Capítulo 2

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No puedo entenderlo.

Carezco del conocimiento y palabras adecuadas para explicar el suceso de anoche y el como mierda logré salir con vida.

Como es fácil de suponer, no pude dormir a pesar de que la melatonina producida naturalmente por mi cerebro desbordaba un cúmulo cuantioso de cantidades . Me fue -es- tarea difícil librarme del recuerdo que se ha anclado con sus aterradores fauces en mi memoria a largo plazo, por mucho que coloque toda la motivación para llevar a cabo esa tarea no consigo de manera plausible arrancarme ese escenario terrorífico de anoche. Constantes imágenes se rebobinan como una maldita película de terror, cuyo desenlace terminó medianamente bien.

El insomnio por otro lado es inevitable. Siento que la cabeza me va a estallar y ni hablar de las ojeras horripilantes que cubren mis párpados y alrededores. 

¿Por qué tuve que hacerlo?

El timbre suena alrededor de todo el establecimiento y pestañeo un par de veces para despabilarme. Cierro de golpe el casillero, moviendo mis pies por si solos hasta el salón de física, que era el ramo que acontecía ahora. 

Exhalo de manera silenciosa, dando una ojeada a algún lugar que estuviera vacío para poder tomarlo yo. Vislumbro uno, abriéndome camino para llegar al pupitre donde recargo mi codo en la plataforma horizontal. Nuevamente me encuentro tratando de apartar todo pensamiento erróneo, dejando que mi imaginación divague a su gusto, no obstante, siempre acabo por toparme con lo mismo.

— ¿Te ocurre algo? —escucho una voz aterciopelada. Elevo con pesadez la cabeza y lo noto traer esa familiar sonrisa colgando de entre sus rellenos labios. Coloca sus pertenencias encima de la mesa, sentándose a mi lado y yo gruño en respuesta —. Con eso me has dicho todo.

—Pasé una pésima noche. —me quejo.

— ¿Y eso a qué se debe? —trago saliva debido a su cuestionante. Hasta ahora no se me había ocurrido ninguna mentira para usarla en caso de, o sea, Jimin puede ser la persona más dulce de todo el planeta, pero no pienso admitir las verdaderas razones por las que estoy así. No quiero meterlo ni quiero meterme en problemas.

—Prefiero no hablar sobre eso. —divago sin intención de echarme para atrás, y el pelirubio asiente no muy convencido. 

Así que para aliviar la atmósfera tensa, comienzo a tocar temas de diversa índole solo para olvidarme al menos por unos segundos, de ese suceso. No trascurre mucho tiempo cuando la maestra interrumpe nuestra acalorada charla y rápidamente mis ojos curiosos saltan de ella al chico que la acompaña. Este mantiene un semblante mesurado, viéndose seguro ante los demás. Volteo los ojos corroborando la expresión de Jimin, quien se encoge de hombros igual de confuso que yo.

—Clase, tenemos un nuevo estudiante. Su nombre es Kim Namjoon, denle una cálida bienvenida. —los presentes, incluida yo, admiran al mencionado. El chico sonríe algo cohibido, logrando que unos hoyuelos ocupen terreno importante en su rostro.

—Bien alumno Kim, vaya a sentarse detrás de Yeseo. —frunzo los labios.

Que suerte la mía, nótese el sarcasmo. No es que sea alguien particularmente desagradable, me considero amable y servicial con todos en general, pero tener detrás de mí a un chico que ha llamado la atención de algunas personas de la clase se volvía siempre un fastidio con el pasar del tiempo. Y quiero evadir las dificultades en las que me podría meter debido a la intensidad de esos individuos. 

—No sé quién es.

—Yeseo, levanta la mano por favor. —me tardo en hacer caso y acabo elevando la palma en el aire. El castaño pasea la mirada por todo el perímetro hasta dar con mi adormilada cara. Cuando se encuentra a pocos metros de distancia, bajo la extremidad y vuelvo a mi posición anterior.

Monster | Min Yoongi | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora