veinte y uno

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-¡Nada!-respondió Whis.

Bills se levantó y apartó  la mesa. Estaba molesto;furioso,pero en lugar de explotar como hacia siempre, se alejó por el pasillo con su ki escapando de su cuerpo. Los muros sufrieron las consecuencias de aquella energía expulsada y terminaron bastante dañados. Whis se quedó atrás sin saber que decir al respecto. Había cometido más que sólo una estupidez y debía remediarlo pronto.

Bills salió al jardín. Se sentó  allí un poco más tranquilo y se concentró. Él no podía usar la telepatía,pero si algo semejante al menos con su enlace de vida en turno. Sólo debía concentrarse lo suficiente para llamarlo y lo logró. El Supremo Kaiosama fue de inmediato y una vez,Bills lo tuvo allí le pidió que lo llevará al planeta donde vivía Fai, específicamente a la ciudad principal. Shin no le hizo preguntas y para cuando Whis salió al jardín ambos ya se habían ido. Una vez en el lugar el dios le dijo que podía irse y aquello ofendió un poco al Supremo Kaiosama que se sintió como un vil taxista,pero no replicó y se marchó.

Hace un año que no veía a esa mujer y le parecía que apenas si había sido hace un día (ventajas o desventajas de dormir tanto). Aquella vez quedo tácitamente dicho que no podían estar juntos, pues por ser lo que eran siempre los jugarían mal. De ante mano les estaba prohibido muchas cosas. Pero el dijo en dos palabras lo que sentía por ella y aunque Fai no lo recordará sentía lo mismo por él,estaba seguro de eso. El calor de su cuerpo y las breves palabras dichas esa noche,mas esos momentos antes de esa despedida a medias se lo gritaban. Fai no podía casarse con otro,no sintiendo lo que sentía por él,pero tal vez si lo haría después de todo era humana y quería una vida normal,alejada de la muerte,la destrucción y los problemas.
Mejor no pensar e ir directamente a preguntarle, pensó. En la recepción preguntó por la señorita Kaori y como el joven allí lo recordaba,le indicó que ella estaba en un almuerzo con un hombre ilustre,que se hospedaba en el hotel.

Bills iba a ir al restaurante,pero el recepcionista le indicó que ese no era el atuendo apropiado,mas él le dijo que era el dios de la destrucción y su atuendo era perfecto,mas tras meditarlo un momento le preguntó al hombre que podían hacer al respecto.
Término vestido con uno de sus trajes elegantes y así entró al lugar a buscar a la muchacha. Encontrarla fue fácil,estaba en una mesa junto a la ventana. Llevaba un vestido de un azul profundo bastante elegante,pero también demasiado sensual para el gusto de Bills,en especial  para estar hablando con un pelmazo que la veía como si ella fuera la última bebida del desierto.

Se sentó justo en la mesa de al lado y fingió toser para que ella lo mirará. La muchacha se giró hacia Bills,parpadeó lento una vez, como si acabará de despertar. El dios en cambio la veía bastante serio y cuando el mesero le puso una copa con vino en la mesa, con desdén se volteo hacía el otro lado. Fai se sonrió divertida,pero con una mirada de tristeza. Siguió hablando con el hombre que tenía en frente con la misma  naturalidad de antes,pero a ratos miraba de reojo a Bills que golpeaba la mesa con su garra y parecía gruñir,eso hasta que no aguanto más. Se levantó y tomándola por el brazo la puso de pie e intento sacarla del lugar, pero aquel individuo se lo impidió.

-Suelte a la señorita,si es tan amable-le dijo el individuo tomando a Fai por el otro brazo.

-Sueltala tú-le dijo Bills.

-¿Acaso no sabe con quién está hablando,señor? Soy el príncipe de Serion-le dijo el individuo.

Bills lo miro y tiró de Fai con cuidado para arrebetarsela al "principito". Iba a decirle algo cuando un sujeto delgado apareció y le susurró algo en el oído al Príncipe y este lució algo nervioso.

-Discúlpeme por favor, no sabía que estaba en presencia de Bills el dios de la destrucción-dijo aquel monarca haciendo una reverencia.

-Señor Bills para ti-le señaló este con petulancia.

Un murmullo se armó en el lugar y se escuchaban comentarios de toda índole. Algunos tomaban fotos discretamente,otros sólo los veían estupefactos e incredulos.

-Tu reputación te precede-le dijo Fai y él solo la hizo salir del lugar hacia la terraza para luego salir volando hacia la azotea del edificio.

Una vez allí se apartó de ella, cruzó los brazos y se quedó mirando hacia la ciudad como si espera una explicación,pero Fai sólo se sentó en el barandal y miro en dirección opuesta a él. Durante un cuarto de hora no se dijeron nada,ni siquiera se miraban.

-¿Ese es el tipo por el que me reemplazaste?-le preguntó subitamente a la muchacha.

-¿De que hablas?-inquirió Fai,pero él no le respondió-¿Estas... celoso?

Bills no hablo,no hizo algún gesto; nada. Se quedó de pie mirando la ciudad.

-¡Es eso!..Estas celoso-afirmó Fai.

-Soy un dios,no hay nadie a mi altura ¿Por qué estaría celoso del principito ese?

-Porque estas enamorado de mi y eres un posesivo,demandante que quiere todo lo que le gusta o ama sólo para él-le señaló Fai.

Bills la miró algo incómodo y murmuró palabras que sólo él oyó. Fai bajo del barandal y camino hasta Bills, para poner sus manos sobre los brazos del dios habiendo que este bajará los suyos.

-Pensé que nunca volverías-le dijo y se abrazo a él -Realmente creía que no te vería, ya nunca más...

Hundio su rostro en el pecho del dios que la rodeo con sus brazos con afecto distante,pero que para ella era suficiente.

-Te amo,Bills...-le dijo a media voz y al amparo del calor de aquel ser oscuro,pero que para ella un sol.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora