#18 Grecia.

196 20 11
                                    

La naturalmente castaña pero ahora teñida de un color lila parpadeó varias veces seguramente deseando que todo fuera una simple pesadilla suya, pero que por desgracia, no lo era para ella, ni para mí. Aún desconcertada y boquiabierta, se paró pues anteriormente estaba en cuclillas y después de callar unos segundos girando su cabeza volteándonos a ver consecutivamente a Rafael y a mí, sacó sus primeras palabras.

 -¡Harry! ¿Qué haces aquí?-su tono de voz era molesto y sorprendido.-

-eso tendría que preguntarte yo, Gemma.-la miré fulminante. Ella tenía que darme más explicaciones.-

-eres menor de edad.

-y tú no eres tan estúpida para estar aquí.

 La vestida con prendas extravagantes y brillantes, quiso replicarme al principio, pero al darse cuenta que lo que había dicho no era tan malo para ella pues de alguna manera le llamaba “lista”, se quedó callada y me sonrió.

 -gracias.-se encogió de hombros.-

-hablo en serio Gemma.-la saqué de su mente egocéntrica por un segundo.- ¿Qué haces aquí?

-yo también hablaba en serio, eres menor de edad.

-Hice una identificación falsa ¿contenta?-le susurré ya que había gente a nuestro alrededor y además porque sabía que no hablaría ella hasta que yo lo hiciera antes.-ahora, ¿me puedes explicar? por favor.

-no.-arrugó su nariz divertidamente.-ahora largo.-la miré ceñudo.-

-Gemma.-mascullé frente a ella amenazadoramente.-

-Harry estoy a un segundo de ir por seguridad a decirles que entraste con solo dieciocho años; no quiero hacerlo.-deseaba que estuviese bromeando.-y a ti por ser su cómplice.-miro a Rafael.-porque estoy segura que tú fuiste el que corrompió a mi hermano y  lo trajiste aquí.

 Rafael, quien estaba a lado mío rio entre dientes ante las palabras de mi hermana. Al principio calló, ignorándola y dándole el avión, pues sabía cómo era Gemma a veces en las discusiones. Pero luego, como para él era costumbre, no pudo resistirse y abrió su boca viéndola fijamente a sus ojos.

 -Querida, no seré buena compañía, pero a tu hermano ya lo habían corrompido antes de que yo lo hiciera.-se encogió de hombros.-acuérdate, si no sabes, no juzgues.-se lo dijo, como si ya anteriormente se lo hubiera aconsejado.-

-entonces quédate si así lo deseas.-lo miro con desdén.-pero tú, vete de aquí.-ahora hablo conmigo autoritaria.-

-tiene que ser un gran secreto el que estés aquí para que quieras acusar a tu propio hermano.-mascullé viéndola fulminante e irónico.-

-tal vez, pero me dolería hacerlo, así que retírate.

 Esas fueron sus últimas palabras cuando me volteé con aún mi dignidad y camine al sentido contrario de donde ella se encontraba, caminando hacia la salida. Al estar ya a algunos metros de distancia, me di cuenta que Rafael no venía ni a lado mío ni atrás, por lo que me gire y me di cuenta que él seguía y hablaba con mi hermana. Él castaño tenía las manos en su pantalón mientras movía su boca, diciéndole cosas a la peli-lila (nótese que soy buena para crear palabras), las cuales ella no les prestaba atención. Al principio lo quise esperar, pero luego de hacerlo por más de dos minutos sin que él se separara de Gemma, nuevamente me gire en mis talones y salí del lugar.

Me dirigí hacia el auto de Rafael, en el cual me recargué ya que ahora tenía que esperar a que el castaño se dignara a salir ya que él me había traído y él tenía las llaves de su auto, o sea, que ni siquiera podía entrar en el coche para calentarme un poco, porque por desgracia, el viento estaba helado.

My Perdition. |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora