El viaje era de unas seis horas, y solo llevaban tres, Katara esta distraída mirando el mar y de vez en cuando, cogía un poco de agua para practicar. Sokka se puso a revisar las provisiones al principio, y más tarde se quedó mirando el cielo, las nubes, pero se prometió a si mismo que no se dormiría, no quería que les pasase algo a sus hermanas y el estuviera dormido mientras eso, o hasta que le pasase algo a su nuevo amigo. Zu seguía emocionada la primera hora, y estuvo conversando con Aang casi toda la segunda, pero ella empezó a sentir sueño, por que no había dormido bien la noche anterior, y Aang le mando a descansar para que estuviera más activa cuando llegaran. Nada más acurrucarse Zu cayó rendida, ahora podría descansar, o almenos hasta que las pesadillas aparecieran. Siempre tiene pesadillas.
A el joven chico de los tatuajes le gustaba mirar a aquella chica dormir, era como un Ángel, o almenos al principio, más tarde empezó a moverse y parecía que sufría.
-¿Qué le pasa?- le pregunto Aang a Katara preocupado.
-Esta teniendo pesadillas- contestó con normalidad- siempre las tiene. Nunca hemos sabido cómo calmar la, una vez, Sokka lo logró, pero no duró mucho tiempo- explica mientra ella mira a su hermano.
-Y no me acuerdo de cómo la calme, creo que le hablé de mamá- añade Sokka, con expresión seria.
Ahí se acaba la conversación, parece que ninguno de los hermanos quieren hablar de su difunta madre.
- ¿Sabeis sobre qué van sus pesadillas?- pregunta el nómada.
-Aveces nos las cuenta, otras lo único que quiere es irse lejos para estar sola- dice la única chica que participaba en la conversación.
-Cuando se despierta en la madrugada, suele venir hacia donde yo estoy durmiendo, casi siempre se queda en silencio mientras se acuesta a mi lado para que la abraze, casi nunca me cuenta su pesadilla, es increíble lo que pasa por su cabeza- interviene Sokka, mirando a aquella chica, que estaba acurrucada, agarrando fuertemente su colgante. Era un colgante con un dije representante de Ba Sing Se.
-Suelen ser sobre sus padres, los biológicos, sobre su vida antes de llegar a la tribu del agua del sur, a veces tiene pesadillas con "espíritus", o eso dice ella, cuando eso pasa no se puede volver a dormir- continúa.
El chico de la coleta se aleja lo más que le permite el reducido espacio y se sienta, mirando el mar.
Katara da por terminada la conversación, pero justo cuando se volvía a acostar en el sitio del que se había levantado antes, el más joven de ellos le habla.
-¿Como que sus padres biológicos?- pregunta con confusión.
- La encontramos sola, dentro de una barca, cerca de la aldea, ella solo tenía 5 años, y la acogimos- habla Katara calamadamente.
Aang se estrañó, ¿sus padres la habían abandonado? Para él no tenía sentido, no tenía padres pero sabía que deben darte amor y cariño, decidió preguntarle más sobre ello a Katara.
-¿Sus padres la abandonaron por que no la querían?- cuando el chico pronuncia esas palabras, hasta a el le duele pensar que aquellos padres fueran tan crueles con Zu.
Katara se muestra sorprendida- No, no. Fue por culpa de la nación del fuego. Su padre era soldado de la misma, y cuando fue en una expedición a Ba Sing Se para recabar información se enamoró de una aldeana, la madre de Zu. Creo que era muy bonito, eran enemigos que se amaban, ¿sabes? Casi como de película- Katara rie y dirirge su mirada hacía el Avatar, el cual se miraba confuso, pero no preguntó nada mas respecto a esa historia, que parecía incompleta.
Después de eso no volvieron hablar, pero el avatar no perdió el ánimo, no sabía lo que le había pasado a su nueva amiga, pero el intentaría que ella dejara de tener pesadillas. Algo que pasó por alto el chico en aquel momento fue eso de soñar con espíritus.Durante el tiempo restante, Katara y Sokka se la pasaron hablando, y Zu al darse cuenta de que Aang estaba aburrido y solitario en la cabeza de Appa decidió sentarse a su lado, si al majestuoso animal no le molestaba. Aang apreció mucho el gesto, y le agradeció.
-Ya verás Zu, el templo del aire es uno de los lugares más bonitos que existen- explica el joven chico con ilusión.
-Ya sé que estás ansioso Aang, pero han pasado 100 años, todo puede haber cambiado- le explico afligida.
-Ya lo sé, pero quiero verlo por mi mismo- me contesta con euforia.
-La nación del fuego es despiadada Aang, mataron a mi madre, y puede que hayan hecho lo mismo con tu gente- interviene la ojiazul. Con ese comentario me vienen recuerdos desagradables y enseguida los alejo de mi mente.
-No por que no hayan visto un maestro aire significa que los mataron a todos- contraataca el nómada aire- seguramente escaparon.
-Se que es difícil aceptarlo.
-No es eso Katara, la única forma de llegar al templo es volando, y dudo que la Nación del fuego tenga bisontes voladores- continúa mientras me mira, y yo asiento.
Lo siguiente que se oyen son las tripas de Sokka y sus quejas por la falta de comida.
De repente empezamos a elevarnos muy alto, siguiendo la pared de la montaña hasta lo más alto, y entonces lo veo, el templo del aire del sur. Es hermoso.
-Ahi está el templo del Aire del Sur, estamos en casa Appa- exclama Aang.
Estamos caminando por la ladera de la montaña para llegar hasta el templo, entonces Sokka habla.
-Tengo mucha hambre, ¿crees que aquí haya comida?- pregunta a Katara.
-Eres uno de los primeros afortunados extraños que jamás visito este templo ¿y lo único que piensas es en comer?- le contesta indignada.
-Soy un tipo simple, tengo necesidades simples- responde.
-Allí es donde mis amigos y yo solíamos jugar balón aire- señala Aang hacia un campo con postes- y allí donde los bisontes dormian- suspira.
-¿Que pasa?- le pregunto.
-Este lugar solía estar lleno de fémures, bisontes y monjes, ahora solo hay maleza. No puedo creer como han cambiado las cosas.- todos nos damos cuenta de que se entristece.
-Bueno...eso de balón aire, ¿cómo se juega?- pregunta Sokka para animar el ambiente.
Aang forma una sonrisa en su boca.
El maestro aire gana a Sokka en un partido de ese juego, y Katara y yo nos burlamos de tan aplastante victoria.
-Aang 7 Sokka 0- exclamó riendome.
-Esto de hacerle sentir bien es agotador- nos dice el de la coleta desde donde fue aplastado por la nieve al haber sido derrotado. Entonces, cuando voy a ayudar a Sokka a levantarse, diviso un casco de la nación del fuego que parece antiguo.
-Katara, mira esto- le digo.
-Debemos decirle- interviene Sokka.
-¡Aang, hay algo que tienes que ver!- frita la de trenzas.
-Bien- contesta el avatar desde la lejanía. Mientras se acerca, Katara cambia de opinión y tira más nieve encima del casco.
-¿Bien, que es?- dice el chico cuando se acerca.
-Ahh, un ejercicio de agua control que aprendí- inventa rápidamente Katara.
-Que bueno, pero basta de ejercitar. Tenemos todo un templo por recorrer- le contrapone.
Al alejarse, sokka se dirige a Katara.
-No podéis protegerlo para siempre- nos dice con mirada severa. Enseguida me siento mal por Aang, pero tiene razón, tendrá que averiguarlo en algún momento .
Katara solo mira hacia a bajo y todos seguimos al maestro aire.
Aang entra corriendo por una puerta y Sokka aprovecha el momento.
-Chicas, los maestros fuego estuvieron aquí, no podéis esconderlo.
Yo asiento, pero Katara no está de acuerdo.
-Si puedo, por el bien de Aang. Cuando sepa que la nación del fuego invadió su hogar quedará devastado.
-Oigan amigos, quiero que conozcan a alguien- se acerca Aang.
-¿Que es eso?
-Es el monje Jiatsu, el mejor de los maestros aire. El me enseñó todo lo que sé.
Aang le hace una reverencia y parece rememorar algo.
-Debes de estrañarlo mucho- le digo.
-Si.
-¿A donde vas?- le digo en cuanto se empieza a alejar.
-Al santuario del templo del aire, debo conocer a alguien.
Se adentra en el santuario y todos le seguimos con confusión.
-Pero Aang, nadie puede haber sobrevivido ahí por 100 años- en eso tiene razón Katara.
-No es imposible, yo sobreviví gracias al iceberg.
-Buen punto- digo yo.
-Zu, quien esté ahí dentro puede ayudarme a comprender lo del avatar.
-Y puede que haya comida- Sokka exclama eufórico- quizás haya deliciosa carne seca- continua.
Sokka corre hacia la puerta pero se choca. No la consigue abrir.
-No creo que tengas una llave- le dice a Aang.
-La clave, Sokka, es el aire control.
Yo le miro entusiasmada.
Entonces con un movimiento dirige una ráfaga de aire hacie el mecanismo de la puerta, que reacciona y se abre.
-Increible- digo yo asombrada.
-¿Hola?- se oye el eco de la voz de Aang resonar dentro de aquella recámara.
-¿Hay alguien aquí? - continuo yo.
Todos entramos dentro.
Pasamos entre miles de estatuas de piedra de los anteriores avatares.
-¿Estatuas? ¿Es todo? ¿ Dónde está la carne?- pregunta indignado Sokka.
-¿Quienes son todas estas personas?- pregunta Katara. ¿Es que acaso no lo sabe como yo?
-No estoy seguro, pero de alguna manera creo conocerlos- contesta Aang. Yo me quedo más confundida aún, ya que yo siento lo mismo, solo que sí sé quienes son, cada uno, su nombre he incluso recuerdo su historia. Decido no decirlo.
-Ese es un maestro aire- señala el avatar a una de las estatuas, mis recuerdos me dicen que ese se llama Amida.
-Y ese es maestro agua- señala otro Katara.
Mientras ellos siguen conversando sobre las estatuas, yo me acerco a un lugar vacío, donde hay una inscripción que pone " Dice la profecía que el dios Yuleao dividirá un alma en dos, separadas del cuerpo como almas gemelas destinadas a encontrarse, sin embargo, por un despiste divide el alma del siguiente Avatar, creado así a dos Avatares. Esto llevará al caos si no se encuentran antes de aquel cometa que solo traerá destrucción." Me quedo petrificada mirándolo, eso que significa, ¿se refiere a Aang? ¿ Corre peligro? Decido alejarme, seguramente eso sea de hace tantos años que ya habrá pasado. Me gustaría investigar sobre ello. Entonces me vuelvo a acercar a los demás.
-Estan alineados bajo un patrón- concluye Katara- Aire, agua, tierra y fuego.
-Es el ciclo del avatar- digo yo.
-Por supuesto- contesta Aang.
-Todos son avatar- termina Katara diciendo algo que para mí era obvio-Todos ellos son tus vidas pasadas Aang- continúa la chica de trenzas.
-Guau, son demasiadas- Exclama el joven.
-¿Vidas pasadas?¿Katara, su, realmente creen en eso?- se une Sokka.
-Por supuesto que sí, cuando el avatar muere se reencarnado en la siguiente nación del siclo- explica Katara.
Entonces veo que Aang mira fijamente al último avatar, al que creo recordar se llamaba Roku. Está embobado mirándolo así que me pongo a su lado. Y veo que una luz pasa por los ojos de la estatua. Miro a Aang para ver si el también lo vio, pero parece no reaccionar
-Aang- le llamó moviéndome, pero no me mira- Aang, despierta- continuo.
Por fin vuelve y me mira asombrado.
-Guau- es lo único que dice. Entonces Katara se acerca.
-¿Quien es él?- nos dice.
-Es el avatar Roku- le digo sin querer.
-Es el avatar anterior a mi- continua la frase el chico.
-¿Fuiste maestro fuego? Con razón no confié en ti la primera vez que nos vimos- exclama Sokka y yo me río.
-No hay nada escrito, ¿cómo sabes su nombre?- me interroga Katara.
-No estoy segura, por alguna razón lo sé- le contesto y Sokka me mira con escepticismo.
-Yo siento lo mismo- me reconforta Aang.
-Ya no puede ser más extraño- concluye Sokka mirándonos a los dos.
Entonces escuchamos un sonido y todos volteamos a ver que ocurría.
Corriendo nos escondemos detrás de estatuas mientras se escuchan pasos.
Yo estoy con Aang y Katara con Sokka.
-Un maestro fuego- susurra el de la coleta.- que nadie haga ruido- nos advierte.
-Esres tú el que no para de hacer ruido- le susurra de vuelta Katara.
-Shh- decimos Aang y yo.
-Ese maestro fuego no sabe lo que le espera- vuelve a susurrar Sokka. Se levanta y alza su arma.
-Ahhh- grita el susodicho levantando el bastón para herir el supuesto maestro fuego, cuando nos damos cuenta de que solo es un lémur.
-¡Lémur!- exclamó yo entusiasmada por ver por primera vez uno.
-¡Comida!- exclama Sokka.
-No le hagas caso, tu serás mi nueva mascota- interviene el nómada aire.
-No si yo llego primero- sentencia el de la coleta y al momento los dos se lanzan a por el pobre animal que huye desesperado.
-¡Espera, vuelve!- le grita Aang.
-¡Yo te voy a comer!- exclama de la misma forma Sokka.
Aang y Sokka se envuelven en una carrera por ver quién atrapa primero al Lémur, y cuando llegan a un balcón Aang se tira por ahí llegando ileso al suelo gracias a su aire control, mientras que Sokka se queda allá arriba. El joven sigue al lémur hasta una cueva donde se encuentra con esqueletos, muchos esqueletos de maestros de fuego control, alrededor de un único nómada aire, solo reconocible por las prendas que aún siguen enredadas en los huesos.
-Los maestros fuego, estuvieron aquí- concluye devastado. Al fijarse en el colgantes que lleva el nómada aire, se da cuenta de quien es- Jiatso.
Se tira al suelo derrotado y dolido.
-Aang ¿ya encontraste comida?- pregunta Sokka entrando a la cueva.se encuentra con el chico llorando y pensando que es su culpa intenta arreglarlo.
-Oye lo de comerme el lémur no iba en serio. ¿Esta bien? Oh rayos- termina exclamando al darse cuenta de lo que sucede.
-Vamos Aang, todo va a estar bien, salgamos de aquí- le dice el moreno mientras posa su mano en el hombro del susodicho.
Entonces la flecha del pequeño nómada aire empieza a brillar junto con sus ojos.
Mientras tanto Katara y Zu seguían dentro de la sala de las estatuas, donde todas comenzaron a brillar por los ojos al igual que Aang.
-Ahh- grito mientras me desplomo en el suelo aguantando me la cabeza, me duele demasiado.
-¿Estas bien?- me pregunta Katara, sin embargo, lo único que puedo pensar es que el que no está bien es Aang.
-Si, solo me duele la cabeza- explico- pero hay que ir a por Aang. Creo que no está bien- digo a duras penas.
Entonces con ayuda de Katara me levanto y empezamos a correr en busca de los chicos.Mientras esto sucedía todos los templos Avatar de cada nación empezaron a brillar, dando a conocer que el Avatar había regresado.
Katara y yo llegamos corriendo hasta donde los chicos están y cuando llegamos vemos a Aang siendo rodeado por ráfagas de viento y sus puños cerrados empieza a elevarse en el aire.
-¡Aang, vamos, despierta!- grita Sokka antes de salir volando fuera de la cueva, la cual fue destruida por Aang segundos después.
Mi hermana y yo nos acercamos a Sokka.
-¿Que sucedió?- pregunta Katara.
-Acaba de descubrir que los maestros fuego mataron a Jiatsu- nos explica.
-Oh no- dice la de trenzas- es el espíritu del avatar, se ha enfurecido.
-Yo intentaré calmarlo- dije. No se por que lo hice, ni se como pero estoy sintiendo eso que el siente, la furia, la impotencia, todo pasa por mi mente como el torbellino que Aang ha creado.
-¡Hazlo antes de que no vuele de esta montaña!- me grita Sokka mientras hago el esfuerzo de acercarme a Aang.
-¡Aang, se lo que sientes!- digo, pensando que es más cierto de lo que parece- y se lo difícil que es perder a alguien que amas, pero no- me caigo al suelo al sentir sus emociones que flor de piel y entonces pierdo la consciencia.
Los ojos de la chica empiezan a brillar y se eleva al igual que el avatar, pero parece que es un peso muerto sin vida, su pelo suelto empieza a flotar también y se puede ver preocupación en los rostros de sus hermanos.
-¿Que le pasa a Zu?- grita preocupada Katara.
-¡No lo sé!- le contesta Sokka de igual forma- creo que Aang está influyendo sobre ella.
-¿Está sufriendo?-pregunta Katara, y al pronunciar esas palabras parece que Aang suaviza el rostro. Sokka se da cuenta de ello y grita.
-¡Aang para, le haces daño a Zu! Nuestra Zu.
-¿Zu?- pregunta el Avatar- ¡Zu!.
Entonces todo para y el chico y la de cabello moreno empiezan a bajar del aire, cayendo al mismo tiempo. Nada más Aang toca el suelo corre hacia Zu.
-Zu, despierta, lo siento, Zu- desesperado intenta despertarla.
-Estoy bien- digo abriendo los ojos, lo que sentí, vi el dolor de Aang, sus recuerdos, casi como si fueran mios- Aang, puede que Jiatsu y los demás monjes ya no estén, pero sigues teniendo una familia- le digo- nosotros podemos ser tu familia- le digo mientras sonrío y el me abraza.
-Creo que soy el último maestro aire- me dice con pena, y ante ello yo le abrazo más fuerte como si pudiera protegerle.
Katara se une al abrazo y Sokka nos mira desde cerca.
-¿Que acaba de pasar?- pregunta el de coleta con gracia y todos reímos.Antes de irnos del templo, Aang y yo volvemos a aquella sala llena de estatuas a petición del pequeño monje.
Nos quedamos mirando a Roku cuando llega Katara.
-Todo empacado. ¿Listos para irnos?- nos pregunta.
-Sigo sin saber cómo Roku podrá ayudarme si no puedo hablar con él- le contesta Aang.
-Seguro encontrarás la forma- le consuelo.
Entonces vemos a el pequeño lémur llegar con bastante comida y dársela a Sokka.
-¡Comida!- nada más pronunciar esas palabras Sokka empieza a comer como loco.
Katara y yo nos sonreímos.
-Parece que tienes un nuevo amigo- le dice Aang.
-No puedo hablar, debo comer- contesta.
Entonces el lémur trepa por Aang y después Salta a mi, enrollandose en mi cuerpo.
-Hola amigo- le dice el nómada aire.
-Tu, yo y Appa somos lo que queda de este lugar, debemos estar juntos- se dirige al lémur el chico.
-Zu, Katara, Sokka, saluden al nuevo integrante de la familia.
-¿Que nombre le pondrás?- digo yo, en ese momento el lémur le roba una manzana a Sokka- Ya sé, Momo- exclamó y todos reímos.
Nos subimos a Appa y nos marchamos.
Me quedo mirando el templo desde lo alto, y siento una extraña sensación de añoranza.Segundo capitulo, muy bien que les parece? Me he esforzado mucho y he visto este capítulo de la serie varias veces para que quedara con la esencia. Acabo de publicar el primer capítulo y ya había gente que lo había leído, QUE EMOCIOOOON. Espero que les guste. Hasta la próxima. Comenten y voten si quieren jajaj
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¿Somos Dos?- Avatar La Leyenda De Aang/ AangxOc
FanfictionExiste una leyenda, que pocos conocen, dice la profecía que el dios Yuleao dividirá un alma en dos, separadas del cuerpo como almas gemelas destinadas a encontrarse, sin embargo, esta profecía indica que por un despiste divide el alma del siguiente...