Capítulo 6 La fuerza oculta

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Han pasado varios meses, desde que me convertí en el líder del grupo, y todos, menos Blade obviamente, parecían llevarlo bien... En esos meses, cambié la ruta añadiendo mucho más terreno de carrera en llano, cosa que a los chicos les disgustó mucho, pero 
algo me decía que entrenar en llano era necesario, aunque eramos el único grupo que practicaba la resistencia en llano, y por ello, toda la manada me lo cuestionaba y me criticaba que no era apto para el liderazgo... A lo que varios de mis compañeros respondían, que si yo lo había decidido así, sería por algo... Ese detalle, y esa muestra de confianza en mi, me conmovieron mucho... Tras mucho más tiempo que los demás entrenando la resistencia, pasamos a entrenar pelea... De entre todos nosotros, destacaba Blade, debido a que era ligeramente más grande, y tenía algo que llamamos "El alma de batalla" la cual hacía efecto, nada más mirar a los ojos a quién la poseía, y esto, hacía que la víctima no pudiese moverse, por miedo... Blade, en efecto, tenía esta habilidad, pero poco desarrollada, ya que, aunque le miraras a los ojos, si te concentrabas, lograbas liberar tu cuerpo del miedo, aunque de allí, cabe decir que el único que podía liberarse, era yo, aunque no sabía muy bien el por qué... Bueno, continúo contándoos... Comenzamos a entrenar la batalla, con un lobo veterano, que accedió a entrenarnos... os describiré como era... Un lobo de pelaje pardo, con numerosas cicatrices pero la más notable, era una que le atravesaba el lado derecho de la cara, la cual había sido obra de un arañazo; era de constitución robusta, y tanto en sus patas, como en su cuerpo, se podía observar que la experiencia, le marcaba considerablemente... Claramente, nada más empezar, su favorito fue Blade, como no, ya que según el, le recordaba a si mismo de joven, cosas de adultos... Nada más comenzar a entrenar, al que menos dispuesto se le veía, era a Shota, y no me extraña... El siempre odió las peleas, ya que solo traían violencia y distanciamiento, yo entendía su punto de vista, pero no me reprimía al luchar, sin embargo, el lo pasaba muy mal... Me daba mucha lástima, ya que siempre lo vapuleaban, y se metían con el... Eso, me enfadaba, cada vez más, hasta que un día, no pude reprimirlo más... Vi como volvían a tirar a Shota al suelo...
-Necesito otro contrincante, este es un flojo, ¡Ni siquiera deberías estar aquí!
Oí como le gritaba a Shota su contrincante... Un lobo algo mayor que nosotros, de pelaje blanco y ojos verdosos, el hijo de uno de los lobos más poderosos de la manada... No es más que un arrogante, crecido de más... Me puse en frente de Shota.
-¿Tienes algún problema Fang?
Le pregunté, con serenidad, el me miró despectivamente.
-El mocoso 2... No te metas, esto no va contigo.
Intentó apartarme, pero gruñí fuertemente, y pareció pensarse mejor la idea de tocarme...
-Así que te pones chulo...
Se le acercaron 2 lobos más,  me miraron desafiantes...
-A ver que piensas de una pelea contra nosotros, ya que tan poderoso te crees... ¿O eres un gallina?
-Kiba basta, no lo hagas...
Me dijo Shota, con la voz temblorosa.
-Deja que me peguen...
Agacho la cabeza... Yo le miré y sonreí.
-Ve con los demás... Yo estaré bien...
El me miró y asintió... Se alejó, fue entonces, cuando me percaté de que todos nos miraban... "Genial..." resonó mi pensamiento de descontento en mi cabeza... En ese momento, Garret y los otros 2 lobos me atacaron, yo solo era un principiante, no me dio tiempo a reaccionar... Me mordieron las patas, el lomo y el cuello, y me lanzaron contra un árbol, dándome varios mordiscos más, yo grité de dolor... Era horrible... Pero, en ese instante en el que mi cuerpo se agarrotó por el dolor, mi visión se nublo, y mi conciencia casi expiró, algo comenzó a arder con mucha fuerza en mi interior... Era algo que bullía con violencia... Algo, que me obligó a olvidarme del dolor, y a volver a ponerme en pie...
-¿Te sigues levantando eh?... Vamos a hacer que no vuelvas a levantar cabeza...
Me dijo Fang, fríamente... Me atacaron de nuevo, entonces, sentí una sensación indescriptible... Sentí como ya no era dueño de mi cuerpo... Salte, esquivándolos a los 3, y esquivando cada uno de sus ataques con una rapidez y maestría, que hasta yo, supe que no me pertenecía, les esquivaba, una y otra vez, sin descanso... Hasta que comencé a atacarles, les mordí, 1, 2, 3 veces... Hasta que retrocedieron y cayeron al suelo exhaustos... En ese momento, oí como alguien, decía a través de mi... "Observad, vosotros 3, como el novato, os a dado una paliza..." acto seguido, cerré los ojos y me desmaye... Me desperté, dos días después, en mi cueva, mi madre estaba allí, y todo mi grupo también... Habían estado allí, todo el tiempo, preocupados por mi... Eso me conmovió mucho... Supe en ese momento, que siempre les tendría a mi lado... Pasase lo que pasase...

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