— ¿Pensaste que podrías deshacerte de mí? — Sus palabras apenas parecían pitidos que ensordecían mis oídos.
Un arma se posicionó en mi frente.
— Respóndeme cuando te hablo — Lo vi a los ojos y asentí, con el pecho subiendo y bajando al ritmo de mi respiración errática.
Esa sumisión que él me provocaba, hacia que quisiera arrancarme la piel.
"Muévete" — Me exigí, gritandome desde lo profundo de mi pecho. Pero apenas titubee.
Acarició mi cabello — Tranquila — Trató de consolarme al notar el temblor de mi cuerpo — Todo estará bien — Observé cada movimiento en el que su mano se dirigió a su bolsillo, sacando de el una navaja. Todo en mí palpitaba, pero el miedo y la costumbre a temerle cegaba mi instinto de supervivencia.
—Hoy no va a pasarte nada — Sonrió — Nada grave — Sentí como el filo de la navaja se enterraba en mi brazo, traté de alejarme pero estaba atrapada entre su cuerpo y las paredes del elevador. Chicheó ante mis quejidos — Tranquila... — Apreté los labios en un intento de contener el dolor. Pero en cuanto la imagen de Sarah me vino a la mente no dude en gritar y mi voz resonó entre las paredes. Él cubrió mi boca con su mano libre — Solo es un recordatorio de que no pueden huir de mí — La sangre comenzó a correr de mi brazo, intenté alejarme con desenfreno, pero el me retenía con todo su ímpetu, y entre más movimientos hacía el dolor incrementaba.
Era un psicópata, en el destello de sus ojos notaba la satisfacción que le causaba.
Entre los bochornos de calor y ansiedad que comenzaban a sofocarme, entendí qu sería imposible huir de él. Me ví muerta en alguna de las esquinas y a Sarah con una vida de escaces y martirio.
Mordí su mano en cuanto las puertas se abrieron en el estacionamiento. Una mujer que esperaba afuera gritó.
Él golpeó mi cabeza con el arma y caí al suelo apenas me soltó. Ví sus labios moverse antes de que saliera de ahí corriendo, pero no fuí capaz de escucharlo pues había un pitido ensordeciendo mis oídos. La mujer corrió el dirección a mí, pero no fue capaz de entrar antes de que se volvieran a cerrar las puertas del asensor conmigo adentro.
Presioné mi brazo.
La sangre seguía escurriendo de el y el dolor apenas era soportable. Aunque era lo que menos me importaba. —Sarah — Exclamé aferrandome a las paredes y haciendo vanos intentos por levantarme. Necesitaba tenerla entre mis brazos, nada estaría bien hasta que estuviéramos juntas.
Tomé el celular de la bolsa que había caído a mi lado y busqué el número de Rebeca entre la neblina que se formaba en mis ojos.
Lloré en desesperación después de no recibir contestación y textee un par de letras en su mensajería.
"Dylan regresó"
Volví a apoyarme de las paredes para levantarme pero solo conseguí manchar la pared de mi sangre.
Todo daba vueltas, el pánico en mí había causado efectos colaterales, apenas comenzaba a asimilarlo.
Respiré profundo e intenté calmarme. Entonces, el ascensor se abrió en la primera planta.
Lo demás fueron apenas vagas imagenes.
Mateo.
—Perdón, Minerva. — No pude contenerlo más. Necesitaba quedarme, pero algo me impulsaba hacia el frente.
Ni siquiera yo mismo entendía lo que sucedía, había sido tan rápido que temía que esos sentimientos me carcomieran si no veía al instante a Jessica.
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Por Ella [Completa]
RomanceDe la historia de Jessica. Una chica de 24 años que debe cuidar a su hija; Sara. Todo ello atormentada con la sombra de un hombre alcohólico, quien está dispuesto en arruinar su vida. En un momento desesperado por conseguir empleo tras ser rechazada...