Quince

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  Llevar una identidad secreta era muy difícil. No poder contarle a nadie de tus situaciones cotidianas y estar todo el tiempo escondiendo cosas, era mucha carga para un niño de 13 años; pero Peter lo llevaba lo mejor posible. Lo verdaderamente difícil era que sus dos identidades tenían diferente género.

  Adoraba cuando en el colegio lo llamaban Peter y lo trataban en masculino, pero solo hacía más difícil cuando volvía a su casa y escuchaba que le decían "princesa". Actualmente sonaba casi como un insulto.

  Al menos nunca le cuestionaban sus vestimentas tan masculinas y, si lo hacían, no era con mala intención.

  —Hoy va a hacer calor a la tarde— le dijo Tony, una mañana de Octubre.

  —Creo que igual voy a estar bien con jean largo— le contestó Peter, sin darle importancia.

  —¿No preferís ponerte un vestido?

  —Pero cuando caminemos con May voy a tener frío.

  —¿Y con medibachas?

  —No, no...— Peter comenzó a sentir que la sangre se le iba a los cachetes, quería dejar de hablar del tema.

  —Bueno, como quieras...

  Peter soltó el aire que tenía concentrado en sus pulmones, relajándose; pero Tony volvió a sacar el tema, desde otra perspectiva:

  —¿Te incomoda ir con pollera al colegio?

  El niño se tomó unos segundos antes de contestar, buscando las palabras más precisas pero menos reveladoras.

  —Me gusta más ir con pantalón.

  —¿Pero por qué nunca salís con vestido?

  —Bueno, papá, no sé— la voz de Peter tembló un poco al hablar, y Tony lo notó tenso, por lo que cambió su tono a uno más relajado.

  —Está bien, princesa, no pasa nada— Tony le apoyó las manos en los hombros, para tranquilizarlo—. Era solo una pregunta por si alguien te había dicho algo al respecto, algún comentario que no te gustó y querías hablarlo.

  —No, gracias pa. Solo me siento más cómoda usando pantalón en el colegio, es mejor para sentarse en el piso.

  Peter respiró, aliviado. No debía sentirse tan perseguido, sus padres parecían no notar su doble vida y nunca lo juzgaban por sus decisiones. Como cuando tuvo que comprar el uniforme obligatorio de Educación Física para el colegio.

  Siempre que iba a comprar ropa, se decidía por las cosas unisex, pero parecía que el colegio no conocía esa palabra, ya que solo había conjuntos masculinos o femeninos. Peter lo sabía, por eso organizó para ir a comprar la ropa con su tía May, ya que ella le haría menos preguntas que sus padres.

  Había varios negocios en la ciudad que vendían uniformes de diferentes escuelas y uno de ellos quedaba a pocas cuadras de la casa de su tía. Lo atendía una mujer mayor que parecía tener todo demasiado organizado y que se tomaba su tiempo con cada cliente.

  Todo el tiempo que estuvieron allí adentro, Peter no paraba de mirar hacia todos lados, asustado de ver a alguno de sus compañeros o compañeras. Pero nadie iba a comprar los uniformes deportivos, ya que la mayoría tenía los que había usado el año anterior y ya hacía varias semanas que habían comenzado las clases; él era el único que había alargado ese momento lo más posible.

  —¡Siguiente!— gritó la mujer detrás del mostrador.

  —Hola, nosotras— dijo May, acercándose junto a Peter—. Estábamos buscando el uniforme deportivo del colegio Escuela de Ciencia y Tecnología de Midtown para ella. Morgan, linda ¿Que talle sos?

Peter es un Niño de Verdad [Trans!Peter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora