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En la sala de profesores.

Mendeleiev estaba tranquila y muy concentrada en su trabajo y...

-¡Mendeleiev, Mendeleiev!

Un gritó que ya conocía la nombró y suspiro profundo antes de voltear levemente su silla para ver a su alegré compañera de trabajo, agarrando una silla, acercándose a ella y sentándose.

-¡A Marinette le gusta Adrien! ¡No estoy loca, lo oí de casualidad!
¡¿No crees qué hacen una bonita pareja?!
¡Ojalá que me inviten a la boda!

Exclamó la alegré ojiverde.

La mujer de bata, gruño levemente mientras miraba a sus demás colegas, quienes miraban a otro lado, no estando dispuestos a meterse en ésa conversación.

Ésos... traidores.

La mujer de anteojos, suspiro profundo y acomodó su silla, para seguir con su papeleo.

Algo le decía que su colega no oyó éso por casualidad, pero preferiría no alargar el tema... realmente ésa mujer la agotaba.

-Que bien, ahora ponte a trabajar.- ordenó con voz severa.

La pelirroja, hizo girar su silla mientras miraba al techo, alegré y muy soñadora.

-Siempre supe que una chica tan increíble como Marinette encontraría el amor a temprana edad, no como nosotras, o como tu mayormente.

Y los anteojos de Mendeleiev casi se caen mientras más de uno de los otros maestros se aguantaban la risa.

Mendeleiev les daba algo de miedo ya que era estricta hasta con ellos, pero gracias a Bustier, podían divertirse y olvidarse de su miedo.

-No puedo esperar a la hora en oír los rumores cuando ellos empiecen a salir.
¿Quién será que se va a declarar primero?

Por la cabeza de la mujer, pasó una imagen de Marinette vestida todo de blanco como un príncipe mientras se arrodillaba y le extendía una rosa a Adrien, quien vestía un largo vestido rosa y estaba en la cima de una torre.

¡Ser joven era tan magnífico!

-¿A él le gusta ella siquiera?

Al oír ésa pregunta, Caline miró a su compañera, sin borrar su sonrisa.

-¿Eh?- preguntó, sin entender bien.

La mujer de gran mentón, suspiro profundo y miró levemente a su colega.

-¿Siquiera sabes sí al chico le gusta Marinette?
Dijiste que a ella le gusta él pero no sabes sí es mutuo.
La realidad no es un cuento de hadas ni nada, es dura y hasta cruel para muchos. - explicó antes de volver a su trabajo.

Caline, aún con su sonrisa, tenía los ojos en blanco mientras la imagen del príncipe Marinette y la princesa Adrien se quebraba como un espejo, volviendo a la realidad.

-¡No puede ser! Tienes razón, no sabemos sí a Adrien le gusta Marinette.
¡Mendeleiev, ¿qué haremos?!

Preguntó mientras sacudia levemente el hombro de su compañera de trabajo.

La mujer de anteojos, gruño y la miró con enojó.

-A mí no me importa e...

-¿Por qué le preguntó a otra solterona sobre el romance?

Y Caline se fue a su lugar a terminar su trabajo, pensando en que hacer mientras dejaba a Mendeleiev de muy mal humor y con dolor de cabeza mientras los demás docentes se aguantaban la risa.

Definitivamente amaban a ésa mujer.

Continuará...
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¡Hola!

Sí a alguien no le caía bien Mendeleiev, creó que gracias a Miss Bustier, en está historia les caera un poco mejor.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

No lo debo hacer (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora