Darmory Y La Mariposa De Cristal

9-El gran colegio Darmory

  Habían traspasado la puerta y esta había desaparecido. Miles de niños, incluyendo a nuestros protagonistas, estaban reunidos en una gigantesca sala de madera con un techo tal alto que apenas se podía ver. Los niños aparecieron vestidos con pantalones y buzos negros. Los buzos contenían un pin de oro con la forma de un sombrero de brujo y, con color violeta, el número 500. Tras una gran pantalla de humo, una gran silla apareció en medio de la gran habitación y una señora sentada en ella. Era la señora Sachs.

  —Buenas noche, queridos alumnos, docentes y demás —empezó Sachs con su discurso —. En primer lugar, quiero dar la bienvenida, especialmente a los nuevos. Este año tendrán nuevos amigos, nuevos maestros y sobre todas las cosas, tendrán más conocimiento.
  <<Mañana empezarán las clases y el miércoles tomaran las clases opcionales. Deseo que la pasen de maravilla. Por cierto, mencionaré algunas reglas: No podrán salir del castillo después de las doce de la noche. Nada de violencia, de ningún tipo. Y para nada... Pero para nada... Usen el maléfico de cosquillas. En fin, buenas noches, les llevaran la comida a las camas>>

  El discurso finalizó y unos papeles aparecieron en las manos de cada niño.

  Usted, compartirá habitación con...

Epol compartía habitación con Peen y Fidel. Refl con Heffl. Uriana con una tal Laiss y por último Ateen con una chica llamada Queen. Seguramente el señor Proem habrá hecho algo para asignar habitaciones. Luego, unas lindas mujeres con trajes blancos parecían patinar descalzas en el piso dirigiéndose a los niños.
 
—Refl y Heffl, siganame. —dijo una con un pelo largo y negro que hizo que este último babera y ante eso, Refl le pegó un codazo. Y así las bellas mujeres llevaron a los niños (y a Fidel) a sus habitaciones. Luego, unos bellos hombres les llevaron la cena a la cama. Habían ensaladas, carne, pollo, papa, milanesas entre otras cosas.

  Todos pudieron dormir bien a expedición de tres personas; Heff que no podía hacerlo por pensar en cuestiones personales; Uriana que tenia muchas ganas de ir al baño y por último Peen, que no dejaba de mirar un brillo lejano que volaba entre algunos árboles fuera del castillo.

  —Bien, chicos y chicas. Yo, soy el profesor Proem y dictaré la clase de Hechizos. Si no les molesta, me gustaría que todos pudieran practicar un encantamiento que les servirá de mucho.

  El día había amanecido bien, el profesor Proem les había explicado a a la clase un encantamiento bastante útil y sencillo. Es, el encantamiento Elementale, consistía en poder crear uno uno de los cuatro elementos de la naturaleza (Fuego, agua, tierra o aire). Según el profesor Proem, el encantamiento que crea el fuego y el agua era extremadamente difícil para la gente que había nacido en el mundo humano, así que la mayoría de los niños creaban tierra o torrentes de aire.

  —Terra —grito Refl y una gran roca salio disparada de su varita.

—Fuego —exclamó Heffl y una gran víbora de fuego salió de su pulida rama

  —Aqua —Bramó una voz femenina. Era la voz de una chica paliducha y con grandes anteojos. Era...

—¿Laiss? —preguntaron Refl, Heffl, Epol, Peen y Ateen al ver a la niña que habían conocido hace unos días en la escuela normal, era la chica nueva, la que al aparece le gustaba bastante el agua.

  Luego de la clase, los niños fueron directo hacia la habitación de Fidel, Epol y Peen que estaba llena de mariposas (cosa que había agregado este último).

—Ok, entonces, ¿vos venís del mundo acuático? — preguntó Refl.

—Sip —fue la única respuesta de Laiss.

—Sos la luz que estaba en mi vaso, en mi cuarto —afirmó Epol y la chica asintió.

  —Y supongo que sos la misma luz brillante que estaba cuando me secuestraron —dedujo Ateen.

—Básicamente.

  —No entiendo. ¿Vos sos luz o una humana? —Interrogó Heffl.
 
—Se supone que soy solo energía, energía que puede mover el agua. Pero un día, estaba en mi mundo, fue raro. Algo me guiaba a algún lugar. Se supone que en mi mundo no hay nada solido pero vi algo. Un cubo flotando... Cosa que era dura..  Justamente solida.

—Es el portal que conecta los mundo —explicó Uriana.

  —Si, no se —Laiss siguió con su relato —. Entonces decidí acercarme, lo cual es raro porque hasta donde tengo entendido la energía no siete curiosidad. Bueno, me acerqué y aparecí en un charco, era uno sucio y feo. Se supone que necesitó liquido para moverme, así que no pude hacer mucho ya que en el suelo firme, no hay mucha agua. Exploré un tiempo. En tu habitación Epol, que por cierto tiene una sorpresa gracias a Fidel. También fui a tu casa, Heffl... —en ése momento Laiss parecía sentir pena por algo y Heffl se sonrojó —... Y entonces decidí tomar el cuerpo de un humano. Decidí tomar el de una chica, parecía no tener nada para comer, estaba  en la calle... Como sea, estoy acá.

—Una pregunta —Dijo Epol con la mano levantada — ¿como te inscribiste en la escuela? Se supone que necesitas el permiso de tu tutor legal.

—Oh, eso. Bueno, un hombre, con una apariencia medianamente sospechosa, me dijo que... —pero fue interrumpida por el golpe seco de Ateen cayendo al piso.

—¡Ateen!

La niña empezó a temblar y humo rojo empezó a salir de sus ojos. Hasta que al fin el humo desapareció y se repuso bruscamente.

—Esta... Buscandola... —Ateen apenas pudo formular sus palabras.

—¿Quien esta buscando? —preguntó Heffl preocupado.

—¿Y a quién están buscando? —pregunto Peen.

—Un hombre... Un figura... oscura... Quiere atraparla... A la mariposa...