Capítulo 19

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Mi cuerpo tiembla sobre la arruinada colcha manchada de mi propia sangre. Solo soy capaz de rebobinar aquellas palabras que Yoongi dijo antes de abandonar la habitación, provocándome un mar de sensaciones inconexas. 

Desolada, arruinada y sobre todo, humillada son las palabras exactas para describirme.

La herida que cubre casi por completo mi estómago no deja de sangrar y es sumamente dolorosa incluso a la vista.

Frunzo los labios en un intento vago para no echarme a llorar otra vez. Estoy tragándome el sufrimiento y todo lo ocurrido anteriormente. Me lamento en silencio, aborreciendo minuto a minuto al pelinegro y su grupo de amigos que terminaron por dejarme a bordo de un tren con destino incierto.

Mi amiga... Dios, ¿de qué magnitud habrá sido su sufrimiento?, ¿en realidad había sido...?

Quiero que todo esto sea una pesadilla.

Cierro los párpados, intentando aminorar mi agitada respiración. Tratando de alguna forma encontrar esa tranquilidad que tanto extraño y añoro, no obstante, aquel objetivo se va desintegrando poco a poco al oír un tarareo sutil proveniente del exterior.

Mis sentidos se alertan precipitadamente al ver como el pomo de la vieja puerta es girado, dando paso a una silueta cuya sonrisa dibujada en sus labios es radiante y peculiar, digna de un desquiciado —: Al fin despiertas. —mis ojos se topan con el responsable de la voz, viéndolo aproximarse.

— ¿Qui-quién eres? —pregunto. La marca provocada por Yoongi arde como el infierno cada vez que realizo un movimiento, lo que me provoca jadeos lastimeros.

—Rayos, hyung me prometió que te hablaría de mí. —un puchero triste se forma en su boca — ¡Yo soy Taehyung y soy el mejor amigo de tu novio!—contesta eufórico pegando una risilla, y mirándome como si quisiera compartir su felicidad insignificante conmigo. Este sujeto me inquieta, porque a simple vista se puede percibir que algo no va bien en su psique. La manera en la que sonríe y juega con sus dedos solo logra alertarme.

—No. —murmuro, aguantando las ganas que tengo de lanzarme contra él —. Eso no es mi novio y jamás lo será, ¿no ves lo que me hizo?

Su sonrisa se borra en cuanto suelto aquellas palabras y enseguida aprieta los puños, mirándome con la mayor de las rabias posibles. Incluso parece que se está contenido las ganas de cometer una locura al mismo tiempo que comienzo a arrepentirme de lo que solté sin pensarlo dos veces.

— ¡Maldita Imbécil, eso es... ! —exclama entre dientes, tirando de su cabello con tal brusquedad que, por un momento pienso que se lo arrancará —. No le haré daño, no lo haré, no... —golpea su cráneo repetidas veces, susurrando para sí mismo.

Dios, ¿qué le ocurre?

Está claro que para este punto mis deducciones son correctas, y es que tiene algún tipo de trastorno o algo que afecta su mentalidad. No se mucho del tema, pero hasta donde mis pobres conocimientos llegan sé que no puedo recriminar su comportamiento. Se nota que es una persona inestable e irracional, así que solo me mantendré al margen porque lo último que anhelo es que me haga daño o algo peor, sobre todo al estar tan indefensa.

Con el pasar de los segundos, su respiración se regula y parece más tranquilo que antes, su cuerpo entero que yacía tensionado se relaja progresivamente. Lanza un suspiro profundo antes de girarse para mirarme y trago saliva —: Ya. —vuelve a sonreír, pero eso no consigue tranquilizarme —. Lo lamento, no quise insultarte.

Mierda, ahora no solo me duele la reciente herida en mi estómago, sino que a esto se le suma el ardor que nace en mis muñecas y tobillos a raíz del amarre tan apretando. Tal vez pueda conseguir que este sujeto las afloje, aunque sea un poco. 

Monster | Min Yoongi | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora