disiocho

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-Lo sé-le respondió Whis algo fastidiado.

-Pueden ser dioses,hermano,pero en el fondo son mortales. Tenlo en cuenta la próxima vez-le dijo Sour.

Bills llevó a Kaori a ese lugar donde tuvieron esa especie de cita y la dejó allí un momento, mientras buscaba las palabras que quería decirle y ella tomaba distancia mirándolo con recelo. Término con la espalda pegada al tronco de un árbol y con ese sujeto plantado en frente, mirandola tan fijamente que le causaba unas cosquillas en la espalda y una revolución en el estómago. Lo miraba y lo miraba preguntandose en que circunstancias terminó relacionada con ese ser tan singular. No era raro que ella se relacionara con alienígenas (bueno ella también era alienígena),había sostenido unas relaciones pasajeras con algunos, pero no había trascendido más allá. Jerez no le supo explicar como se vinculó con él y ella no podía imaginarlo,pero había algo en él,algo que la hacia bajar las guardias y a la vez alzarlas todas.

-¿Para que me trajiste aqui?-le Kaori pregunto bruscamente.

No había duda de que ella no recordaba nada. Ni ese lugar,ni esa noche y por ende menos a él. Lo veía como a un extraño que le despertaba curiosidad nada más.
¿Y él? ¿Qué sentía él? Sabía lo que sentía por ella,comprendía sus sentimientos hacia esa mujer, aunque le eran algo discordante con su persona. El amor,sin duda era una de las cosas más irrelevantes en su vida. Nunca lo buscó,nunca lo considero siquiera.Era innecesario,más tampoco renego de el,solo no estaba por los senderos que Bills tomó cuando era un mortal y menos siendo un dios. Como dios sólo se hizo más duro y más egoísta,el poder alimento su soberbia;se sintió todo poderoso y se extirpo todo lo que no tenía que ver con su nuevo ser. El orgulloso,la ecuanimidad,ser  justo;eran las buenas cualidades de un hakai-shin por otro lado estaban la impiedad, incluso la crueldad. Los dioses destructores dan temor y a él,le gustaba ese respeto que surgía del miedo que imponía su figura, como los privilegios que su posición le daba,mas también que lo ponía a salvo de algo que realmente lo asustaba;morir. Si,él temia a la muerte,pero de una forma ajena al hecho físico que está implica, era algo que nunca había dicho a alguien jamás y en lo que no pensaba,pero ahí estaba ¿Por qué pensaba en eso en ese momento? Porque la idea de un hijo lo sacudió profundamente, mucho más de lo que creyó en primera instancia. Eran tantas cosas,tantas en verdad que sentía que si no decía,al menos,una de ellas iba a explotar y es que no estaba habituado a decir cosas de índole amoroso,por eso no estaba muy seguro de cómo hacerlo.

La tenía ahí en frente y el corazón le latia un poco más rápido de lo habitual,similar a cuando aparecía Zen oh sama, pero de alguna forma más estresante. Para colmo,esa mujer, miraba fijamente y eso hacia todo más intenso para él. Ridículo se sentía siendo incapaz de hilar unas cuantas palabras para expresar eso que esa mujer le causaba. Las imágenes de esa noche venían a su mente causándole la necesidad de volver a tocarla, sujetar su mano al menos y no poder hacerlo lo estaba volviendo loco ¡Maldito sea Whis! Decía en su mente  ¿Por qué tenía que quitarle todo? Pudo dejársela a ella,pero no ¡Lo tomo todo! Pero es que él, no podía amar y Whis siempre se lo decía,siempre se molestaba cuando mostraba algo de clemencia y le reclamaba de algún modo.Era su deber mantenerlo asi;pero es que por más que lo intentara,sus emociones no estaba del todo arrancadas.

Los largos años de su existencia le habían causado un hastío permanente de todo,hasta de si mismo. En su afán por no renunciar a ser un dios se aferró a la vida;o bien por no dejar de vivir se aferro a ser un dios, extendiendo su existencia más allá de la imaginación. Los años pasan y no pasan en vano,ni siquiera para un dios como él, que a la larga seguia siendo un mortal,aunque parecía olvidar aquello con frecuencia. Los años y su hastío,los años y sus emociones a medio cortar,los años y los anhelos que le surgían a veces,que lo llevaban en ocasiones a buscar compañía de mujeres pasajeras y ser partícipe de los juegos idiotas que se inventaban los otros dioses para pasar el rato.Las largas jornadas de sueño,su desdén por prácticamente todo,su decadencia y su ineptitud como dios,su miedo a la cara de la muerte,su arrogancia,su poder, su defectos,sus virtudes;todo su ser lo resumió en las horas que pasó con es mujer.Su mujer.Ella se le entregó por completo con todo lo eso implicaba.Lo hizo como jamás lo habia hecho antes, resultado de eso engendro a un niño.Un niño que no estaba. Que se lo quitaron sin preguntarle nada.Un hijo que era parte de él y que crecía en el vientre de esa mujer,de su mujer porque era suya porque ese sentimiento la volvía suya y porque sabía que ella lo correspondía  o lo hizo. Ahora ella,con suerte sabía cómo se llama. Odiaba a Whis,lo odiaba por tomarse tal libertad, lo odiaba por quitarle lo que era suyo,lo odiaba porque lo llamó un incapaz,lo odiaba como no había odiado antes y Bills era de enojos prolongados. Perder un juego lo tenía de mal humor por días,perder a su hijo y esa mujer que lo veía con aflicción, lo tenía en un estado en que prácticamente se había vuelto en un pozo de pólvora y la menor chispa lo haría estallar. La llevó ahí para decirle algo y terminó reflexiónando a un nivel como pocas veces lo había hecho.

-Lo siento-le dijo Bills-No debi traerte aquí...Discúlpame por favor.

Seguramente ella sufria de alguna forma,pero no recordaba nada y por eso,quiza para ella era menos doloroso todo. Para que iba a exponerla otra vez a dolores semejantes. El era un dios de la destrucción,de haber sido un tipo cualquiera sin duda ahora ella no estaría pasando por eso. Mejor que no recordara lo que vivieron que al fin ni siquiera podía llamarse relación. Sentimientos había,pero él no podía ni debía involucrarse demasiado con los mortales,Whis se lo recordó de una forma bastante cruel.

-Vive bien Kaori-le dijo Bills resuelto a marcharme a salir de su vida para siempre-O cualquiera que sea tu nombre...

Nunca le decía a alguien que el nombre que llevaba no era el suyo. Era una regla autoimpuesta,arraigada por su antiguo oficio,pero él lo sabia ¿Es que ella se lo dijo? Lo miro,era obvio que se despedía y se sentía triste porque ese se iba. No quería que se fuera,no lo recordaba,no sabía nada de él, salvo que era un dios de la destrucción y lo que Jerez le explicó que no le dijo gran cosa realmente,mas la domino un impulso y actuó simplemente. Se abrazo a Bills, estrellado su cara contra el pecho de él y en un susurro le dijo:

-Me llamo Fai...Mi verdadero nombre es Fai,significa comienzo.

Lo único que recordaba de su vida en la Tierra era su nombre y lo guardo celosamente hasta ese día.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora