catorce

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Bills quedó callado ante esa declaración. La verdad no la tomo en serio y había una razón muy sencilla para eso. El olor de Kaori tenía unas notas algo amargas y su actitud tan irreverente, le daban cuenta de que esa mujer estaba bajo los efectivos de alguna sustancia exacerbante y pronto descubrió a la responsable. Jerez apareció en la ventana junto a su ángel y al ver a Kaori abrazada a Bills frunció el ceño.

-¿No te da vergüenza estar en la habitación de una mujer soltera, Bills?-le pregunto la diosa.

Whis a pareció para acompañar a su dios y la diosa ingreso.

-¡A ti te debería darte vergüenza! ¿Se puede saber que le diste a esta chica?-inquirió el dios.

-Fue un accidente-le respondió la diosa-Bebió algo de mi licor y luego se fue.Por eso salí a buscarla para ver si estaba bien ¿O es que crees que soy capaz de embriagarla para aprovecharse de ella?

-No sé...Dímelo tú Jerez-le dijo Bills con Kaori todavía abrazada a él-Y por cierto,no me gusta que entres a mi universo sin me permiso.Pero como demostración de que soy un díos comprensivo lo dejaré pasar, si te vas en este momento.

Jerez hizo un gesto de desprecio, miró a Kaori y le lanzó un beso, antes de irse. La muchacha que acabo dormida,sujeta al dios, no se enteró de nada y Bills le pidió a su ángel que lo dejara sólo.
Whis no puso objeción,conocía a su dios lo siguiente para saber que no tomaría ventaja de la situación.

Lo único que hizo Bills fue abrazarla,pues deda la posición en la que estaba bastaba un pequeño movimiento de parte de ella y terminaría en el suelo. La abrazo si,pero limpiamente,no guardaba segundas intenciones, si reflexiones. Esa mujer volvió a dormirse junto a él, despreocupadamente y el motivo era muy sencillo;se sentía a salvo con él. Probablemente a raíz del trabajo que desempeñó como asesina no tenía un buen dormir y no por los remordimiento si no por sus enemigos. Ella sabía que él no le haría algo malo y que no había nadie más fuerte que él, por lo que allí estaba a salvo,en cierta forma lo usaba,pero no le molestaba,es más hasta le  gustaba que ella reposara tranquila sobre él. El vestido que llevaba Kaori, le descubria la pierna,la misma que tenía esa sicatriz y que quedaba al alcance de su mano. Bills miraba esa piel descubierta,perdido en sus pensamientos,ideas de si mismo que le surgían a veces.

Unas horas después Kaori despertó.La noche estaba a medio tránsito y Bills dormía usando sus brazos como almohada. Roncaba,pero de forma discreta. Se veía algo tonto con las orejas relajadas y ese movimiento en la mandíbula que hacía al respirar.La muchacha se le quedó viendo y le hizo una caricia en la barbilla. Se veía como un ser ordinario,como uno de tantos con los que por esa desolación de su ser compartió el lecho, en busca de un alivio momentáneo. Ella no buscó ser una asesina y término quitando vidas antes de entender lo que hacía.

-¿Te has sentido sólo,Bills? ¿Guardas remordimiento por todas las vidas que has quitado?-le pregunto cual si él pudiera oírla,sólo que en voz baja-Apuesto que no... Tú no eres un asesino,ni un genocida; esas palabras no aplican con un dios, sólo con los humanos.Yo me siento sola y desdeñada. Fuera de lugar...como un lobo que intenta ser aceptado por las ovejas.

Guardo silencio un momento y suspiro.

-No tengo paz en las noches.Sus miradas de miedo vienen a atormentarme y en la soledad...-no dijo más e intentó levantarse,pero entonces los brazos de Bills se cerraron en torno a su cintura y él abrió los ojos.

-Tienes razón yo soy un díos,no tengo remordimientos o culpa, así que no busques en mi la comprensión a tu mal-le dijo Bills  que sólo se fingió dormido.

Kaori lo miro un momento y luego se sonrió con tristeza y resignación a lo que él, respondió haciéndole una caricia en la mejilla.

-Lo siento...Son los fantasmas que me rondan los que me poseen a veces-declaró Kaori apoyando otra vez el rostro en el pecho de Bills-Me hacen ponerme máscaras para confundirlos,pero creo que la que acaba confundida soy yo...

-Máscaras y nombres que no son tu nombre...¿Quién eres Kaori?

-Si te interesa,averígualo...-le dijo la muchacha y él se sonrió.

-¿Quieres saber quién es Bills el díos de la destrucción?-le pregunto algo arrogante.

-Si te atreves a dejarme ver...

La mano del dios fue subiendo por la espalda de esa mujer que le hablaba de males humanos que él,se había extirpado hace muchísimo tiempo. Pero que en ocasiones,en forma de reflexión golpeaban su mente y le obsequiaban recuerdos de miradas de miedo y suplica que se desvabecian en pensamientos menos lúgubres. Los dedos de Bills sujetaron la cremallera de ese vestido y la fueron bajando lentamente. Ella no le puso objeción y eso agitaba el siempre frío corazón del dios de la destrucción,que mantenía allá, en lo más remoto de su ser, cosas celosamente guardadas.

Muchas fueron las amentes de Bills,pero menos de las que cualquiera esperaría de él,mas hasta esa noche con ninguna había sentido una sensación tan satisfactoria como la encontró entre los brazos,entre los suspiros y resoplidos que le arranco a Kaori y que ella le extrajo a él. Fue tan recíproco el deseo de encontrar "eso" en el otro,que cualquier límite o traba que hubieran podido haber tenido desaparecieron y los dejó desnudos más alla de la ausencia de los atuendos. Se entendieron sobre la piel y bajo ella. Hablaron de cosas que muy pocos comprenderían sin detenerse a meditar en absolutamente nada. Porqué se habían hecho un desafío donde quedó implícito lo que debían hacer para ganar y sin miedo o vergüenza,ellos se jugaron el todo por el todo. Besos caricias y una que otra palabra suelta que escapo en medio de la pasión,porque ambos eran fuego sólo que uno llevaba un fuego blanco y el otro uno rojo ¿Cuál pertenecía a cuál? Eso fue cosa que sólo ellos sabían y a nadie más le importaba,porque nadie los entendía o veia más allá de lo que ellos querían que los vieran.

El alba los encontró en esa calma que viene después de las tormentas,una invitación a mirar la devastación para tomar lo que quedó en pie e irse. Eso hicieron, se vistieron de espaldas al otro como quien levanta las armas para partir a una nueva contienda. Ella quedó enfundada de negro y él volvió a su traje de dios de la destrucción. Kaori camino hacia el balcón y Bills hacían la puerta.Al mismo tiempo se miraron por sobre el hombro.

-Adiós Kaori...-le dijo al cruzar la puerta.

-Adiós Bills...-le dijo ella y miró hacia la ciudad.

Ahora ambos sabían quien era el otro.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora