Capítulo 13

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Mi respiración es dificultosa, así que me obligo a regularla de la forma más prudente y desapercibida posible. Necesito acompasar los desbocados latidos de mi corazón golpeando mi caja torácica porque definitivamente no aspiro a darle una obvia notoriedad de la repentina ola de emociones que me importunan.

Que sea suya.

¿Acaso quiere que tengamos... ?

La firmeza de su toque no cede ni un segundo a pesar de que han pasado varios minutos desde su confesión. Yoongi no ha apartado sus ojos de los míos y ambos sabemos lo que aquello significa, pero ninguno se atreve a lanzar la primera piedra. Soy capaz de percibir su tenue aroma masculino filtrarse de lleno en mis pulmones cada vez que inhalo y exhalo, haciéndome estremecer de pies a cabeza.

Son tantas cosas que se agolpan en mi cabeza que resulta doloroso. La contaminación auditiva me abruma, las pocas personas transitando a nuestro lado claramente ignoran el huracán desastroso que provoca náuseas pulsionales en mi seca garganta.

Siento que perdería la orientación y equilibrio si Yoongi no me estuviera sosteniendo.

—Por favor. —su voz se ha enronquecido en varios tonos, manteniendo esa seriedad descriptiva que lo caracteriza —. Di algo. —balbucea por lo bajo, haciendo que mis entrañas se revuelvan. Hay una ligera súplica disfrazada de demanda que intento ignorar porque estoy en extremo ocupada teniendo un dilema mental tan complejo y corrosivo que nubla mi realidad.

Sé de antemano que su propuesta está mal en toda perspectiva, la parte racional y consciente de mi mente grita incansable que debo declinarla. Mientras que la otra parte, se ubica en un limbo peligroso, cuyo paso en falso me lanzaría a los fauces de un abismo sin retorno.

Bajo la vista a sus delgados labios, y entonces, recuerdo con una claridad fotográfica la vez que me besó. En ese momento fue desagradable, no me lo esperaba para nada y ni siquiera fue con un consentimiento anticipado. Sin embargo, las cosas parecen haber cambiado, pues en este preciso instante siento una especie de curiosidad insana por probarlos, tan solo unos instantes en los que me podría alejar de todo. Una forma de huir de esta mierda...

Solo será una vez.

—Está bien. —digo tras un largo momento de silencio, aún dubitativa y perdida en su boca. Empuño los ojos con fuerza en un intento vago por distraerme en otra cosa, y cuando los abro, me cruzo con una mueca llena de asombro y aturdimiento instalada en su rostro. Pero sin interesarme, prosigo —, aceptaré lo que me pides. —una media sonrisa triunfante baila en la comisura de sus labios, y trago duro debido a que intuyo todas la matices oscuras que esconde ese gesto —. Con la única condición de que cumplas lo que dices.

Un silencio extraño se instala entre nosotros, pero no me atrevo a romperlo hasta que él carcajea tan profundamente que tiemblo sin poder controlarlo —: Dulzura, soy hombre de palabra.

—Entonces, ¿cuándo? —me impresiono a mí misma al verme preguntando cuando se efectuaría la fecha de nuestro encuentro. Estoy actuando como una completa desconocida, ¿qué ocurría conmigo?

¿Hacía esto únicamente para que me dejase tranquila, verdad?

O porque hace tiempo nadie me había tocado y él está dispuesto a hacerlo.

—Te daré la libertad de elegir. —afirma con voz enronquecida, relamiendo sus labios en el proceso. Dios, soy incapaz de hilar acciones mínimamente lógicas, así que expulso lo primero que se me viene a la cabeza.

No quiero ser razonable, no por esta mísera vez.

—Ahora. —espeto.

— ¿Hablas en serio? —enarca una de sus cejas, incrédulo. Yo asiento, buscando apartarme unos centímetros de su anatomía.

Monster | Min Yoongi | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora