treinta

849 120 8
                                    

Bills los veía dormir en silencio, meditabundo. Había llegado a una encrucijada. Así Whis no hablara con su padre,él se entraría de la existencia de su hijo y entonces...No quería pensar en que pasaría entonces. No buscaba enamorarse y pasó. No buscaba un hijo y lo tuvo.La pregunta que le restaba por responder era que haría a partir de ahora. Cómo le explicaba a Fai que era muy posible que recibiera la orden de asesinar a su propio hijo y de no hacerlo ambos serían borrados. Él podía aceptar ese destino,pero ¿Y Fai? Ella sufriría su muerte y en especial la de su bebé. Por primera vez él empleaba la palabra "cruel" en su vocabulario.

-Que suerte tan cruel-murmuró y le hizo una caricia a Fai que se agito en sueños.

La muchacha abrió los ojos y vio al díos frente a ella. Le sonrió y acomdando el niño en su pecho, se acercó a él para apoyar su cabeza en el brazo de Bills que permanecía extendido.

-¿En que piensas?-le preguntó Fai.

-¿Realmente quieres saberlo?-le preguntó el dios.

-Sí...Aunque no sea bueno.

Le contó entonces y mientras oía, Fai no pudo evitar acercarse más a Bills y él terminó por abrazarla. Era espantoso saber que podían destruir un niño inocente sólo por ser peligroso.Fai se angustio un poco y apretó a su hijo contra su pecho.

-Que me borren a mi también-le dijo después de un rato-Sin ti y sin mi niño,no me queda nada en el universo.Moriré con ustedes si así lo decide ese sujeto.

Bills no dijo nada. Siempre alardeo de su poder,pero ahora se daba cuenta de lo inútil que era. No le servia para proteger lo que quería así se lanzará al combate dispuesto a morir.

-¿Cómo se llama?-le preguntó subitamente para apartar el desalentador panorama de la mente de la muchacha-Mi hijo,¿Cómo se llama?

-No lo sé. La verdad no lo he decido aun-le dijo ella.

-Me gusta Inochi-le dijo Bills.

-Inoshi-repitió la muchacha-Si a mi también me gusta. Inochi entonces.

Se sentó en la cama con Inochi entre los brazos,pues comenzaba a llorar. Tenía hambre,no se había alimentado en todo ese tiempo y ella le dió de comer ante la mirada del díos que estaba perdida en sus reflexiones.

-Diste a luz tú sola,te escondite de un ángel y lo enfrentaste también,eres muy valiente-le dijo Bills después de un rato,ella lo miro y lo sonrió-Sin duda eres la mujer para mí...

Fai se giró por entero a él con el niño pegado a su pecho.

-Por favor no me pidas matrimonio-le dijo la muchacha.

-Yo no soy de esos y tú tampoco-le dijo Bills-Pero eres mi mujer, que te quede claro.

-Eso ya lo sé-le respondió ella y cuando el niño estuvo satisfecho lo dejo en una cunita que improviso con una cesta.

Volvió con el dios y se quedó en sus brazos. No sabían cuanto tiempo podrían estar así,pero unas horas o un día valia la pena. Además para Fai eran los brazos del hakai-shin el sitio más seguro que existía,pese a todo. No temía a morir o desaparecer;menos en manos de seres tan poderosos. En cierta forma era mejor que quedar sola y sufriendo.
Bills no durmió absolutamente nada pensando en muchas cosas. En su vida nunca hizo algo relevante y él mismo no era relevante para alguien. Era un dios tenido y respetado,pero más allá de eso no había algo realmente significativo. Su vida carecía de estímulos y valor,nuca hacia algo que fuera realmente meritorio de reconocimiento. Que tonto fue todos esos años en los que simplemente estuvo...
La mañana lo encuentro despierto y así sintió la presencia del gran sacerdote. Estaba afuera y si no salía él entraría por lo que decidió ir con él. Miro a Fai que estaba dichosa en sus sueños y miro al niño en la cunita. Ojalá siguieran durmiendo y así no se enteraran de nada.

Al cruzar la puerta camino sin prisa hasta quedar a unos pasos del gran sacerdote y entonces apoyo una rodilla en el suelo para saludarlo con cortesía, tranquilo;sin miedo. El gran sacerdote no daba señal de nada,estaba igual que siempre y con ese mismo tono le habló.

-Felicidades Bills-le dijo el Gran Sacerdote -Ya es padre...

Bills no sabía si eso era una burla,un comentario o sólo una declaración. No respondió y eso torno el semblante de Daishinkan algo sería.

-He venido a ordenarle la total aniquilación de su prole,Bills-le dijo luego-Así también que abandone su puesto de dios de la destrucción señalando su reemplazo a la brevedad.

Bills dio un pequeño gruñido y levantó la cabeza.

-No lo...No lo haré-le dijo algo nervioso.

-¿Esta rehusandose a cumplir una orden?-le cuestionó Daishinkan,con su mirada más aterradora.

-Así es-respondió con voz firme pero sin petulancia.

-Bien...Entonces....

-¡Bills!-grito Fai desde la puerta.

El dios miró de rojo hacia atrás y la vio parada en la puerta con Inochi en los brazos. Iba a decirle que se alejara,pero que sentido tenía eso de Daishinkan no iban a huir.

-Supongo que esa es la mujer y el niño-comento el Gran Sacerdote- Tanto mejor...

Pasó junto a Bills y camino hacia Fai lentamente. El dios se puso de pie y corrió hacia la muchacha para pararse delante de ella en una actitud que decía que estaba dispuesto a proteger a su mujer y a su hijo. Una actitud instintiva en base a su naturaleza animal que lo hizo encorbar la espalda, mostrar los colmillos y las garras mientras su cola se meneaba de lado a lado y su respiración era un resoplido furioso. Su aspecto era feroz,algo que le dió al sacerdote una pequeña sorpresa que se reflejó en su mirada por un momento,en seguida tomo la postura habitual y la sonrisa volvió a sus labios.

Desde la distancia Whis observaba la escena. No,él no llamó a su padre,pero tampoco iba a intervenir de alguna forma.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora