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Emilio:
Mis ojos se abrieron poco a poco y la luz de sol entró en mis ojos. No sé exactamente si fue los pocos rayos de luz que entraban por la ventana o la luz tan hermosa que tenía mi Joaco; mi sol.
Su piel tan hermosa, él tan delicado y tan ángel que me cuesta creer que es de este planeta.
No sé por cuánto me quedé mirando su rostro, su ahora mío y bello cuerpo. Toqué su cara y no puedo creer lo feliz que me hace este hombre. Es un complemento, es mi complemento, mi otra mitad, no estoy seguro de sí algún día podré encontrar a alguien más que me llene tanto como él.
Me acomodé mejor y besé sus ojos. Luego la punta de nariz, y comencé a darle besitos por toda su carita para que lograra despertarlo.
Joaco empezaba a reír.
-Stuck with u, stuckwith u, i'm stuckwith u, so go ahead.... - canté
-¿Qué me haces, mailo?-
Continué dando besos por su cara.
-Despertarte. - seguí.
Tomó mi cara entre sus manos y me besó.
-Quiero que me despiertes así todos los días de mi vida, por favor. - me miró con un brillo en sus ojos único, tan intenso.
-Será un placer despertarlo cada mañana, amanecer con una vista tan hermosa, no habrá nada que me dé más ganas de hacer.
-¿Si no puede ser por siempre... Me prometes que por lo menos sí por mucho tiempo...?
- Haré todo lo posible por qué así sea mi sol...
Volvió a tomar mis labios, y cómo siempre esa hermosa sensación que enmana mi corazón.
-Gracias, amor. -
-De nada chulo, come. Provecho.
-Igualmente. -
Habíamos preparado un poco de papas fritas con una ensalada de poca lechuga y condimentos que encontramos. Cocinar con él me hace querer hacerlo toda mi vida. Estar atrapado, pero con él, me hace querer quedarme de esta manera siempre.
