uno

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Como muchos de los líos en que Bills terminaba metido o provocando,este también estaba relacionado a su "neurosis". No, no lo iba a admitir jamás, pero el ángel bien sabía que el dios,era víctima de sus alterados nervios como también de ese fatalismo o negatividad que lo hacía considerar algunos hechos fortuitos,como malos augurios. Esa mañana,por ejemplo, desayunaba tranquilo cuando al tomar la taza de té está se fisuró.

-Sólo la apretó muy fuerte-le dijo Whis.

-¡Es un mal augurio!- gritó Bills.

Y como si hubiera invocado los problemas,el cetro del ángel brillo. Así se enteró que los haka-shin celebrarían una reunión que por este motivo y que por este otro. La palabra comida fue lo único que ánimo al dios a hacer ese viaje tan largo.

Nada especial durante las primeras horas.La cita era como todas las que tenían y posiblemente tendrían en los años por venir. Una total monotonía en la que Bills siempre terminaba marginado. Sólo su hermano se acercó a la mesa dónde él, estaba.Los demás lo veían con indiferencia. Le daba lo mismo. Bills se dedicaba a comer,beber y disfrutar de su espacio solamente. Pera esa jornada,una voz acabo el asunto de relevancia,Vermoud y Quitela lo sacaron de allí,para unirlos a una charla que no era diferente a la que sostendria cualquier grupo de hombres de la tierra o donde sea. Temas poco relevantes para Bills,que sentado a lo jefe indio,con el rostro apoyado en la mano daba su tercer bostezo justo cuando llegaron a hablar de mujeres. Porque si,los dioses de vez en cuando tenían sus conquistas por ahí. Al menos eso descubrió Bills, como él nunca socializaba con ellos,pues no estaba enterado de ello. Oía los relatos sin mucho entusiasmo respecto a las "lindas" chicas con las que habían hecho "aquello" como,cuando y donde. Una charla que le resultaba incómoda y no es que él fuera un puritano,solo que Bills,se reservaba ese tipo de intimidades para si mismo. Sin mencionar que no le era nada agradable imaginar ese tipo de situaciones. Bostezaba por sexta vez cuando Liquir,le pidió que les compartiera alguna experiencia de esa naturaleza.

Bills apartó el rostro de su mano con una expresión que decía que no se esperaba lo hicieran hablar del tema. Se quedó callado un momento y luego señaló que no tenía nada interesante que decir.

- Será que no te gustan las mujeres,Bills-señaló Vermoud riendo.

-Nunca hemos sabido de que anduvieras con alguna chica,no me digas que...

-¡No es algo que ustedes tengan que saber!-les grito Bills,algo nervioso por ser acusado de tal idiotez.

Por supuesto que había tenido alguna que otra conquista,pero ya ni se acordaba. Es que no le era algo relevante en ningún aspecto,pero tampoco quería explicar eso y las cosas se fueron saliendo de control a medida que los cuestionamientos a su virilidad,iban en aumentando. A raíz de un comentario que Bills hizo producto de los nervios es que a Vermoud se le ocurrió la brillante idea.

-Asi que dices que podrías conquistar a la mujer que tú quisieras en un día -le cuestionó el dios del universo once-Bien, este es el trato y para que sea más divertido ¿Qué tal si todos participamos?

-¿Participar en qué?-le preguntó Liquir.

-En tres días debemos conseguir una chica que sea nuestro pareja y habló de pareja,no de una conquista de una noche ¿Entienden?

Jerez rio a carcajadas.Estaba sentado en una mesa a unos metros del grupo.

-¡Hombres! ¿En serio creen que una chica va a ser su novia en tres días? Jamás conseguirán algo como eso. No de una chica que se respete un poco Supongo que no las van a amenazar con borrarlas con un hakai

Todos guardaron silencio.

-¡Son unos..! Ya que creen que es tan fácil conversar a una mujer, prueben dejando de ser dioses, es decir,"conquisten" a una chica siendo sólo ustedes.A los que en tres días lo consigan los invitaré a un planeta de mi universo que es muy especial.

La diosa siguió hablando al respecto y Bills,como todos los demás aceptaron el reto. A este lío es que se debía estuvieran en ese planeta. Según Whis, allí pasaban personas de todos los planetas del universo,por lo que era más fácil encontrar alguna chica que le gustara.

-Esto no funciona,Whis-le dijo el dios apoyado en el barandal de aquella terraza.

Era una ciudad de grandes edificios,con carteles y luces de toda clases. Gente iba y vinia con prisa.Una metrópolis que le resultaba algo estresante a Bills.

-Pero hay muchas mujeres aquí ¿Ninguna le parece bonita?-le pregunto el ángel,inclinándose un poco para verlo.

Bills se apartó de su asistente y dió una rápida mirada a su entorno. Si habían algunas mujeres que le eran lindas,pero no se animaba a hacer algo como "conquistar" alguna. No es que no supiera como hacerlo o fuera tímido. Sólo no le motivaba hacerlo.

Whis miraba el tranquilo rostro de su señor y suspiro. Sabía lo hábil que era Bills, si de conquistar a una mujer se trataba,pero también sabía que sino tenía un interés real en el asunto,no iba a tomarse esa molestia.

-Oye Whis...

-Dígame señor Bills...

-Busca alguna mujer que quiera prestarse para esta estupidez. Ofrecerle algunas riquezas o que se yo-le dijo Bills sin ningún interés-Que cumpla con los estándares señalados y que se tomé el asunto seriamente.

-¿Esta seguro de querer resolver todo de esa forma?-le preguntó el ángel.

-Sí,confío en tus criterios-le dijo y se quedó apoyado en el barandal como diciendo "tú ve yo aquí te espero".

Whis se marchó a buscar una mujer para su señor,que quisiera montar una farsa ridícula para un cumplir un reto absurdo. Bien entendía porque el dios veía de forma tan poco animada.

Bills se quedó allí mirando las personas pasar de un lado a otro, esperando el ángel resolviera pronto el asunto. Tenía hambre y quería volver a su hogar. No le gustaba alejarse demasiado de las comodidades que tenía. Estaba ahí parado cuando un individuo se le acercó. No podía ver su rostro,pues llevaba una capucha,pero una persona delgada y que le llegaba hasta el pecho tal vez. Le ofreció unas flores de cristal que vendía y como era de esperar Bills,rechazó la oferta por lo que el individuo se retiró. Un viento fuerte sopló desde el norte quitándole a aquel sujeto la capucha descubriendo así que se trataba de una mujer humana. Era jóven,tenia una abundante cabellera negra y unos grandes y felinos ojos verdes,su mejilla izquierda tenía una cicatriz hecho por el fuego y llevaba un extraño brazalete en la muñeca izquierda,que cubrió rápidamente. Era bastante llamativo encontrar a una humana en un planeta tan lejano como ese,pero aún más llamativo fue el olor que desprendió esa mujer y que le causó un ligero escalofrío. La vio correr hacia una especie de ascensor y sin detenerse a meditar el motivo Bills la siguió.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora