Capítulo 12

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—¿Jessica ? —La voz de un hombre me sobresaltó por detrás. Al girar me encontré con un oficial de policía sujetando una pequeña libreta.

Asentí.

—Debo hacerle unas preguntas — Sacó un lapicero de su bolsillo derecho — Lo lamento, es protocolo. Sé que debe estar asustada, pero durante las tormentas son frecuentes los robos a hoteles — Analizó unos segundos la escena y abrió los ojos como si lo que decía no diera justicia a lo que pasó — La verdad es que tuvo mucha suerte de no estar aquí, fue forzada — Y mientras los dedos del oficial se pasaban por la perilla con signos de balas; pensé en Dylan.

Estaba segura que había sido él.

No tenía idea de como o que hizo para encontrarme, pero estaba rozándome los talones.

—¿Hay alguna razón por la que alguien trataría de lastimarla?, ¿Invadir su habitación?

Separé los labios pero nada salió de mí, estaba atónita con la mirada perdida en algún punto invisible sobre la chaqueta de aquel hombre.

—No — Respondí.

-¿Tien...

Y antes de poder escuchar apenas una insinuación de él, Mateo apareció a sus espaldas.

—Jessica — Parecía aliviado.

—Por dios — Pude respitar tranquila cuando lo ví, se acercó y subió sus manos hasta mis brazos — Desperté y no estabas — Comencé a hablar de prisa — Después vi todo eso y...

Negó con la cabeza para que parara, y aunque no lo hubiera hecho, no había manera de que terminara esa oración.

"Y pensé que el psicópata padre de Sarah te había herido"

Me tomó de la mano y me limité a seguirlo por detrás, en silencio.

—Disculpe, no puede irse hasta que terminemos con la investigación — Interrumpió un chico que estaba justo frente al ascensor. Algo que debo decir, no detuvo a Mateo.

Parecía demasiado serio, y su reflejo en el espejo del ascensor me causaba una sensación extraña. Al parecer  pasó toda la mañana haciendo llamadas para sacarnos de ahí.

Cuando las puertas se abrieron frente a nosotros él siguió derecho, sin emitir palabra.

—¿Estás bien? — Pregunté, pero continuó caminando, estaba tan metido en sus pensamientos como para escucharme. Pese a ello lo llamé de nuevo, justo antes de llegar al auto — Mateo — Solté mi mano de la suya.

Se detuvo de golpe y pareció respirar un poco. Nuestros ojos chocaron, ambos vimos el conflicto interior del otro en su mirada.

—Vamos, te llevaré a casa — Concluyó, sin darme la oportunidad de objetar. Pero no era como si pudiera decir algo.

Tampoco quería hacerlo.

Subí al auto, por que sabía que en menos de treinta minutos tendría a Sarah en mis brazos y que todo luciría mejor.

Pero desde acá; tenía mucho miedo.

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—¿Y si no fue él? — Cuestionó Marcos.

— Espero que no —  Respondí mientras veía por la ventanilla de la habitación, por más que lo repitieran, sabía que era él.

Marcos se detuvo en la puerta de la habitación, con Sarah durmiendo entre sus brazos. —Llama a la policia — Su semblante era serio y lleno de ansiedad. Le respondí con la misma mirada cansada de siempre. — Es en serio, Jessica — Amenazó, insistiendo por tercera vez con que contactara a la policía. Pero, ¿que podrían hacer? Estaba segura que la salida no era con ellos.

Por Ella [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora