Historias cortas y poemas vacíos.

Venas, huesos, y algo más

El calor funde mis venas con mis huesos. El dolor irrita mi piel y las lágrimas duelen, las lágrimas salen como sudor de mi cuerpo. El frío se hace presente, hay algo más que moldea las partes que hay en mí... Dios no tiene piedad de mí, verdad tras verdad. Acuchilla la parte infantil que hay en mí y quitas las partes alegres y destroza mi carisma; moldea un hombre con sangre en las cicatrices.
No hay tiempo de aliento, no me deja descansar la misma realidad de mi propia realidad. A veces, ocultar la verdad, oculta el dolor un poco más.
Hay algo más que decepción, me siento un hombre sin estudios. ¿Cómo puedo ser doctor si no puedo salvar a las cicatrices de sus propias heridas?
Mis mejillas están hechas ya de piedra, una maldita piedra. Hay una catarata, hay lágrimas; se drena poco a poco la esperanza que tenía.
Ver cómo se aleja el sol, sin haber hecho lo que querías; ver cómo se acerca la luna, crujiendo tus nudillos y tronando los dientes.
El tiempo no me va a salvar: irá poco a poco, desmoronando un poco más lo que hace tiempo se había vuelto piedra, petrificando lo que hace tiempo se había vuelto débil.
No necesito lo que los demás sí, solo quiero una verdad imprecisa; la imprecisión sigue siendo dolor.
Mis huesos estarán en la tierra cuando ya mucho se haya vuelto polvo, y polvo se volverá tierra, y la tierra morirá.
Estaría bien... Si tan solo tú... No hubieras decidido lo que dijiste, y no hubieras dicho lo que decidiste. Vuelves mierda el mundo, y verás que el olor a rosas es solo espora.
No puedo ver lo que quiero sentir, y sentir lo que veo, es...
Nada es mío, ni siquiera el oxígeno que respiro. Todo es una mierda; también lo que admiro.
El fuego se convertirá en gas, y el gas entrará a mis pulmones, quemará, y las cenizas me harán puro. Moriré, moriré por asfixia e impuro.
Tan solo si el universo hubiera sido honesto...