14 de noviembre 2005
Yoongi 10 años.
Taehyung 8 años.
El menor, cuyos ojos marrones observaban al pelinegro con admiración no podía creer la gran habilidad para el balón que poseía su amigo. Era como aquellos jugadores profesionales de la televisión que tanto anheló imitar alguna vez, pero consideraba que era demasiado torpe para incluso intentar un truco sin hacer el ridículo.
Ambos chiquillos pasaban los minutos de recreo que les otorgaba la institución en el patio de atrás; era el lugar favorito de Yoongi por ser el menos frecuentado del recinto. Más no del castaño, quién constantemente se quejaba del mal olor proveniente de la basura descompuesta que arrojaban los cocineros. Sin embargo, para Tae, acompañar al mayor era sumamente relevante y esencial.
— ¡Es muy bueno! —aplaudió desde su posición y el pelinegro formó una sonrisa sin mostrar los dientes. Sostuvo la pelota entre los brazos mientras observaba al castaño tomar impulso para levantarse de donde estaba acomodado.
—Gracias. —respondió tan seco como siempre. Al pequeño le brillaron sus ojitos cuando sintió los dedos del pelinegro sacudirle los cabellos.
— ¡Te quiero mucho hyung! —exclamó, y no logrando administrar emociones desbordantes como es correcto, envolvió los brazos alrededor del cuerpo del mayor, escondiendo su rostro avergonzado en el pecho del mismo.
Yoongi gruñó, apartándolo sin tener cuidado y él lo volteo a mirar estupefacto. De pronto, sus mejillas se sonrojaron al recordar la repetitiva frase que se deslizaba por los labios del mayor cuando ocurría eso —: Odio que me abraces. —lo notó rodar los ojos mientras empezaba a botar el balón repetitivamente contra el asfalto.
Taehyung a diferencia de Yoongi, era un niño sin maldad. Un chiquillo muy dulce e hiperactivo, uno muy distinto a la mayoría de los que habitaba el orfanato. Al ser catalogado como alguien de bajo perfil, inocente y tímido era víctima de múltiples abusos por parte de los más grandes.
— ¿Por qué? —se atrevió a preguntar confundido. Le gustaba repartir cariño, y más si era para él, pero le dolía no poder acercarse sin recibir a cambio palabras hirientes. El chico detuvo sus acciones para cruzarse con el puchero lastimero del castaño, sin embargo, lejos de producirle lástima solo le irritaba.
—Es de maricas. —escupió serio e imparcial.
— ¿Maricas? —ya había oído ese término. Constantemente se lo decían, pero nunca supo que significaba. Yoongi inspiró profundo, no creyendo que tenía que explicar algo tan básico y corriente como eso.
—Van a pensar que somos novios. —soltó asqueado, ocasionando dudas en el contrario.
— ¿Y es malo? —la expresión del pelinegro se horrorizó — ¿No puedo ser su novio? —terminó por decir con simpleza.
—No, porque somos niños. —resopló, un tanto incómodo por la constante insistencia del contrario. Dentro de su mente infantil repleta de erróneas ideas homofóbicas, le resultaba repulsivo imaginarse a dos hombres amándose y expresando lo que sentían libremente.
Odiaba tener que dar argumentos para respaldar las cosas que decía porque para él todo resultaba muy claro.
—Ahh. —asintió con una enorme sonrisa cuadrada adornando su rostro — ¿Entonces cuándo seamos adultos lo seré? —balbució emocionado. No le parecía mala idea, lo que creía sentir por el chico de piel pálida era amor puro y sincero, aunque, ¿en verdad lo era?
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Monster | Min Yoongi | 1
Fanfiction❝ Estoy arrastrándome en tu corazón, bebé. Te daré la vuelta, te romperé y te tragaré, te robaré y disfrutaré de ti. Estoy grabado en tu corazón, así que si incluso muero, viviré para siempre. ❞ ● Créditos por la portada y banner a: @Haraboji29 ✓ Te...