

la puerta se abrió, mostrando a un Itachi enojado, totalmente, al describir que su esposo no estaba en la sala y que nadie lo había visto partir.

¿Qué diablos estaba pasando? Nadie lo sabía, sólo él, quien tras entrar en razón antes de hacer algo con Sasuke decidió regresar donde pertenecía, con su esposo....

Sasori estaba totalmente tranquilo, pues ya sabía que eran esposos y . . .  ¿Miedo? para nada, estaba dispuesto a luchar por ese niño a muerte, sin importar el porque o las consecuencias. Asi era el amor.

Déjate Llevar [ItaSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora