8º La redención de Fitzwilliam

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8º La redención de Fitzwilliam

Elizabeth pasó la noche en vela debido a la opresión que sentía en su pecho. La actitud de su marido le hacía cuestionarse muchas cosas.

El pequeño a su lado comenzó a llorar, así que ella tomó un biberón lleno de leche que le habían facilitado las sirvientas y se lo dio al niño, que de inmediato comenzó a succionar con ansia. Cuando este acabó lo tomó en brazos, se puso en pie e, ignorando el dolor de su rodilla, lo meció, tarareándole una hermosa nana.

Con los primeros rayos de sol, se adentró en la estancia su doncella, dispuesta a ayudarla a arreglarse, como todas las mañanas, y cuando la vio en pie se asustó.

-¿Qué hace levantada, señora? El doctor dio indicaciones de que no debía caminar.

-Ha sido la única forma de que Luka se calmara- Le dijo risueña.

-Podría haberme avisado, señora- Le comentó algo alterada- Si el señor llegara a verla así me regañará por permitirlo- Continuó, tomándola del brazo para conducirla a la cama.

-Él no tiene nada que decir sobre esto- Le respondió mientras caminaba de espaldas a la puerta, donde un serio Darcy la observaba en silencio- El niño es lo más importante.

-¿Más que tu salud?- Preguntó en alto, sorprendiéndolas a las dos- Por favor, déjenos solos- La doncella obedeció en el acto. Sin decir una palabra, él fue hasta su mujer y la ayudó a acomodarse en la cama, ella hizo un leve siseo de dolor al mover la rodilla- Sería mucho más fácil si soltaras a ese niño.

-Este niño se llama Luka, y no pienso soltarlo- Le respondió tajante- Voy a cuidarlo y a darle todo el cariño que su madre no podrá darle- Añadió acariciando y besando la pequeña cabecita del pequeño que descansaba sobre su pecho.

-No deberías encariñarte mucho con él, he dado aviso a las autoridades para que vengan a por él y lo lleven a un hospicio, que es donde debe estar.

-¡No! ¡No permitiré que nadie se lo lleve!- Se irguió con furia- ¡Le prometí a su madre cuidarlo como si fuera mío y voy a cumplirlo!

-Elizabeth, se razonable, ese niño no puede venir con nosotros, su procedencia lo convertirá en un marginado de nuestra sociedad- Intentó explicarle, después se sentó en el borde de la cama y tomó una de sus manos con cariño- Sé cuanto ansías ser madre, pero esta no es la solución.

-¿Crees que hago esto solo porque tengo deseos de ser madre? ¿Esa es la opinión que tienes de mi carácter?- Respondió dolida- No puedo creerlo.

-¿Y qué quieres que piense cuando te comportas de esta manera?

-¡Qué soy una mujer con corazón, que es lo que a ti te falta!- Le dijo dolida- Este niño se ha quedado solo en el mundo y yo voy a cuidar de él, con o sin tu ayuda- Empezó a llorar- Te quiero pero no abandonaré a Luka, si él se queda, yo también.

-Prefieres a ese niño antes que a tu verdadera familia- Darcy sentía que su corazón se endurecía- Esperaba no tener que llegar a esto, pero no me dejas elección- Se puso rígido- Voy a entregar a ese niño, aunque estés en contra- Y en un movimiento hábil se lo quitó de los brazos- Y esta tarde partiremos hacia Italia.

-¡No! ¡Devuélvemelo!

-En unos días te habrás olvidado de él- Se inclinó para besar su frente, pero ella lo golpeó con fuerza, partiéndole el labio- ¡Maldita sea! ¡Hasta aquí ha llegado está locura!- Y sin darle tiempo a reaccionar se marchó, cerrando la puerta con llave para que ella no pudiera seguirlo.

Por ti vale la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora