Capítulo 7 Más allá de las fronteras...

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Habían pasado dos semanas desde aquello, y todos, parecíamos habernos puesto de acuerdo, para olvidarlo y no comentarlo más, ya que era algo delicado para todos, por lo que, no nos gustaba rememorarlo... Durante esas semanas, habíamos notado la mejoría en nuestra resistencia en las carreras en llano, cosa de la cual, aunque los demás no lo viesen con buenos ojos, nosotros nos sentíamos orgullosos y mucho más fuertes...

Pues bien... Me encontraba corriendo solo por los bosques, con el sol vespertino, tras de mi... Llegue hasta un gran desfiladero, el cual nosotros llamamos, la garganta del ciervo, ya que en su parte más baja, suelen reunirse muchos ciervos, porque es un lugar al que los lobos, aún no sabemos acceder, ya que, marca la frontera que no debemos cruzar, y quizá por eso, no somos capaces de sortearla... Miré al horizonte, en el cual, solo se apreciaba una extensa llanura cubierta de arboles...

-El bosque del silencio...

Murmuré pensativo... Cientos de rumores, corrían por la manada desde hacía siglos, sobre aquel bosque, el cual, nadie se ha atrevido a pisar en años... El por qué, es muy fácil de explicar, y todo se remonta, varios milenios atrás, a una historia narrada por la leyenda más antigua de nuestro clan... Os la contaré, ya que, si no mi explicación carecería de sentido... 

"Hace milenios, todos los 5 territorios, Las Nieves Eternas, Las Llanuras Solitarias, El Valle Inexpugnable, El Abismo Desolado, y Las Tierras del Oeste, conformaban un solo territorio, el cual era llamado Spiritus Telluris, Tierra de Espíritus... Ya que en ella, habitaban las 5 grandes manadas, conformando una sola, y los espíritus creadores, podían ser venerados, y contactados para pedir consejo, con mucha facilidad... Eran tiempos de paz, equilibrio y armonía... Estos espíritus creadores, Onem, Della, Sharon, Kazron y Enya, habitaban en el bosque caelum, hogar de espíritus y almas, que convivían en nuestro mundo... Los espíritus otorgaban a la gran manada su poder y su cuidado, para así, evitar catástrofes... Pero... Todo paraíso, siempre tiene caída... Lamentablemente, una gran confrontación surgió entre 5 hermanos... Cada uno, adoraba a un espíritu distinto... Y al ver los espíritus esta adoración dividida, comenzaron a enemistarse entre sí, por lo que, se separaron, dividiendo los pueblos, razas... Dividiendo la manada original... Onem, se retiró con sus adoradores, a las Tierras del Oeste; Della, se refugió en las montañas, las cuales, junto con el bosque que las rodeaba, serían Las Nieves Eternas; Sharon, dirigió a sus seguidores a lo profundo de un abismo, donde se harían más fuertes; Kazron, tomó el valle inexpugnable, un valle, al cual el acceso, esta muy limitado y protegido y Enya tomó en su nombre, las llanuras solitarias, amplias llanuras, con formaciones rocosas, muy protegidas, y siempre abundantes en caza... Pero, a pesar de esta división, el odio de los espíritus entre ellos, envenenaba la sangre de los 5 hermanos, lo cual, ocasionó una cruenta guerra entre los 5 clanes, que duró más de 100 años, y a la cual, se la llama la guerra carmesí, en recuerdo de toda la sangre que tiñó de rojo la nieve en aquellos años... Los espíritus, al percatarse de lo que ocasionaron en sus clanes, dividieron los territorios, con barrancos, valles, ríos y lagos,,, Todo lo posible, para evitar que los  clanes volvieran a reunirse... Y el bosque caelum... Bosque de la vida... Quedó eternamente en silencio... Sin animales que allí habitaran... O cualquier signo de vida, que asomase entre sus brumas, siempre eternas... Ni una hoja se mueve, no sopla el viento, el tiempo allí se detiene, y el frío paraliza tu cuerpo, sumiendo tu mente, y tus sentidos, desesperados por captar algo, deseando captar ese leve espectro, que muestre la existencia de vida, en  aquel páramo que un día fue glorioso... Te sume en un estado de angustia, desesperación, dolor, y miedo, del cual, es imposible librarse.Todo el que se adentra en sus inexpugnables brumas, entre sus troncos sin vida, no vuelve para contarloy se pierde allí, entre los recuerdos de un pasado oscuro, por toda la eternidad, quedando su espíritu ligado a las almas que allí permanecen cautivas, por el odio de su tiempo..."

Esa, es la versión corta de la leyenda del inicio, la creación... Solían contármela continuamente de pequeño... Pero... Yo siento, que mi alma no esta atada a ninguna tierra... Yo, solo quiero, ser libre... Correr.. Correr hasta que mis patas no puedan más... Correr hasta desfallecer, y dejar todas mis ataduras atrás... Sin volverme jamás... Sé, que es un deseo egoísta, y apático, carente de sentimientos... Pero jamás podre obviar la parte de mí, que siempre deseará eso... Que siempre, deseará ser libre... Miraba fijamente, sumido en mis pensamientos, las brumas del bosque del silencio, las cuales no se veían perturbadas nunca por los nacientes rayos del sol... Cuando... 100 años de leyendas... Temor... Incertidumbre,,, Se vieron hechos pedazos... En el momento, en el que la bruma del bosque, de movió, abriendo paso a algo, y durante escasos segundos... Pude observar, una silueta en la niebla, de ojos rojos, como la sangre, los cuales eran lo único que se percibía con claridad de esa etérea y volátil silueta, que parecía ser parte misma de la niebla... Sentí un frío que me cortaba la piel, que atravesaba todo mi cuerpo, paralizando cualquiera de mis movimientos,,, Solo por sentir aquellos ojos sobre mí... Pasaron varios segundos, que para mí, fueron eternas y extenuantes horas... Hasta que, de pronto, algo, me hizo apartar la miranda... No supe bien, que se había cruzado en mi campo de visión, pero cuando mis ojos retornaron al bosque, todo rastro de aquellos ojos, había expirado... Entonces, algo despertó en mí... Era algo frío y aterrador... Algo, que me obligaba a darme la vuelta y echar a correr, pero otra parte de mí, deseaba echar abajo la invisible barrera, y ver, más allá de las fronteras... Y resolver el misterio de ese bosque... Averiguar el por qué de su muerte... Pero para ello... Debía hacerme fuerte... Mucho más fuerte... El momento, aún no había llegado, pero llegaría el día, en el que ese bosque, dejase de ocultar algo en sus eternas brumas... Me giré, y anduve hacia el bosque, que rodeaba todo mi territorio, para volver con la manada, sintiendo sobre mi lomo, de nuevo, la sensación de esos ojos color carmesí, cortando y atravesando mi piel y mi alma... 

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