13º El rescate

1.6K 129 19
                                    


13º El rescate

Tras las partida de los Wickham, el coronel Fitwilliamse hizo cargo de la situación, tomó a los hombres del magistrado que custodiaban la casa y los colocó en puntos estratégicos para vigilar mejor el lugar. Después hizo que todos los niños fueran llevados a la habitación de la señora Thorton, que seguía en cama, recuperándose de la herida de bala. El señor Dickinson se quedó con ellos para protegerlos.

La mañana que se esperaba el ataque. todo en la casa debía parecer normal, por lo que el asunto se ocultó a la señora Bennet y al servicio, Darcy y Bingley salieron de la casa, tal y como estaba previsto desde hacía días, pero en lugar de ir a atender un negocio como pensaban los hombres enviados por Lady Catherine, los dos caballeros se alejaron del terreno a caballo, y después esperaron un poco antes de emprender el camino a pie para no ser descubiertos.

Anne y Georgiana fueron a la sala de música, de donde prometieron no salir bajo ninguna circunstancia. Jane fue donde los niños, para mantenerlos entretenidos y tranquilos, y el coronel fue dando vueltas por la casa, observando con cautela cuanto ocurría.

A media mañana, el coronel escuchó un ruido proveniente de la entrada al jardín, y de inmediato se dirigió hacia allí, pero no encontró a nadie. Cuando iba a continuar con su patrulla, divisó unas manchas de barro en el marco de una ventana abierta, así que alarmado, comenzó a buscar al intruso que había dejado aquel rastro.

Lo lógico era que si aquel intruso era el secuestrador, este hubiera ido en busca del niños a la habitación de juegos, así que veloz se dirigió hacia allí. Mientras se acercaba, se topó con uno de los sirvientes, al que mando en busca de los hombres del magistrado, por si necesitaba refuerzos.

En silencio continuó su camino, y al llegar a la habitación de juegos, escuchó ruidos del interior. Se acercó a la puerta, que estaba medio abierta, y al mirar dentro vio a un hombre rebuscando debajo de la cama, en los baules de juguetes, y en cualquier lugar donde se hubiera podido esconder un niño pequeño.

-¿Donde estás maldito mocoso? Según mi información debes estar aquí- Sin embargo no recibió ninguna respuesta, así que tras revolver un par de lugares más, dio un fuerte golpe en una mesa y se encaminó fuera.

El coronel se hizo a un lado para dejarlo salir, y cuando el maleante salió de la habitación saltó sobre él, comenzando los dos una ardua pelea sin cuartel. Enzarzados estaban cuando una joven sirvienta, que iba a limpiar en aquel pasillo los vio, y no pudo evitar gritar aterrada, llamando la atención de los demás sirvientes.

De inmediato, el mayordomo principal y alguno de sus ayudantes aparecieron allí, e intentaron ayudar al coronel, pero aquel hombre era muy fuerte, y tras propinarle un gran golpe en la mandíbula al coronel, sacó un cuchillo, apuñaló a uno de los hombres que habían acudido a ayudar y salió corriendo al piso superior, en busca del niño.

Jane había escuchado el grito de la sirvienta y eso la puso en alerta. Tomó a su sobrino en brazos y se preparó para huir con él si era necesario. El señor Dickinson tomó a los tres hijos de su amada Megan y los hizo sbesar a su madre, que dormía, ajena a todo lo que ocurría, para después llevarlos junto a Jane, que estaba en mitad de la habitación nerviosa.

-Señora Bingley, ese hombre vendrá a buscar al niño a esta habitación, irá habitación por habitación. Hay una puerta que conecta la habitación de al lado con esta, quiero que cuando ese malnacido llegue aquí, tome a los niños y salga por esa puerta, y con todo el cuidado que puedan bajen en busca de ayuda.

-¿Y usted y la señora Thorton?

-Yo me encargaré de defenderla y que no le haga daño- Le aseguró- Ahora lo único que importa es poner a salvo a los niños.

Por ti vale la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora