Ocho

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 Comenzó la escuela secundaria con 12 años, y fue una tortura. Iba a un colegio del centro de Nueva York, las cámaras lo seguían por todos lados, todo el mundo quería tomarse una foto con él y no había nadie que no se le acercara a hablar sobre sus padres.

  Ser un niño trans que está atravesando la pubertad y luchado contra su mente en silencio por miedo a contar quien en realidad es, no es algo fácil, mucho menos para Peter, más conocido como Morgan Stark-Rogers, o "la marimacho" como lo llamaban en la escuela, en los diarios y en los canales de noticias.

  Al principio, Peter había intentado ser lo más femenina posible, para esconder la verdad, pero odiaba las polleras del uniforme escolar, así que utilizaba el pantalón todos los días. Gracias a eso, se había ganado el apodo de "Marimacho" y así la llamaban el el colegio: Marimacho Stark-Rogers.

  En el colegio también estaba solo. Wanda y Pietro seguían viviendo el Malibú, así que ya no eran sus compañeros de colegio, Shuri estaba en África y se le hacía muy difícil hablar con sus compañeros. No quería ir con las chicas, le daba vergüenza, y ellas no lo querían allí por ser muy masculino. Entre chicos siempre se había sentido más cómo, como si ellos verdaderamente pudieran comprenderlo, pero eso era mentira, ya que era todo lo opuesto: el mundo de los chicos era incluso más frío, desalmado y cruel que el de las chicas, allí nadie lo comprendería y lo destrozarían si confesaba que era trans.

  No era como si ya no lo destrozaran por ser nerd e hijo de dos superhéroes homosexuales. En la última semana habían llegado incluso a golpearlo en el laboratorio de química, mientras él se había quedado unos minutos más para terminar su proyecto.

  —Miren, Marimacho Stark-Rogers sigue acá— dijo Eugene Thompson, uno de sus compañeros, entrando al laboratorio.

  —Dejame tranquila, Thompson, estoy terminando mi trabajo— pidió él, había aprendido a no asustarse de los matones del colegio, ya que nunca le habían hecho ningún daño físico (por el momento).

  —Ey ¿Sabés lo que escuché el otro día en la tele?— preguntó Thompson.

  —No, ni me interesa.

  —Yo creo que sí, porque hablaban de vos— siguió el rubio—. Había fotos tuyas entrando en el colegio, siempre en pantalón y así bien machita, y las comparaban con fotos tuyas de chiquita. Wow, la hija Stark-Rogers siempre fue igual de varoncito. Después de eso, apareció un especialista, J. Jonah Jameson, que aseguraba que las parejas homosexuales crían a hijos homosexuales; o que si son dos hombres no saben criar a una niña, y hacen que ésta no tenga un referente femenino y sea trans.

  Peter se quedó callado, siguiendo con su experimento, con ganas de pegarle una trompada a Thompson pero sabiendo que perdería la pelea.

  —Hasta entonces yo creía que eras lesbiana, pero soy democrático, de verdad me interesa saber que sos para ver como llamarte. Así que contale a tu amigo Eugene ¿Que sos, Morgan?

  —Una persona cansada de tus pelotudeces.

  —Lo curioso de esa frase, es que ni siquiera aclaraste si sos chica.

  El tema de la transexualidad siempre lo ponía nervioso, como si al hablar de él le creciera un cartel de luces en la cabeza en el que se leyera: "Yo soy trans"; pero cuando alguien suponía si podía ser o no un chico, lo enojaba. Un nudo se le creaba en la garganta y una fuerza imaginaria le hacía tener ganas de gritar y golpear todo a su alrededor.

  Esa fue su reacción ante el comentario de Thompson. El muchacho estaba cerca, con intenciones de ponelo incómodo, pero en lugar de eso solo hizo que recibiera con más fuerza el golpe que Morgan le dio, casi por impulso.

Peter es un Niño de Verdad [Trans!Peter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora