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- Muy bien - escuché decir al anciano y palmeó mi hombro, su sonrisa fingida desapareció cuando mi padre se dio la vuelta y esa mirada de superioridad me decía que no iba a dejarme descansar - Ahora, hazlo de nuevo.

Ya no podía. Estaba agotado, el sudor bajaba por mi espalda y por mi frente y las articulaciones me dolían. Transformarme a voluntad era más doloroso que cuando lo hacía bajo los efectos de la luna, aún así le pedí a mi lobo que me ayudara, que de esa forma veríamos a Eunha pronto y lo motive.

La manera en que sentí mi columna vertebral vibrar me llevo al suelo, mis manos se enterraron en el piso, presionando con fuerza la tierra húmeda y mis huesos tronaron, sentir romperse cada parte de mi cuerpo no era agradable y creí que me desmayaría por el esfuerzo. Apreté mis párpados y sentí mi mandíbula arder ante el crecimiento de los colmillos, entonces volví a abrirlos y el pelaje comenzaba a cubrir mi cuerpo.

- Lo ha logrado - dijo mi padre.

- Fue más rápido de lo que pensaba - le respondió el anciano.

- Listo Jungkook, ya puedes regresar a tu cuerpo.

Al transformarme mi cuerpo cayó desplomado al suelo, ya no tenía más fuerza, la energía que tenía no me servía ni siquiera para levantarme pero era suficiente para no dejarme inconsciente y eso estaba bien.

- Te dije que no te sobre esfuerces - mi padre se agacho para verme y me ayudo a sentarme, coloco sobre mis hombros una toalla y su mano tocó mi cabeza - muchacho, nunca me escuchas.

No era que no lo hiciera, yo de verdad quería que todo esto terminara pronto.

- Pad... - trate de formular una respuesta pero incluso se me dificultaba articular una palabra y mi tórax dolió.

Lleve mi mano por inercia al lateral izquierdo, que era la zona que más me dolía y presioné mis costillas.

- Ah, esta bien. No te preocupes hijo, yo te llevaré a la casa para que descanses.

Sus brazos fueron cálidos cuando me levantó del suelo y el anciano solo asintió hacia mi padre antes de irse y dejarnos solos.

Mi padre era un hombre fuerte, a pesar de su edad las habilidades y destrezas que tenía eran muchas, no conocía a nadie de la manada que pudiera igualar su nivel de combate y es que el linaje al que pertenecía se había quedado en la historia como el mejor para las guerras. Ahí no te creas fuerte, naces siendo fuerte. Las habilidades se obtienen con los años y entre más grande sea el lobo su nivel de letalidad es mayor, pelear con alguien como ellos significaba la muerte segura.

Me preguntó si yo también podré adquirir ese poder.

- hyung, hoy estás peor que ayer - Jeonjun fue el primero en verme al entrar en la casa.- mínimo podías caminar.

Trate de sonreírle.

- Date un baño primero - fue lo que dijo mi padre dejando que mi hermano se encargara de sostenerme. - Jeonjun recuerda ponerle unas cuantas hojas de primula al agua, están en el dispensario.

Mi hermano asintió, mi padre volvió a salir de la casa sin decirnos a donde iba y Jeonjun me llevo al baño.

- ¿Por qué te hacen daño? - me preguntó dejando correr el agua para llenar la tina. - Si te veo así, no me dan ganas de transformarme.

- n-no es tan malo - me refería a transformarse - que este así es cul... culpa mía.

- ¿Y por qué te haces esto? - dijo un poco molesto. Lo comprendía, no era la primera vez que él me veía así, de hecho toda la semana desde que comencé a entrenar con esos ancianos llegaba a la casa en este estado, bueno, aunque por lo menos las otras veces entraba caminando sin ayuda. - ¿Te gusta el dolor?

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora