17.

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El clima no ha mejorado desde hace dos días, tampoco he visto a Eunha y el tiempo que le dije se venció hace 28 días. Mi cabello está más largo ahora y mi columna tiene una extraña coloración entre morada verdosa, mi padre dice que es normal, que desaparecerá cuando mi cuerpo se adapte mejor a las transformaciones o en el caso de que deje de transmutar todos los días.

Hoy no tengo ganas de hacer nada, sinceramente mi base de decisión y la cual me hacía levantarme y salir a entrenar, se fue hace tiempo. Me siento muy decaído y débil y no solo soy yo, sino también el licántropo en mi interior, cada noche al recostarme sobre la cama suele soltar pequeños lloriqueos y rasguña mi pecho. Es metafórico porque sé que no lo hace pero se siente como tal.

Ya sé que es lo que quiere, yo también lo quiero.

Aprieto mis puños a cada lado de mi cuerpo, la impotencia crece al recordar que me han encerrado, ni siquiera puedo pensar en escapar. Quiero que todo esto acabe, necesito acabarlo pronto o yo mismo terminaré lastimándome y, no creo que eso sea mala idea, tal ves sentir mis propias garras atravesarme el pecho, me dolerá menos que no poder estar cerca de ella.

- ¡Jungkook! - su voz sale como una orden, pero se que no está enojado - ¡levántate!

Solo muevo mis ojos hacia la entrada, justo en el marco de la puerta de mi habitación está parado mi padre, sus ojos son nobles al mirarme y sé que se culpa por todo.

También lo culpo, por eso me levantó con pereza de la cama y mi mirada es igual que hace 6 días.

- ¡Dios que voy a hacer contigo! - me dice ayudándome a ponerme de pie. - Podrías ayudarme un poco.

Mejor no hubieras dicho nada.

Como acto de protección retiró sus brazos de mi cuerpo.

- Ya se te olvidó que vendiste a tu hijo. - simplemente se queda quieto y yo termino por salir de mi habitación.

Se que mis palabras lo mortifican más, pero, no es justo lo que me hicieron.

Bastardos egoístas.

Solo con recordar la manera en la que me enteré de sus planes siento mi sangre hervir, lo recuerdo, lo recuerdo perfectamente.

Ese día había terminado de entrenar con los lobos de la academia, las órdenes de mi padre en la mañana fueron que no me acercara a la casa de ancianos ese día, por mi no había problema, yo estaba gustoso de no estar cerca de ellos, ja pero para mi sorpresa, Jinsoul me había pedido que le llevara unos documentos a mi padre. No me pude negar y terminé por ir.

Solo tenía pensado ir y dárselos, no entraría, simplemente se los daría a la primera persona que abriera la puerta y listo, yo regresaría como si nada a casa. Sin embargo no esperaba que la puerta estuviera abierta y al entrar el corredor estaba vacío. Camine hasta estar cerca de esa habitación que ocupaban para las reuniones y mi mano se detuvo antes de girar la perilla. Sus voces se entremezclaban, estaban discutiendo sobre algo, así que simplemente afiné mi oído y lo acerqué a la puerta.

- ¿La chica lo sabe?

- ¿Debería saberlo?

- Eso no es importante, el alfa está de acuerdo.

- ¡Como puede ser que su propio padre la entregue de esa manera! - la única voz que reconocí hasta el momento era esta, la de mi padre. - No creo que ella esté de acuerdo.

- Y a quien le importa ... tú hiciste lo mismo con tu hijo.

- Y no está resultando muy efectivo, aunque eso de tenerlo dentro del territorio no está tan mal.

Moon love [Eunkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora