Ambos decidimos irnos. Ella por la vida tan miserable que tenía, y yo por la crueldad de la gente. Pero seguí creyendo. Seguí siendo yo mismo porque me importaba tener un futuro. Pero ahora ya no quiero nada. No me importo, sinceramente. Ya no sé qué más hacer. Opciones tengo, realmente, pero no voy a ejecutarlas.
Sigo dándole esperanzas a las personas equivocadas y maltratando mis verdaderas amistades. Tal vez por ciego, tal vez por inútil. Pude haberlos mandado lejos de mí, pero a veces el dolor da más placer que la felicidad… ¿Cómo se llamaba eso…? Sí, masoquismo.
Cuando pensé llegar lejos solo me quedé sentado. ¿Alguien puede lidiar conmigo? He tratado de mejorar y me doy cuenta que las cosas que hago están mal. He perfeccionado lo incorrecto, ¿me arrepiento? Por supuesto.
He creído en mis propias leyes y yo mismo las he roto. ¿Quién cree en alguien que no confía en sí mismo? ¿Quién es capaz de amar a alguien con baja autoestima? Yo confío en mí, me amo. Pero eso no llega muy lejos. Porque confío en que puedo hacer las cosas bien, pero siempre termino en no hacer nada. Y puedo amarme lo suficiente, pero siempre querré morir en manos de la inutilidad. No, no es un pecado dejarse llevar. No es un pecado dejar de hacer cosas. Es un pecado dejarte a ti mismo, abandonarte y esperar que las cosas terminen de cambiar… Entonces dime, ¿cómo crees que el mundo, tú mundo será mejor, si eres tú el que se estanca?
Estoy dispuesto a reír. Y he reído entre lágrimas. Es esa sensación extraña de alegría y rabia. Porque nunca quise dejar de estar triste, porque me acostumbré. Vivo en mi propia miseria y es difícil salir. Me encanta dormir cuando tengo pesadillas. Siempre despierto en la mejor parte de los sueños.
Estoy dispuesto a ser feliz, pero tengo que torturarme primero. Es lo único que pienso. Sé que para estar bien tienes que estar mal, pero yo, já, yo estaré peor. No, no me arrepiento a que mi vida, mi miserable, irregular e inigualable vida sea como es.
No siento ningún tipo de envidia por la vida tan feliz que los demás podrían aparentar. Los demás creen que no tengo problemas. Los tengo, pero no cuando estoy con ellos. Porque con ellos soy una persona totalmente diferente a como soy. Soy la mejor versión de mí para los demás. Para mí, solo soy la realidad.
Soy crudo, soy vacío, soy nefasto. Soy indeleble en muchas ocasiones. Por ser tan terco siempre me he llevado golpes en mis partes más débiles. Y sigo cometiendo errores esperando a que en algún momento alguien me diga que lo estoy haciendo bien.
Y nunca faltó el amor en mi vida. Me hundía con cualquier palabra. Siempre pensaba que todo estaría bien, que dolía porque así es el amor, y que todo iba a mejorar… ¡NO! Dolía era la estupidez, eso era. ¿Por qué crees que lloraba cuando se iba? No porque fuera hermoso estar enamorado de la persona equivocada. La catalogué como el amor de mi vida, y no era exactamente eso lo que dolía. Dolía sencillamente que rompiera todas las vasijas y a mí me confundiera con algo. ¿Qué más dolería si se iba de verdad? Era una pesadilla. Era atroz con todas las cosas que decía. Porque puede decir que te ama, y el amor duele. Duelen muchas cosas. Duele vivir en el mundo incorrecto. Pero debes salir de él y conseguir el “comfort” adecuado.
Estar en el lugar equivocado mucho tiempo siempre te hará pensar que es el único.
Quiero dominar el mundo, quiero hacer muchas cosas. Pero ni siquiera puedo controlar mi ira, ni siquiera puedo ordenar mi cuarto cuando lo necesito.
La ansiedad debería hacerte mejor persona. Debería hacerte más empático. Soy empático. Soy muchas cosas. Puedo estar enamorado y estar dando lástima al mismo tiempo… Quizás tengo superpoderes, no lo sé.
Pero no he llegado al punto crítico, tal vez porque creo que no hay. Lo único crítico es mi salud mental y la posible locura que pueda llevar durante el resto de mi vida.
Me quiero morir, sí. Pero tengo mejores que hacer. Tengo muchas cosas que hacer. Pero cuando decida llegar lejos y lo haga, ahí podré morir en paz. Tendré todo para perder, y ahí será el final. ¿El final de qué? De todo, de nada. Porque no me importa ya. Lloro porque no quiero morir aunque lo desee, porque tengo muchas cosas que conseguir, pero si consigo todo, ahí en eterna paz, qué ilógico, no?
No me arrepiento por nadie haya estado ahí para mí. Porque no estoy yo mismo para ayudarme. Pero sigo aquí, tal vez porque conseguí razones. Tal vez porque la vida tiene mejores cosas que la muerte.
Pero sigo amando aunque me lastimen, pero sigo siendo quien soy aunque siempre haga las cosas mal.
Sinceramente, estas cosas solo se me ocurren a mí. Pienso mucho que ya hasta los sentimientos se hacen verdad. Vivo de pensar realidades estúpidas y entre muchas comillas, alternas.
¿Es una desgracia ser como yo? O, mejor dicho, ¿ser yo? No lo sé, quizás sí. Pero, pero, pero… Nunca me arrepentí. Por alguna razón no me he rendido. Bueno sí lo he hecho, lo he pensado, lo he dicho, lo he sentido. Pero como todo no me importa nada, entonces sigo… Pero no recuerdo que la ansiedad doliera tanto.
Porque sí, suelo olvidar demasiadas cosas. Es una montaña rusa, un sube y baja. Un maldito columpio. Carajo, quién diría que siempre estaría decepcionado pero esperando algo de mí. Parezco dos personas en una. Pero no me rindo y sigo diciendo que todo está bien. En parte me quiero convencer de eso.
Y sigo creyendo, sigo diciendo que el amor es la mejor solución. Si fuera católico, sería un católico completamente ciego cuando llegue el fin del mundo.
Pero sigo cambiando, que en teoría es bueno, en la práctica, no tanto.
Me sigo enamorando del amor de mi vida, pero en algún momento conoceré el correcto.
Quiero ser recordado en un mundo de crueles cuerdos, sobre todo por ser un piadoso insensato.
Estoy relativamente, hecho mierda. Pero eso no me importa. Nunca me importó nada. Pero creo que lo mejor que me ha pasado fue cambiarme de tantos lugares. Y sigo tragando el mismo y maldito veneno de las mentiras del universo.
Pero, muy en el fondo, conseguir amigos fue una de las mejores cosas. Tener el padre que tengo, tener el hermano que tengo. Tener estas ganas de vivir tan vacías. El haberme enamorado dos veces de la misma persona. El poder decir que estoy vivo aunque quisiera otra cosa… Es una “bendición” ser tan estúpido de vez en cuando.
Y se me escapan muchas cosas de las manos, de los ojos, de mi alma. Y siempre se me va a escapar algo, siempre tendré cosas de las cuales arrepentirme, pero no de estas. Me arrepiento de mis errores y de las cosas buenas cuando no creo haberlo hecho bien. A veces creo que decir la verdad está mal, y no, no está mal. Al contrario, la verdad te libera de tantas cárceles imaginarias, que sencillamente no podrás creer que eres libre. Y tu libertad vale oro, al igual que tú. Tú siempre serás diferente aunque hagas lo mismo que los demás. Siempre habrá alguien que te aceptará no importa si tienes todos los defectos del mundo o uno menos. Si eres un defecto, siempre habrá perfección en ti en los ojos de alguien más. Aprende a rendirte de las cosas buenas cuando las tengas todas. Vuelve a empezar, vuelve a ser feliz en otra vida. Vuelve a ser tú. Crea legiones. Cree en ti. Crea tu propia vida. Porque lo que más duele no es ser rechazado, lo que duele es creer que no sirves.
Yo creo que no sirvo, pero puedo cambiar, y lo hago para sentirme cómodo. Lo hago para no tener de enemigos a mis propios recuerdos, porque lo único que hago es pensar el porqué la cago tanto en vez de ver todo lo que hice bien aunque sea en un pequeño instante… Estoy y estuve a punto de rendirme al final. No soy un superhéroe, pero tengo super poderes… Eso es lo que diría un niño.
Pero lo que diría yo es que… Sencillamente no sé perder, que sencillamente no sé dejar de amar, que sencillamente el dolor no es razón para hacer sufrir. No me importa sufrir por los demás, y lo único que sé decir es: “todo está bien”. Me parece una mierda el mundo, la gente, el universo. Mira todas esas malditas estrellas. Casi con vida eterna, te sonríen mientras estás triste. Y la luna… Se la dedicas a miles de personas y miles de personas solo creen que eres un imbécil… Quizás sea verdad, pero tampoco aprendí a escuchar.
Tendré el corazón roto, pero te amo. Daré mi vida para salvar la tuya. Aunque nunca me hayas dado nada, te daré todo. Aunque te hayas ido siempre te esperaré. Aunque me hayas golpeado siempre te voy a sonreír. Aunque no hayas más que imaginar, algo más que creer, siempre blasfemaré y diré que no es cierto… Estas son las desventajas de tener un corazón noble y la mentalidad de idiota… Ah, y también la autoestima bastante, pero bastante jodida.

ESTÁS LEYENDO
Historias cortas y poemas vacíos.
PoetryA pesar de la tristeza que se puede conseguir aquí, estoy seguro que es de corazón. (No me hago responsable de las lágrimas que puedan salir de tu alma). Son historias en las que implemento mi vida e ideas, para darle un poco más de sentido y se sie...