VI

1.9K 198 3
                                    

Joaquín:

Sé que para muchos esto debe ser drama, qué talvez, les parezca patético. Pero estar encerrado, atado, con hambre, sin poder ser libremente no es nada divertido.

Me costó mucho dormir, últimamente había estado pensado y pensando y pensando, y me agotaba, me agotaba demasiado. Me preocupa, el hecho de no saber cómo está mi familia, si mi nonna, mi hermana, mi madre, o si incluso mi padre estaban mal por mí. Pero eso debía ser más que obvio, estar parado en medio de tu casa, sin saber nada de tu hijo, tu nieto o tu hermano debe ser horrible. Me causa conflicto saber que mi familia la estaba pasando mal. Y de mí ni hablar, me seguían doliendo las muñecas, las pude mover más, pero el dolor perseguía, mi complexión estaba en su mayor punto de resistencia al dolor, llevaba días con el dolor, no solo en mi interior, también empezaba a atacar mi sistema.

Quería sacar esta horrible etapa de mi vida, borrar esa maldita mañana, ojalá hubiera regresado a casa, ojalá pudiera abrazar a mi abuela, ojalá decirle buenos días a mamá mientras me hace de comer, o molestar a Renata cuando habla por teléfono con su novio. Pero el "hubiera", no existe, no podía cambiar el pasado, pero por el momento solo podía resignarme, y esto me está cansando.

Extraño esos pequeños momentos con mi familia, pero más con la abuela. Extraño sus relatos, sus abrazos en esa silla de madera que nos sentabamos todos los días y me contaba de su vida. Ella es la persona, (a parte de mamá), que más admiro, desde muy joven fue muy oprimida, y no pudo ser lo que en verdad era, o quería, no pudo ser libre, y aquí me tenías encerrado, hablando justo de libertad.
Ella me contaba que siempre quiso ser aviadora, recorrer el mundo entero, salir, sentir lo que se siente volar, esa libertad, el viento pegando en tu rostro, caminando entre costumbres, culturas, ciudades, personas, enamorarse, conocer desde lo más alto del cielo al mundo. Ese mundo que la retuvo, y no la dejó cumplir sus sueños, que la atrapó, y no la dejó volar.
Su padre era un hombre muy machista, era un hombre que dañó a su familia, y que la quebró, quebró los sueños de mi abuela, quebró todo.

Así que la abuela me comprendía mejor que nadie. Y no se qué pasó en ese momento que le dijeron que su nieto estaba secuestrado, privado de su libertad, atado, no puedo ni siquiera experimentar su dolor. Pero sé que saldré de aquí, yo le prometí qué sería libre, y no pienso romper mi palabra.

El chico de cabellos revueltos, apareció detrás de la puerta que por la noche me gritaba que la atravesara y que corriera. Pero nunca pude.

- hola Joaquín - no hablé - ¿Vamos a volver a lo mismo de no hablar?

- no, no es eso, es simplemente que estoy demasiado cansado como para hablar. - exclamé

- bueno, lo más que puedo hacer es darte unos analgésicos o comida.

- ¿Y sé supone que debo estar agradecido por ello? - dije sarcástico

- sí, por más cruel que pueda sonar, sí, he estado aquí, dándote de comer, dándote medicinas, te solté de las sogas, te dejé ir al baño. Muchas personas en mi lugar te dejarían sin comer, y a tu suerte, pero yo no.

- bueno, en ese caso, GRACIAS, por considerarme y darme de comer, gracias por preocuparte, gracias por soltarme de las malditas sogas, gracias por dejarme aquí entre suciedad y polvo, gracias por encerrarme en este maldito almacén, gracias por considerar algunos de mis derechos humanos y hacerlos posibles. - dije furioso y sarcástico

- no pienso discutir contigo, estás demasiado alterado - dijo como si lo que le dije mole hubiera afectado

- ¿Qué harías en mi lugar?, ¿Qué harías si te encerraran?
¿Qué harías si te dieran comida como un privilegio? - no podía creerlo

- Bien, esta discusión termina aquí. No quiero pelear y terminar mal.

- yo no veo ningún final feliz por ninguna parte - abrió una bolsa con ropa y la dejo a mi lado.

- como sea, aquí te dejo algo de ropa, puedes entrar al baño y ducharte si lo deseas, y aquí está la comida - me mostró una bolsa con comida comprada y otra con jabón.

- ¿Has hablado con mi familia? - dije desesperado por saber la respuesta.

- aún no, nadie contesta, intentaré más tarde, y mañana te digo que pasó. - se acercó a la puerta y dijo algo último antes de cerrarla.

- no te preocupes Joaquín, todo estará bien, yo tendré mi dinero, y tú tu libertad...

Libertad, ojalá...

Σstocolmo °° 𝔼𝕞𝕚𝕝𝕚𝕒𝕔𝕠 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora