veintiocho

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Fai no había estado más descompuesta en toda su vida. No había sentido un dolor así antes. Un dolor que le arranco graves gritos,que la baño en sudor y que la dejo exhausta;pero que la llenó de algo que hace mucho no experimentaba: dicha. Era ese llanto agudo e incesante una melodía emocionante que disipó cualquier miedo y todas las dudas. Su cuerpo aún temblaba y apenas si logró bajar las piernas para poder asomarse a ver a su hijo,que agitaba unas manitas pequeñas al cielo. Estiró hacía él su mano trémula y le cubrió los ojos para protegerlos del sol que se abría pasó entre las nubes.

Logró ponerse de rodillas y así poder ver a su hijo.Tenía su tono de piel,sus rasgos faciales eran muy similares a los humanos con
pequeñas diferencias como su felina nariz,también tenía unas pequeñas orejas gatunas que aún no se erguian y daban luces de que no llegarían a ser tan largas como las de su padre,sino chiquitas y cubiertas de un fino pelaje color púrpura como sus mechones de lanugo. Sus manos tenían las falanges más finas que las de su progenitor,pero sus uñas eran oscuras como las de sus pies y tenía una pequeña colita que parecía esconder.

-Mentiría si dijera que así imaginé a mis hijos,pero la verdad es que nunca se me pasó por la cabeza semejante idea. Lo siento no soy una madre convencional-le dijo al bebé y se lo aproximó al rostro.

El recién nacido pareció olfatear aquella faz y se quedó muy quieto. Sus ojos estaban entrecerrados,no podía ver que color tenían.

-Hola...Soy tu mamá-le dijo tiernamente y lo acunó en su pecho-Creo que necesito un baño y tú,un nombre ¿Qué tal Daiki? Para que seas valiente ¿O Unmei? Para que seas dueño de tu destino...

A Paso lento camino hacia la casa arrastrando el manto de plumas que estaba completamente limpio. Era una prenda mágica después de todo. Fai metió en una tina con agua tibia. Antes limpio al niño y lo dejó en un nido de almohadas sobre su cama. El pequeño término dormido en el pecho de su madre quien después de que ella volviera por él. Fai siempre supo que sería un niño y que posiblemente tendría una cola. Lo miró dormir, después lo dejó sobre aquella suave cama y se recostó a su lado. Estaba cansada. Se cubrió con el manto de plumas y de durmió.

Dormida profundamente la encontró Whiss. Ubicarla no fue tan difícil. El ángel sólo fue con el erudito del universo siete, el gran Zuno y le exigió el paradero de la mujer llamada Fai y este se lo dió. Estaba a cuatro horas de distancia nada mas. La contemplo un momento y lo mismo al pequeño bebé a su lado sobre el que ella reposaba su mano izquierda. Miró con fastidio el manto de plumas que cubría las piernas de la jóven. Mucho,pero realmente mucho tiempo atrás;su antiguo señor perdió una apuesta con una vieja bruja que se mudaba de cuerpos para no morir y esta, le pidió al antiguo dios de la destrucción un obsequio que él tuvo que crear. Lo llamó manto de plumas y tenía varias singularidades,pero la principal era que quien se cubriera con el no podía ser visto por dioses ni ángeles. Sólo su padre podría ver a través de ese manto. Irónico que una prenda que él creo ocultara lo que quería evitar sucediera. Ese niño tenía el hakai dentro de él,lo supo con sólo mirarlo y lo más terrible es que lo adquirió de forma natural. Era parte de él y significaba un enorme peligro,pues no sólo era un mortal sobre el cual no tenía jurisdicción,sino que también ese niño se convertiría en hombre,uno que podía reproducirse y entonces ya no sería un mortal con el poder de la destrucción, sino dos o más.

Se inclinó para tomar al niño en su brazos,pero el bebé comenzó a llorar, despertando a su madre que apenas vio a Whis tomó a su hijo y salto de la cama dejando está entre los dos.

-No debí quitarme el manto-se reprochó en su mente-¡¿Qué haces aquí?!

Whis la miró y pasó volando suavemente sobre la cama para quedar frente a ella.

-Deme al niño por favor-le dijo ignorando la pregunta de ella.

Fai sujeto al bebé con ambos brazos y pego la espalda contra la pared. Estaba acorralada,pero aun si no lo hubiera estado, huir de Whis era imposible. Pese a eso intento algo que había aprendido podía hacer ese manto que sujetaba entre sus manos; emplearlo como un escudo. Sólo debía pensarlo y esa tela respondía envolviendola.

-Es inútil. No puede hacer absolutamente nada contra mí y lo sabe. Dame al niño-le reitero.

-¡Nunca me oyes!

-No voy a lastimarlo,se lo prometo. Lo llevaré a un lugar donde creerá a salvó,sin embargo...

-¡Cállate! ¡Cállate y lárgate de mi casa!-le gritó.

-Señorita Fai,se que entiende que su hijo no es un ser ordinario y que representa un gran peligro para...

-No harás con este lo que hiciste con el otro-le advirtió Fai.

-Si quisiera terminar con su vida podría hacerlo sin tocarlo-le dijo Whis -Sólo quiero ponerlo en un lugar seguro, donde crecerá para ser un sujeto en control de ese poder con el que ha nacido. Demelo por favor...

-¿Crees que soy estúpida? Si puedes matar a mi hijo sin tocarlo también puedes quitarmelo sin esfuerzo ¿Me equivoco?,pero en lugar de eso me lo estás pidiendo y el motivo es que no puedes quitarmelo porque es un mortal y está fuera de tu deber lidiar con él ¡¿No es así?!

Whis no respondió.

-Es mi hijo...Sólo lo tendrás si me lo arrancas de mis manos sin vida,Whis.

-Es verdad,yo no puedo lastimarlo ni siquiera quitárselo, pero el señor Bills si pude-le señaló el ángel.

-Él no haría eso.

-Lo haría si el Gran Sacerdote o Zen oh sama se lo ordenaran. Usted no lo conoce,no quiero ser vulgar,pero lo de ustedes fue cosa de una noche de pasión desbordada nada más-hizo una pausa-Yo lo conozco y sé que no hay nada que el señor Bills ame más que ser un dios...Se ha aferrado a ese puesto con uñas y dientes por más años que tiene el planeta que está pisando. Es un ser egoísta y caprichoso,un mentiroso convenenciero, arrogante e incapaz de hacer su trabajo como hakai-shin.No es responsable de sus labores y jamás lo será de un hijo,ni siquiera le ha de importar la suerte de ese niño o la suya. Déjeme encargarme de él. Estará a salvo lejos de usted...

Fai miro a su hijo un momento y se sonrió.

-Conozco a los tipos como tú, también tuve un maestro asi,el que me enseñó a asesinar era como tú-le dijo Fai-Sé que son muy amigables y hasta despreocupado a los ojos de otros,pero en el fondo son quienes controlan todo. Si Bills es así es porque tú lo has moldeado de esa forma para tu conveniencia. Eres el susurro en el oído que inclina la balanza discretamente. Opinas y sugieres desde atrás guiando cada acción de forma que no parece que lo estés haciendo, pero adivina qué... Él es quien te ha dejado moldear su arcilla porque al final,te guste o no,es él quien decide y a puesto que eso te disgusta y te hace infeliz...¿Qué pasó Whis? ¿no quieres que tu niño se vuelva hombre? ¿No querés perder la cómoda postura que has adquirido?

Whis guardo silencio. En gran parte ella tenia razón,pero también... Miro de reojo hacia atrás en ese momento.

-Si le pones un dedos encima a cualquiera de los dos,te borró Whis-le dijo Bills que acababa de llegar con ayuda de Shin.

El tono con que el dios pronunció esas palabras,la mirada,la postura;le decían a Whis que su señor no estaba fanfarroneando respecto a usar un hakai en él,claro está que con su poder Bills no era un peligro,pero su terrible intención estaba cargada de determinación y sobretodo falta de temor; por primera vez el dios estremeció al ángel.

Corazón de VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora