Capítulo 5 Simplemente, viento...

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Ha pasado ya un año, desde nuestra iniciación en la manada... Este último año, lo único que nos ha ocupado, ha sido correr unos detrás de otros, hasta el agotamiento, y simular peleas, mientras nuestro cuerpo, gracias a estos juegos, se iba desarrollando... Fuertes patas adaptadas a correr sobre zonas abruptas, en completo sigilo, casi imperceptiblemente... Poderosos caninos y potentes mandíbulas, para atrapar a nuestras presas, o para pelearnos, si se diera la situación... Unos sentidos agudísimos, para poder orientarnos en nuestro mundo, repleto de arboles, los cuales, a ojos de un extraño, son todos iguales, pero a nuestros ojos no, diferente corteza, altura, textura... Esta gran vista, también nos permite percibir hasta movimiento más leve, en la oscuridad; nuestro desarrollado olfato, nos ayuda a detectar presas heridas a kilómetros, mientras que nuestro fino oído, nos da la capacidad de oír hasta el sonido más leve, un crujir de hojas caídas, los pasos de un ciervo, los movimientos de un ratón... En lo que se dice resistencia, somos capaces de aguantas horas corriendo a través de las montañas tras una presa, y llegamos mas alto que cualquier otro gracias a nuestras garras y patas adaptadas a escalar, pero nuestro punto débil, es en campo abierto, ya que es totalmente llano, y no somos capaces de aguantar tanto... Todo eso, lo aprendí, cuando finalizó ese año, y comenzaron a entrenarnos... Al principio fue muy duro... Correr desde la madrugada hasta la caída del sol, a través de bosques, ríos, montañas, valles... El territorio del clan, era increíblemente amplio... Los primeros días, sentí la sangre latir en mi cabeza, el desfallecer de mis patas, la visión borrosa, y mis sentidos distorsionados por tanto esfuerzo... Las semanas siguientes, me sentía sin fuerzas ni ánimos, creyéndome incapaz de conseguir seguir el ritmo... pero cada vez que caía, me volvía a levantar, quizá por orgullo ante mis hermanos... Quizá por el "No me rendiré" que resonaba una y otra vez en mi cabeza... Pero, sinceramente... Creo, que lo que me impulsó a seguir, fue ver, como cada vez que yo caía, alguno de mis hermanos, se volvía a mirarme, para animarme a continuar... Incluso Blade, me miraba, fríamente, pero, yo comprendía sus intenciones... Por lo que continué levantandome, y apoyándolos cuando eran ellos quienes caían...Los meses siguientes, Blade era quien encabezaba la marcha, ya que era el más rápido y resistente de todo el grupo, conformado por Shota, Akamaru, Blade, Ela y Sion, que eran dos lobos de nuestro clan; Ela, es la hembra más cabezota, animada y cariñosa que os podáis encontrar, siempre esta pendiente de que todos estén bien, incluso si ella misma esta exhausta, se preocupa por mi, y por todos los demás, y jamas deja a nadie atrás, me cae bastante bien, tiene un gran corazón... Sion, era el típico lobo, que es bastante solitario, no todos los lobos somos así, pero es algo bastante común, no le gusta relacionarse demasiado, y si le estresan mucho por algo, se agobia, y como la mayoría de nosotros, bajo presión, puede ser muy agresivo; pero en términos generales, es un buen chaval... Continuando con el entrenamiento... Blade solía mirarme con superioridad, y autosuficiencia, dándome a entender, que por el momento, el era quien lideraba el grupo... Esa mirada, despertaba constantemente, en mi interior, un sentimiento que parecía abrasarme por dentro... Que hacía palpitar más rápido mi corazón, y aceleraba mis sentidos... La ira... No me gustaba sentir eso... Así que tomé medidas... Cuando todos se marchaban, yo me quedaba entrenando, hasta caer agotado, pero tratando de levantarme una y otra vez... Un día, cuando volví a desfallecer, y me preparé para el golpe, noté como algo amortiguaba mi caída... Abrí los ojos, durante unos segundos, el tiempo justo, para ver como me cargaban somo un lomo negro... ¿Mi madre?... No... era, mas grande que ella... Pero no podía ser el... O quizá si... Quien sabe, si sería Blade... Desperté en casa, a los dos días, según mi madre, ya que, me había esforzado demasiado, durante 2 meses seguidos... Salí de la cueva y llegue con el grupo, justo antes de que salieran... Blade me miró...

-Vuelve a la cueva, estas mejor dormido que aquí, solo estorbas...

Me dijo fríamente... pero sé que en el fondo, fondo, fondo... muy en el fondo, estaba preocupado, aunque lo niegue profunda y rotundamente...

-Estoy bien, si ocurre algo, cargare yo con la culpa

Le respondí, desafiante, y comenzamos a correr... Los primeros kilómetros fueron iguales... Solo que yo, ya no sentía ningún cansancio... Entonces llegamos al desfiladero... Lo pasamos rápido, corriendo, pero hubo un derrumbamiento, que me separó del grupo... A pesar de las protestas comunes, Blade siguió adelante, y el grupo me dejó atrás,,, Pero ese liderazgo iba a cambiar... Ya que, salte de roca en roca, hasta lo alto del desfiladero, y me adentré en el profundo bosque de abetos... Y llegué de nuevo al camino común... antes que el resto... Imaginaos... Cuando Blade llegó con los demás a final... Os plantearé la situación... Ela, quería volver para ver si yo estaba bien, y para esperar por mi, cosa, que le agradezco bastante... En general a todos ellos, ya que, salvo Blade, todos querían volver por mi... Entonces, me levanté y me alce sobre una roca... Les miré... 

-Como ya sabréis... Es hora, de cambiar de líder en el grupo...

Todos me miraron asombrados... Excepto Blade... Que tenía una mirada neutra... Pero, en esos ojos, creí ver, como el, ya sabía, que esto iba a pasar... Y que yo iba a llegar antes... En ese momento, sentí, como yo mismo, había cambiado, junto a todo lo demás que me rodeaba... Era más rápido... Más fuerte... Y, en un futuro cercano, aprendería a fusionarme con el bosque, siendo un murmullo más, un movimiento más, y una presencia volátil y efímera, sin rumbo alguno, como el viento... Ya que yo era simplemente, viento...

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