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Después de clases.

Adrien veía con algo de arrepentimiento a Marinette quien limpiaba la pizarra, algo enojada.

-¿Por qué tenías tanto empeño en que nos castiguen?- preguntó la chica.

Durante toda la clase de Miss Bustier, Adrien se la pasó inquieto, viéndose ella como cómplice y al final, fueron castigados, quedando después de clases para limpiar el salón.

Tenía cosas muy importante que hacer con los miraculous pero éso le hacía perder mucho tiempo.

-Lo... siento, pero... dijiste que no tenías tiempo y en verdad necesitaba hablar contigo.- respondió el rubio mientras agarraba otro borrador y ayudaba a su amiga a limpiar la pizarra.

La azabache, suspiro de manera sonora para relajarse.

Ya no tenía caso enojarse y seguro Adrien estaría en problemas cuando vaya a su casa, así que mejor intentaba mantener la calma.

-¿Qué necesitas de mí?- preguntó la ojiazul mientras movía su brazo, intentando alcanzar una parte alta de la pizarra.

¿Por qué todas las cosas tenían que ser tan alta?

Sí, las cosas eran puestas altas, no es que ella fuese bajita.

Los borradores chocaron y Marinette levantó su mirada sorprendida para ver como Adrien la veía fijamente.

Sus dedos se tocaban levemente por ése encuentro accidental y ella estaba muy sorprendida para ser la primera en retirar su mano.

-Quien hizo ésa bufanda que tanto me gusta, ¿fuiste tú?- preguntó el chico.

Al oír éso, Marinette agachó su mirada y bajo su brazo.

-N-no, claro que no.
Tu padre te la regaló en tu cumpleaños, ¿recuerdas?- exclamó ella.

Puede que ésa bufanda fue un regaló para Adrien cuando tenía ése enamoramiento por él, pero aun ahora quería que sea felíz mientras cree que fue un regaló de su padre y no de ella.

-Nathalie nos dijo la verdad, nos dijo que era un regaló tuyo.

Por primera vez estuvo enojado con Nathalie al oír la verdad y se sintió un idiota al darse cuenta que su padre ni siquiera se esforzaba en darle un regaló, sólo le daba la orden a Nathalie de que lo haga.

-¿Por qué no me dijiste?- preguntó Adrien.

-Te veías felíz y... preferí verte felíz.- respondió ella.

Algo le decía en el fondo que era cuestión de tiempo para que Adrien descubra la verdad, pero no creyó que ése sería el día.

El chico, apretó levemente sus dientes mientras se sentía mas confundido por ver a su amiga, Marinette.

-Por favor, deja de ser así.- pidió el chico y ella lo miró, confundida.

-¿Así cómo?- le preguntó.

Adrien se volteó completamente hacía ella mientras bajaba su brazo.

-Deja de ser tan tú, por favor.- pidió.

Siempre sintió que ésa chica tenía algo que la diferenciaba de las demás para él y ahora éso está empeorando.

Lo ignoraba pero cada vez le era mas difícil lograrlo.

Marinette desvió la mirada, sintiendo ése ambiente muy... raro para dos amigos.

-L-lo siento mucho... pero no es posible.- exclamó ella, nerviosa.

Creyó que cuando Adrien sepa la verdad, iba a alejarse de ella por hacerlo sentir una felicidad falsa, pero... sentía que se habían acercado mas que nunca.

Adrien miró fijamente a Marinette, sintiendo que ahora veía algo en ella que no había logrado ver hasta ahora.

Ella siempre estaba a su lado cuando la necesitaba y nunca se dio cuenta hasta ahora.

¿Por qué Marinette se esforzaba tanto en ayudarlo, sin pedir nada a cambio o ser reconocida como mínimo?

No entendía absolutamente nada pero algo sí sabia y es que sin darse cuenta, empezó a necesitar de ella.

-Adrien, Marinette, ¿qué hacen aquí?- preguntó la maestra Mendeleiev desde la entrada.

Los dos jóvenes se alejaron un poco y miraron a la docente.

-Nos portamos mal y... nos quedamos a limpiar el salón.- respondió Adrien.

La mujer, sudo ligeramente al darse cuenta de algo que no mencionaria jamás.

Acababa de arruinar un momento entre Marinette y Adrien, cosa que sí Caline Bustier descubría... era mejor que no lo sepa.

-B-bueno... que les sirva de lección.- dijo la mujer antes de seguir con su camino.

Ése era el momento en que le daba un sermón a su colega por querer meterse en la relación de sus alumnos, pero algo le decía que está vez era mejor dejarlo pasar.
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Mas tarde, en la casa de Caline Bustier.

La mujer estaba sentada levemente sobre una mesa, con sus brazos cruzados y su ceño fruncido.

Dejó a Adrien y Marinette sólos por unos minutos ya que tenía algo que hacer y al volver, sintió el ambiente... diferente entre ellos.
Estaban muy relajados juntos a diferencia de otras veces.

¡¿Qué fue lo que paso en ésos pocos minutos que no estuvo?!

Sabía que tenía que ocultar una grabadora para luego oír de lo que hablaron.

Continuará...
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¡Hola!

Sí no recuerdo mal, no hago una historia donde Adrien va enamoradose de a poco de Marinette desde... nunca.

Lo hago de manera simple y mínima por el simple hecho de no ser fan del drama y la descripción elaborada, pero lo hice.

Es raro para mi gusto escribir un amor desde cero pero en está oportunidad quise hacer una excepción.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

No lo debo hacer (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora