3. La cruda verdad

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Una vez que Parsley le comunico a Lady Leticia, las Buenas noticias que tanto había esperado (el hecho de que algunos miembros de su raza sobrevivieron, y que entre ellos se encontraba uno de sus parientes directos), se sintió intrigado de saber que haría ella.

La había criado como si fuera su hija, pero para los saiyajines, sus sirvientes eran vistos de forma despectiva

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La había criado como si fuera su hija, pero para los saiyajines, sus sirvientes eran vistos de forma despectiva. Sin embargo Leticia siempre se comportó amable y atenta con Parsley, es más, ella lo sentía como si fuera su padre, ya que pasaba con él la mayor parte del tiempo.

Su verdadero padre, el General Pinak, en cambio, vivía para servir a su hermano, el Rey Vegeta.
El era uno de sus altos mandos de batalla junto con Bardock. Pero obviamente al ser de la realeza, el rey confiaba más en su hermano, antes que en Bardock, quien advirtió sobre lo que planeaba hacer Freezer, pero a quien nadie escuchó.

Si bien Leticia extrañaba a toda su familia, asesinados junto a todo el planeta Vegita; estaba muy agradecida con Parsley, su fiel sirviente quien se convirtió en su cuidador cuando quedó huérfana. Por eso no le molestaba compartir sus pensamientos con él. Aprovechando que Parsley le sirvió su cena, decidió iniciar una conversación.

—Sabes, el Rey y mi padre planearon que desposara al príncipe en su cumpleaños número 18. Sin embargo nuestro planeta dejo de existir mucho antes de eso,
por lo que jamás se concretó esa unión.—presionó sus cubiertos con fuerza haciendo que estos se rompieran.

—Lamento mucho que eso haya sucedido....dijo Parsley apenado—usted sabe que hice todo lo posible para salvar a su familia, pero llegué demasiado tarde. Sino tal vez hoy usted sería la Reina.—de inmediato trajo unos nuevos para reponer los que estaban rotos.

Leticia volteó donde estaba su siervo y respondió:

—Hiciste mucho por mí, jamás podría reprocharte nada. Si el destino no quiso que fuese reina por algo será, no era algo a lo que yo aspiraba, si no mí padre. El veía en mi, la posibilidad de tener acceso al trono, ya que por ser el hijo menor y medio hermano del rey, jamás accedería a la corona. Mientras que con una boda podría quitar a su hermano del mapa político. Tal vez sucedió nuestro genocidio debido al excesivo orgullo de nuestra raza, nadie jamás pensaba en sus pares, tan solo les interesaba el poder.—el criado le alcanzó utensilios nuevos y ella continuó—Pero no te preocupes, sólo quiero recuperar algunos de mis lazos familiares, sentirme entre los nuestros. El trono no me interesa, nunca fue lo mío. Además ya no existe nuestra monarquía. No podría reclamar nada, ni siquiera a Vegeta.


Parsley se molestó por el comentario de Leticia.
—Debería importarle señorita, es una de las pocas cortesanas que aún está con vida, al menos debería de obtener algo por su sangre real. Aunque nuestro planeta no exista, no la eduqué para que se crea menos de lo que és. A través de usted, cualquier saiyajin tendría herederos puros. Es la única saiyajin mujer, su sangre vale más de lo que cree. Podría traer al mundo al saiyajin más fuerte que el mundo haya conocido.

—Te oyes igual que mi padre. No tienes remedio.—y soltó una carcajada

—Yo sé lo que usted vale señorita. Siempre tengalo en cuenta.—le dijo.

—Nunca vas a cambiar ¿verdad? No tienes remedio. En fin voy a descansar, mañana decidiré que es lo que haré. Descansa Parsley. Y Muchas gracias por tu labor.

—Es con todo el gusto señora, descanse.—Y se retiró.

Un Error Que Lo Cambiará Todo        Vegeta Ouji (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora