Era el primer día que tendrían Historia, ya que según los profesores la que dictaba esa materia, estaba muy enferma. Sin embargo eso no era en lo que pensaban los niños. Estos pensaban en lo sucedido la noche pasada, una figura oscura y tenebrosa que logró escapar de los encantamientos de la señora Sachs y el señor Proem. Estos, les habían dicho a los niños que tenían prohibido hablar sobre eso a cualquier persona.
Los niños estaban en el aula de Historia, un sitió grande, feo y con una forma circular. La profesora Irrit entró y era una mujer alta, delgada, con el pelo canoso.
-Buen día -dijo la profesora con una voz irritante -supongo que ya saben de que es la materia así que... Como sea. ¿Alguien conoce al dictador Lavid? -Se notaba bastante que esta profesora no sabía dictar una clase. -¿No? Ok, el fue un dictador que... Nada, fue un dictador de China, era malo. Sabía mucha magia y... Todo eso.
-Profesora, ¿que tipo de magia usaba el dictado Lavid? -preguntó una niña con largas trenzas al fondo del aula.
-No levantó la mano señorita como se llame. -dijo la profesora Irrit. Entonces, el número 500 del pin de la bufanda de la niña, cambio al número 400. -listo, ahora tenés cien puntos menos.
-Disculpe, profesora -Refl levantó la mano y empezó a hablar -pero según la regla número 3.123.545 decreto del derecho al estudiante, dicta que por una infracción, los puntos que se les puede quitar a un alumno, es como máximo veinte. Y ella solo rompió una regla, no levantar la mano, así que por lo tanto, no le puede sacar más de veinte puntos.
-Señor como te llames, honestamente me importa poco y nada que diga usted.
-No puede hablarle así -protestó Heffl enojado.
-No te escuchó -dijo la señora Irrit.
-Deje de ser tan infantil -se atrevió a decir Laiss.
-No te escucho -volvio a decir la profesora.
-Esta siendo muy irritante -dijeron Peen y Ateen al mismo tiempo.
-No te escucho.
-Ya, cállese -Gritó Uriana.
-No te escucho, no te escuchó tengo cabeza de canguro -y así como Dios manda, Epol, Peen, Heffl, Uriana, Ateen y Laiss se levantaron de sus sillas y lanzaron un encantamiento a la irritante señora Irrit. Esta cayó al suelo por el impacto de seis encantamientos y cuando se levantó, sus orejas se levantaron, su cabeza se deformó y su cabeza se transformó en la de un canguro. Esto, provocó varías risas y chillidos de compañeros. Lastimosamente la risa no duró mucho, la profesora Sachs entró al aula y tardó un poco en entender lo que pasó.
La cabeza de la señora Irrit volvió a la normalidad y desaforadamente, empezó a gritar:
-¡Los estudiantes Refl, Peen, Uriana, Laiss Epol, Ateen y Heffl armaron este escándalo!
-Justo ahora se acuerda de nuestros nombres -musitó Ateen.
-Ustedes siete, vengan ya a mi salón, tendremos una charla -ordenó la señora Sachs.
-Refl no tuvo nada uwe ver -protestó Heffl.
-Entonces servirá de testigo -sentenció.
Los niños no protestaron y fueron guiados por la señora Sachs mientras la otra docente lanzaba gritos.
Luego se alejaron por un pasillo bastante extenso lleno de cuadros de grandes magos e incluso de hechiceros jóvenes. Hubo un gran silencio.
-No hicimos nada -se atrevió a decir Ateen.
-Nunca dije que hicieron algo -dijo Sachs -e incluso si hubieran hecho algo, debería castigarlos y felicitarlos por el encantamiento transformador que supuestamente hicieron. Fue muy poderoso.
-Fue porque lo hicimos en conjunto -explicó Laiss.
-¿Entonces admiten que lo hicieron? -dijo la maestra. -Como sea, ya llegamos.
Los niños estaban frente al salón de matemáticas, donde habían miles de números dibujados en el aire.
-Entren -ordenó Sachs -yo tengo que hacer unas cosas. Oh, por cierto, hay otros niños castigados, así que... Como sea, me voy.
Los niños entraron al salón y tres chicos de unos quince años estaban sentados. Los niños miraron una caja que decía Varitas aquí niños
-Le falta una coma antes de 'niños'. -musitó Epol que tenia una gran locura a la hora de hablar de las comas, puntos, etc. Los niños dejaron sus varitas ahí y se sentaron en las mesas. Uno de los chicos empezó a reírse de una manera exagerada y repentinamente hizo algo que provocaría una gran pelea.
El chico, con sus hormonas descontroladas, toco los pechos de Uriana.
-!¿Que hacés, imbécil?! -gritó Heffl.
-Callate enano -dijo la voz grave del adolescente.
-¿Querés ver lo que hace este enano? -y con un poco de dificultad, la mano de Heffl se llenó de fuego.
-Dale, pendejo. Tiralo y vas a ver -otro adolescente se paró -Dale, dale, da... -pero el chico no pudo seguir hablando ya que una extraña criatura me Nidia el pie. -¡Quema, quema! -la criatura era un Onie enviado por Peen, mientras este último se reía a carcajadas. El adolescente tenía una gran herida en la pierna pero pudo saltar hasta la caja con varitas y apuntó a Refl.
-Ady... -el chico estaba apunto de lanzar un encantamiento para desmayar al jirafa, pero fue interrumpido por un extenso humo rojo y de este salieron dos manos que agarraron la varita y se la quitó de las manos.
Del humo salió Ateen y gritó ¡Le temps! Y el chico empezó a moverse extremadamente lento.
—¿Que rayos esta pasando? —La profesora Sachs entró en el aula y con un movimiento, las varitas de los jóvenes se acercaron a sus manos —¡DOBLE CASTIGO! Señor Yrrot, Precoro y señorita Acon, alejense de aquí —dijo refiriéndose a los adolescentes y estos, se fueron enseguida. —Y ustedes...
—Señorita Sachs, antes de siquiera hablarnos, escuchenos — Dijo Laiss. —Esos locos empezaron. Nosotros nos defendimos.
—Cambiando de tema, queremos que nos explique algunas cosas —dijo Peen.
—¿Como qué? —preguntó Sachs.
—Qué es la criatura que nos atacó —dijo Ateen.
— O decirnos que mariposa buscando. —dijo Epol. La señora Sacj se quedó helada y salió corriendo.
Hubo una pequeña pausa
—Tenemos que investigar por nuestra cuenta —dijo Uriana rompiendo el silencio —Vamos a averiguar quien o que es esa criatura.
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Darmory Y La Mariposa De Cristal
RandomDespués del rescate de Ateen, ella, Epol, Refl, Heffl y otros más, deberán acostumbrarse a su nueva vida en el colegio de magia: Darmory. Pero también, deberán acostumbrarse a los enemigos enmascarados, a la búsqueda de mariposas, y sobre todo... A...