Por Ella [Completa]

Capítulo 13

—Jamás había tenido tanto miedo de perder a alguien — Susurró cuando nuestros labios se separaron. —Cada paso que doy contigo, va al vacío. Esta clase de sentimientos son nuevos para mí — De no ser por el muro que me detenía la voz en la garganta; lo habría detenido — Pero viéndote aquí, poniendo todo en perspectiva. Creo que jamás estuve tan seguro de quedarme al lado de alguien.

Sus palabras acariciaron mi alma, muy cerca de las cicatrices que había dejado mi pasado. Y quise correr.

—No sabes lo que dices — Retrocedí un paso, desapareciendo todo contacto que mantenía con él.

—Nunca estuve tan seguro de algo.

Me alejé otro par de pasos, y él se acercó tres.

Eso era un cambio radical, nada entre nosotros había cambiado. Un beso y culpa de su parte no eran suficientes para formar nada.

— No sabes nada de mí — Mi historia no estaba limpia, y él no soportaría adentrar el dedo en la llaga y ensuciarse de tantos episodios traumáticos — No tienes ni idea de todo lo que cargo.

— Estoy seguro que nada es más fuerte que lo que siento — Lo afirmó con tal intensidad que flaquee un poco, abrumada.

—¿Como lo sabes? — Cuestioné.

—No soy una persona que sienta a medias — Se acercó los últimos pasos que nos separaban — Lo doy todo o nada y no es opción olvidar lo que siento.

Mofé sin poder evitarlo.

—¿Lo que sientes desde hace cuanto? — Dije — ¿Un par de noches?

—Desde que cruzaste esa puerta por primera vez y tenía una insaciable sed de conocerte — Contuve la respiración, era imposible que él fuera consciente del regocijo que aquella confesión causaba en mí.

—No. — Fue lo que alcanzó a salir de mi boca antes de que la puerta se abriera frente a nosotros.

Sentí más impotencia que alivio, si lo que buscaba era un cierre, todo había salido mal.

— Disculpen, pero es importante —Interrumpí a Minerva antes de que concluyera y aproveché ese motivo como excusa perfecta para salir.

—Ya me iba — Mencioné y salí disparada de su oficina. Mientras lo hacía observé la intención de Mateo de seguirme, pero una oración sencilla fue suficiente para detenerlo.

"Las gráficas cayeron"

No me detuve hasta llegar al elevador, había un avión esperándome. No podía dudar ahora, pero mi corazón, el cual latía desenfrenado, no ayudaba.

Mantente firme - Me repetí incontables veces.

Las puertas se cerraron frente a mí, todo pasaba en camara lenta, sentía como si un atardecer se desarrollara en mi cabeza.

Se me olvidaba que después de la cuspide de luces en el oriente... llegaba la noche.

Las puertas se abrieron en la primera planta de nuevo, estaba tan perdida en mi misma que no le presté atención a nada más que al gozo y la ausencia que me habia provocado su beso. Ni siquiera voltee a ver al hombre que ingresaba, con gorra negra y lentes de sol, a mi lado en ese cubículo metálico.

Hasta que tuve su voz resonando en mis oídos.

Y vi la última luz entrar entre las puertas que en menos de un segundo se sellaron, camino al estacionamiento.

—¿No vas a saludarme, amor?

Colapse en todos los sentidos posibles, y mi mirada aterrada vió en carne viva a el hombre del que tanto tiempo había huido.

—Dylan...

Los siguientes segundos a partir de eso fueron un tormento que tan solo crecía y parecía no tener final.

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