5:50 am
Las puertas de el edificio se abrieron frente a mí, solté la mano de Sarah y con una última mirada a Dylan salí del auto.
No dormí toda la noche anterior, me preparé para dejar de manera consiente a Sarah junto con él. Pero era necesario, eso le daría una vida segura a ella. Debía hacerlo.
Tampoco tenía otra opción.
Tenía un nudo formado en mi garganta, tan solo el guardia estaba adentro y mientras caminaba a la puerta observaba como el secuaz de Dylan lo entretenía.
Lo escuché llamarlo "Alexis" un par de veces.
Me escabullí en los adentros, en cualquier segundo las personas comenzarían a llegar y no quería causar una conmoción.
Para las 5:54 ya estaba en el ascensor, miré la camara de seguridad y traté de que enfocara mi rostro.
¿Una falla en el plan?
En absoluto, la verdad es que nada importaba. Ni cuantos guardias estuvieran frente a mí, ni las camaras de seguridad ni nada. Estaba dispuesta a entregarme por Sarah, era la única manera segura de que ella viviera bien.
Así que hasta cierto punto, también buscaba que nadie me volviera a buscar, concentrarse en mi hija y darle la seguridad que yo no podía darle.
La tristeza, y el ascensor en donde empezó todo me hizo inclinarme del dolor que me provocaban los sentimientos. Y lloré inclinada en el suelo. ¿Quien se haría cargo de ella?
¿Quien velaría por su sueño?
Por lo menos estaría libre de el fantasma de su padre.
Si no hacía esto ni siquiera sabía si podría seguir con vida.
En cuanto las puerta se abrieron me levanté y caminé hasta la oficina que ya conocía tan bien cómo la palma de mi mano, la cabeza me punzaba por los golpes, al igual que el estomago y brazos.
Tomé la llave de su oficina y entré sigilosa, sabía perfectamente en donde guardaba toda clase de papeles. Saldría de ahí antes que nadie me notara.
Me inqué atrás de su escritorio y abrí todos los cajones sin encontrar nada hasta llegar al tercero de la derecha. Ahí estaban en una carpeta azul, saqué los que Dylan me había pedido.
Como abogada, podía decir que con esto una gran parte de la empresa se vendría abajo, se podría controlar en poco menos de un año. Pero muchas personas perderían su empleo.
Eso si Mateo no le daba en dinero que Dylan pidiera y sé que lo haría.
O lo encontraría.
Tomé un lapicero del escritorio y arranqué un pedazo de una hoja, escribí un mensaje que Mateo leería lo demasiado tarde para mí, pero que a Sarah le serviría. Lo metí justo en el espacio de los papeles que tomé.
Escuché la puerta de la oficina abrirse y me puse de pie, ocultando los papeles detrás de mí.
Mateo cerró la puerta detrás de si y quedó perplejo al observarme ahí
-¿Jessica? - Preguntó caminando hacia mí - ¿Que haces aquí? - Justo cuando trató de rodear el escritorio yo caminé en dirección contraria alejandome -¿Por que rechazaste la seguridad que mandé ayer?, han estado buscándote, Marcos ni Raquel contestan sus celulares - Se acercó otro par de pasos y yo me alejé aún más. Él se detuvo.
-Les pedí que no te contestaran- Dije tratando de sonar firme, nunca imaginé que sería tan dificil y que mi voz sonaría tan quebrada.
-¿Estás... - Por primera vez observó los papeles detras de mí, su porte cambió -¿Que tienes atrás?
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Por Ella [Completa]
RomanceDe la historia de Jessica. Una chica de 24 años que debe cuidar a su hija; Sara. Todo ello atormentada con la sombra de un hombre alcohólico, quien está dispuesto en arruinar su vida. En un momento desesperado por conseguir empleo tras ser rechazada...