𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑- bill skarsgård

1.

LAS CALLES DE DERRY están empapadas de una fina capa de lluvia que no para de caer desde hace un par de horas. El silencio característico del lugar y el sonido de los lobos que aúllan desde el bosque daban ese aspecto tan lúgubre como lo era aquel pueblo cuando caía el sol y se escondía tras las montañas. El ambiente pasaba de ese cálido proveniente del atardecer al frío que se metía en los huesos y anunciaba el principio de una nueva estación. Junto a octubre, llegaban todos los miedos recopilados de la gente de aquel pequeño pueblo escondido entre las montañas.

¿Existiría aquella leyenda tan sonada en Derry? ¿Saldría aquel payaso por las alcantarillas y se comería a los niños? ¿O era un simple cuento de los padres para que sus hijos se vayan pronto a la cama?

Como siempre pasa, la gente es desconfiada, sobre todo en este lugar. Derry está lleno de asesinatos, todos los días, casi a la misma hora y en distintos lugares. 

¿Alguien se hacía una remota idea de quién se estaba cargando a ciertas personas en la oscuridad de la noche? 

No, la respuesta es no. Por eso perduraba el misterio y atraía a los curiosos, se hacía hablar de que una de las casas más encantadas se encontraba allí, y era nombrada la casa Neilbot. Pero la gente es ilusa y por desgracia, se cree todo, sin saber que esa casa es una fuente de ingresos que mantiene a toda la corrupción del pueblo en órbita. "Todas las leyendas son mentira". No hay ningún payaso y no hay ningún demonio en la casa Neilbot, la gente lo tenía asumido. Aunque eso solamente lo sabían los que viven allí, cansados de soportar a turistas, se pasaban la rutina repitiendo la misma frase cuando alguien preguntaba a cerca de dónde quedaba la alcantarilla más cercana o la casa embrujada.

Sin embargo, los que verdaderamente habitaban en Derry, se preocupaban más por los asesinatos causados a diario. ¿Sería alguien que está entre ellos? ¿Será quien menos se espera que sea? Una nube de confusión y duda albergaba por todo el pueblo, llegando al punto que unos desconfíen de otros. 

No obstante, no estaban tan disgustados con aquella situación. No les incomodaba que hubiese un asesino entre ellos, no cuando ese asesino se encargaba de liquidar a todo aquel que causaba una gran desgracia, un homicidio, una violación de género o un asesinato. Todos los días aparecían o palizas o muertes, todos los días eran nuevos nombramientos en las noticias y la policía, atada de pies y manos, buscaba al agresor. ¿Pero y si se hacía una votación? En efecto, todos saldrían a favor de aquel asesino, pues no se dedicaba a matar a gente inocente. Y eso, en cierto sentido, calmaba a la gente y les hacía sentir ese tipo de seguridad. Cosa que no habían tenido desde hace mucho tiempo.

A día de hoy, la nueva doctora del pueblo hacía un mes que estaba en Derry. Una chica comprometida con su trabajo, pasional y muy, pero que muy valiente. 

Llegó sin nada y ahora cuenta con un grupo fiel de amigos y un trabajo que le da la vida. Abby no esperó llegar a Derry y encontrarse en una situación parecida, al revés, creía que iba a ser peor. Pero cuando llegó al hospital y vio que el ambiente era totalmente distinto a lo que ella imaginaba, se relajó y se dejó llevar, salvando muchas vidas todos los días. 

¿Cómo vivir tranquila en tu casa sabiendo que tienes el don para salvar vidas? Ella lo tenía claro. Su lugar era ese, y por eso, no le había importado dejar su antigua relación de años para venir aquí y echar una mano en un pueblo tan necesitado como Derry. Ella estaba todos los días al tanto de las noticias, de aquellos asesinatos a sangre fría y cómo la gente, en vez de dar luto a la persona, se alegraban de su muerte.

¿Se podía decir que había una especie de Robin Hood en Derry?

Los ideales de la doctora se contradijeron, pues después de hacer el juramento hipocrático, se daba cuenta de que el trabajo de justiciero en la sombra le gustaba más. Ella había estado en muchas situaciones entrometidas en los años de su carrera, desde salvar a un asesino después de haber matado a muchas personas, hasta el curar a una persona de una sola bala, cuando ha disparado diez y ha matado a muchas personas, incluyendo niños.