Ya no soy tan fuerte como para escuchar las canciones que un día te dediqué, canté y grité. Me desplomé cuando vi nuestra canción favorita en mi inicio, ese hueco que se abrió nuevamente es una perdición. Recordé, quien sabe si de mera casualidad, tu voz, tu vida, nuestro amor y quizá algo más... Porque algo me destrozó, y sé muy bien qué fue... Pero no voy a decirlo, porque significaría cantarlo pero con las lágrimas en la lengua y no en los ojos.
Mi corazón se erizó, chilló, se retorció rápidamente en un lapso de tiempo casi inexplicable. Mis defensas se activaron y ahí mismo lloraron, mis lagrimales aguantaron ese tsunami de emociones; miles de sensaciones acumulándose tan lentamente y, su organización fue tan perfecta, que algo se dislocó: se descuadró de su sitio y estuvo a punto de subir por mi vida.
Esta debilidad en algún momento me hará más fuerte; esta fortaleza en algún momento fallecerá y tendrá que renacer; esta reencarnación me llevará a la tortura y, la tortura, me llevará al fin.
Has escrito palabras en mi libro, tu letra, a pesar de ser compleja por lo menos se dio a entender. Tu sencillez es la que mata a cualquiera de mis complejos. Por eso siempre te tuve miedo, porque tú sabes cómo desmontarme, y no quiero caer, porque si seguir de largo es una pesadilla; entonces retenerme será un descalabro, algo más que macabro, y mientras más me abro, más me matas ¿será que me amas? Demuéstramelo y baja tus armas.
Eres una criminal que se introdujo en mi sistema, mis glóbulos blancos van en tu búsqueda; eres una genocida no reconocida; no eres más que una audaz mentirosa. Osaste una vez violar(me) mis casillas y hacerme perder en mi propio juego el de: aquí te follo, aquí te mimo.
Se escucha en la lejanía una extraña letanía, al parecer sin sentido, pero con un homicidio de trasfondo. Aniquilaste a más de uno, ya mis defensores te tienen miedo porque sabes muy bien sus misterios, pero yo tengo más enigmas como la cantidad de estrellas en los cielos. No sabrás descifrar mi código, porque mi estupidez es grande, pero mi sabiduría queda intacta en tu tiempo; no disfrutes mi cuerpo con tu lengua.
Si mi vida fuera tricolor, no existiría el dolor, no estaría ausente tu olor; jamás perdería tu color. Tú serías el péndulo en mis dos pesos, tus besos hacen estallar mi estadía en este mundo, que de manera tardía, solo busca mi temor. Hay un ardor, de un solo brillo; algo por dentro estalló y no se reconocen los restos.
Quiero ir con él para reconocer mi puesto en ese paraíso, es delicioso ese queso partido en cinco partes, nunca repartes de manera equitativa; eres corrosiva en tus facetas, me interrogas para saber más de lo que yo sé... ¿Cómo voy a saber cuándo voy a morir?
Me moldearon los términos en esos libros, ahora formo parte de ellos, como tú formas parte en mí. Mis deshechos ya están hechos por el universo, y no me transformaré y nunca perderé de vista tu lista de cosas por hacer.
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Historias cortas y poemas vacíos.
PoesíaA pesar de la tristeza que se puede conseguir aquí, estoy seguro que es de corazón. (No me hago responsable de las lágrimas que puedan salir de tu alma). Son historias en las que implemento mi vida e ideas, para darle un poco más de sentido y se sie...